México D.F. Miércoles 24 de marzo de 2004
La colectiva enviada por el museo Tamayo a La
Habana se abrirá el viernes
Cuba recibe la muestra de arte actual más relevante
desde el triunfo de la revolución
Reúne 50 obras maestras de Rufino Tamayo, Wifredo
Lam y Andy Warhol, entre otros
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 23 de marzo. Una muestra de plástica
contemporánea, que en Cuba se considera la más importante
de su tipo desde el triunfo de la revolución en 1959, será
inaugurada este viernes aquí, procedente del museo Tamayo de México.
Un lote de 50 obras maestras del siglo XX, del fondo que
formó el artista oaxaqueño Rufino Tamayo (1899-1991) durante
décadas, será abierto al público cubano en la sala
universal del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).
La
exposición De México para Cuba reúne piezas
como Desnudo sobre el diván (Pablo Picasso), La mujer
caballo (Wifredo Lam), Perro (Andy Warhol), Mujer en blanco
(Tamayo) y las esculturas Yunque de sueño (Eduardo Chillida)
y Gran forma lenta (Henry Moore).
Esta selección ''refleja el itinerario estético
y algunos rasgos de la historia personal de Tamayo: sus coincidencias artísticas,
preferencias estéticas y descubrimientos técnicos cultivados
y expresados durante más de siete décadas en su obra", escribió
para el catálogo el curador Juan Carlos Pereda.
''La presencia de artistas con importancia similar a Tamayo
dentro de la historia del arte de sus países, o en sus trayectorias,
incluye ejemplos de la Escuela de París, expresados en obras inscritas
en el informalismo derivado del surrealismo y el grafismo abstracto; el
expresionismo británico y la nueva figuración, el expresionismo
abstracto español, la figuración de raíces clásicas,
además de algunos ejemplos relevantes de artistas latinoamericanos
que, como Tamayo, se esforzaron por crear una obra de vocación universal,
entrelazada con la profunda necesidad de establecer un arte regional",
agregó Pereda.
También viene en la muestra La tejedora (Fernando
Botero), La isla del tesoro (René Magritte), Pescador
justificado (Roberto Matta) y obras de Francis Bacon, Adolph Gottlieb,
Miguel y Francisco Castro Leñero, Max Ernst, Manuel Felguérez,
Carlos Mérida, Vicente Rojo y Pierre Soulages, entre otras piezas
que dieron origen en 1981 al museo auspiciado por Tamayo y su esposa Olga.
Un Picasso domina la entrada
''Sin duda es la muestra colectiva de arte contemporáneo
más importante que hayamos tenido desde el triunfo de la revolución",
expresó a La Jornada el presidente del Consejo Nacional de
Artes Plásticas (CNAP), Rafael Acosta.
''Da la posibilidad de que el público y los artistas
cubanos entren en contacto con obras de grandes maestros del arte del siglo
XX", señaló Acosta.
''En un país en el que se hacen exposiciones, esta
va a ser un suceso y agradecemos el gesto del museo Tamayo por traerla."
La muestra permanecerá abierta un mes, como parte
del programa de promoción internacional del museo mexicano.
El recinto asignado por el CNAP estará en consonancia
con las alturas de la exposición. La sala de arte universal es una
espléndida sección del MNBA, cuya fachada tiene gran semejanza
con el Palacio de las Comunicaciones, sede del correo central de Madrid.
Ejemplo del eclecticismo español entre el barroco
y el plateresco, lleno de iconos, figuraciones, frisos, adornos y símbolos,
el inmueble fue construido después de que un incendio destruyó
al antiguo Centro Asturiano en 1918.
Conserva intacta su cafetería de barra castiza
y mosaicos a media altura. Al estilo de las tascas madrileñas, El
triunfo de Baco (o Los borrachos) de Velázquez domina
la contrabarra.
El palacete, enclavado en el corazón del casco
histórico de la ciudad, fue la sede del Centro Asturiano hasta 1960
y después tuvo varios usos.
En 2001 se remozó para formar parte del Museo Nacional
de Bellas Artes, junto con el edificio que, tres cuadras más adelante,
alberga a la sala de arte cubano.
La muestra colectiva De México para Cuba
se instala en la planta baja del recinto. El Picasso domina la entrada
y obras de gran calado, como el Lam y el Tamayo ocupan paneles individuales,
mientras el resto se ubica en orden cronológico, explicó
a este diario la especialista Yanet Berto.
La sala universal reúne fondos del Estado cubano
entre los siglos XVI y XIX, que se incrementaron mediante adquisiciones
y transferencias después de 1959. Su flanco débil, el siglo
XX, quedará temporalmente recompensado.
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