LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Tiempos revueltos: oportunidad para los diputados

ES AMARGO CONSTATAR un pronóstico propio de hechos desastrosos. Como era de preverse, son mayúsculos los daños que está sufriendo la clase política en su conjunto por la cadena de escándalos, conspiraciones y ahora intentos de asesinato. Esta legislatura tendría que demostrar gran capacidad para lograr algunas reformas estratégicas que restrinjan los riesgos que se están corriendo. Por lo menos tendrá dos tareas: reducir el efecto negativo del dinero en la política y demostrar al país que la corrupción no quedará impune.

COMO DICE PORFIRIO Muñoz Ledo, el estancamiento en la reforma del Estado ha provocado la perversión de la política. El proceso político mexicano requiere con urgencia:

1) REFORMA DE LA ley electoral. Deben reducirse los topes de financiamiento de los partidos y las campañas, los tiempos de éstas y crearse mecanismos que permitan la absoluta transparencia al interior de los partidos. Tendrá que negociarse con los consorcios de la radio y la televisión el costo de la propaganda política. El Instituto Federal Electoral deberá ser el único intermediario, y sujetar a topes estrictos equitativos los repartos de tiempos.

2) DEBERAN IR ADELANTE los juicios de procedencia pendientes. Esta semana la Cámara de Diputados recibió la solicitud para juzgar y retirar el fuero al diputado local René Bejarano. La comisión competente tiene en su poder otros 29 casos por desahogar. Sería absurdo que se concentrara todo el peso de la ley en un solo hombre y en un solo asunto.

TENDRAN QUE VENTILARSE, entre otros, los juicios de Carlos Romero Deschamps, Ricardo Aldana Prieto y Jesús Olvera Méndez (Pemexgate), por el desvío de más de 2 mil 300 millones de pesos de Petróleos Mexicanos; también tendrán que resolverse los casos de Carlos Cambrisli López, diputado por el PAN en Campeche; Bonifacio Castillo Cruz y Héctor Sánchez López, ambos del PRD; de Fernando Espino Arévalo (del Verde Ecologista), acusado de ataque a las vías generales de comunicación y otros delitos.

NO ES DIFICIL pensar en un juicio de procedencia contra el senador Diego Fernández de Cevallos. Este sería inevitable de ser ciertas las imputaciones de vínculos con un cártel de narcotraficantes.

DIEGO ES UN personaje singular vinculado a numerosos casos "dudosos". Hace gala de tráfico de influencias sintiéndose protegido, no sólo por el fuero, sino por las imperfecciones de la ley. Defiende ahora a un maleante como Carlos Ahumada. La dirigencia del PAN, en contra de su tradición fundadora, está intentando defenderlo. Pero adentro de este partido están surgiendo protestas y pronto se extenderán a gran parte de la clase política.

DIEGO TIENE QUE rendir cuentas de sus actos a la nación, al Congreso y a los partidos políticos. Es probable que no sienta ningún cargo de conciencia para hacerlo, pero pronto tendrá que hacerlo como una necesidad política, si no quiere arrastrar a su partido hacia el despeñadero.

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