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México D.F. Miércoles 24 de marzo de 2004
Foro "El reto de las pensiones hoy", auspiciado
por La Jornada y Casa Lamm
Insostenible, un sistema jubilatorio privilegiado:
Ricardo García Sainz
La mayoría de trabajadores, dentro de un régimen
raquítico y vergonzoso; hay que acercar ambos extremos, afirma
Otros ponentes piden llamar a cuentas a ex funcionarios
PATRICIA MUÑOZ RIOS
El problema más grave que tiene el país
en términos financieros y políticos es el de la seguridad
social, aseguró Ricardo García Sainz, ex director del IMSS;
en tanto, Gustavo Leal, investigador de la UAM, expuso que tal parece que
en la reforma del sistema pensionario, los tecnócratas contratados
por Vicente Fox quieren rescatar a sus antecesores priístas, pues
no sólo no los llaman a cuentas, sino que proponen que de nuevo
los trabajadores paguen por los errores de aquéllos.
Los
especialistas hablaron así en el foro realizado en la Casa Lamm
con el tema "El reto de las pensiones hoy", donde Luis Hammeken, de la
Asociación de Jubilados y Pensionados, dijo que las cuotas de los
trabajadores suman más de 10 mil 350 millones de pesos al año
y preguntó dónde está este dinero.
García Sainz abrió la polémica en
este debate, al sostener que hay dos regímenes de pensiones en el
país, uno raquítico para la mayoría de los trabajadores
y otro privilegiado para quienes han laborado en IMSS, Pemex, CFE, Compañía
de Luz o la banca de desarrollo, el cual se da por años de servicio
y con salarios vigentes, que "no es sustentable".
Esto provocó una reacción de los asistentes;
sin embargo, el ex funcionario agregó: "aunque nos desagrade, nos
lastime, nos moleste, no es posible que con 30 o 28 años de contribución
lleguemos a la edad de jubilación a los 48 o 50 años y que
de ahí se pueda disfrutar de una pensión..."
García Sainz señaló que es preciso
revisar los dos extremos de las pensiones que están vigentes, pues
uno es una vergüenza, porque algunos ex trabajadores cobran un salario
mínimo, pero también es cuestionable la que tiene, por ejemplo,
José Angel Gurría, que tras laborar tres años en Nacional
Financiera obtuvo una pensión de 60 mil pesos mensuales.
En su oportunidad, Gustavo Leal, profesor e investigador
de la UAM-Xochimilco, fue directo al grano, al sostener que el director
del IMSS, "Santiago Levy, ya forma parte del problema en este instituto,
pues lejos de operar la oferta del cambio con que Vicente Fox arribó
a la Presidencia de la República, el tecnócrata estrella
de Salinas y Zedillo sigue cobrando 213 mil pesos mensuales sólo
para reducir plazas y encubrir las responsabilidades de los tecnócratas
priístas que lo antecedieron".
Propuso como puntos inmediatos a realizar: extender la
auditoría al Fondo de Pensiones y Jubilaciones a todas las finanzas
y seguros que opera el IMSS, para saber quién miente; diseñar
un programa de modernización de la agenda sindical, pues es preciso
que un organismo de 37 secciones, 370 mil trabajadores activos y 110 mil
jubilados tenga una mejor representación y se construya un nuevo
sindicato; evitar que el debate sobre este tema sea monopolizado, y que
se abra a toda la sociedad.
Asimismo, consideró necesario llamar a cuentas
a los responsables directos de la reforma de 1995 y exigirles al presidente
Vicente Fox, a Levy y a González Roaro (director del ISSSTE) que
"no le toquen ni una pluma más al gallo" del sector salud.
Al inicio del foro, el primero en tomar la palabra fue
Luis Hammeken, quien sostuvo que la amenaza de la quiebra sólo busca
forzar más a los trabajadores para que acepten lo que el gobierno
quiere. Apuntó además que el rescate del IMSS debe hacerse
con base en una discusión nacional ordenada y no conforme a lo que
los tecnócratas quieren.
A su vez, Rafael Gutiérrez Chavero, coordinador
de asesores del ISSSTE, planteó que en el periodo 2001-2006 el subsidio
fiscal para pago de pensiones en este instituto es de 130 mil millones
de pesos, equivalente al presupuesto 2003 del sector eléctrico;
para el periodo 2001-2012 el déficit es de 439 mil millones de pesos,
casi equivalentes a las reservas del Banco de México al cierre del
año pasado.
Y "si nos vamos al escenario 2001-2018, el déficit
es de 960 mil millones de pesos, la deuda del sector público en
2002. En síntesis, el problema no es del ISSSTE, es un problema
de Estado, de finanzas públicas", aseguró.
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