México D.F. Sábado 20 de marzo de 2004
Conmemoraron el vigésimo aniversario luctuoso del escritor, en la UNAM
Evocaron al poeta Luis Rius como ''un ángel caído, pero inmortal''
Su obra se caracteriza por ser un canto a la vida, a la muerte y al dolor por el exilio
ARTURO JIMENEZ
Poeta español-mexicano muy destacado pero aún poco conocido y reconocido, Luis Rius (1930-1984), un ''ángel caído pero inmortalizado por su obra", recibió un homenaje a 20 años de su muerte.
De esa manera es que resurge el Rius gran poeta, el catedrático ''de primera línea", el funcionario académico de ''amplias dotes" y el hombre y el artista casi obsesionado con el exilio (''Soy yo y es el mar que me detiene").
El pasado martes, en el contexto del Homenaje a Luis Rius. Vida y poesía (1984-2004), se realizaron dos mesas en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Asimismo, el miércoles se efectuaron otras dos, con participantes como José Pascual Buxó y Federico Patán. Por la tarde, casi en la noche, Néstor López Aldeco recreó a Rius con el recital Los poemas de la bailarina.
Singular poder con la palabra
En la mesa inaugural del martes estuvieron Arturo Souto, quizá quien más lo conoció, así como Eugenia Revueltas, Gonzalo Celorio, Horacio López Suárez, Ricardo Guerra, Arcelia Lara y Axayácatl Campos, como moderador.
Para muchos de los asistentes, casi todos estudiantes, poco a poco se reveló un poeta intuitivo, riguroso y dueño de un poder singular con la palabra:
''Cada vez que me pongo a caminar hacia mí me desvío."
Otros en cambio, sobre todo quienes lo conocieron o ya lo han leído, lamentaron una vez más la ausencia temprana de ese poeta que cantó a la vida, a la muerte y al dolor del exilio, pese a que contaba con nueve años cuando llegó a México.
Nada ajeno al erotismo (''Quiero sembrarme en ti. No me conformo/ con tu piel, ni con tu risa, con tu aliento"), Rius fue además un poeta apasionado de las mujeres.
Y en especial de las bailaoras de flamenco, pero sobre todo de una en particular: Pilar Rioja, su mujer e inspiración de uno de sus libros.
A Canciones a Pilar Rioja le anteceden Canciones de vela, Canciones de ausencia y Canciones de amor y sombra y le sigue la antología Cuestión de amor y otros poemas.
En esta selección, preparada por él mismo meses antes de morir, aparecen poemas ya publicados, algunos de ellos rescritos, y otros inéditos hasta aquel momento.
Como don Quijote
Arturo Souto recordó a un Rius que escribía lento y a partir de una imagen, ''nunca por sistema", para que el poema naciera hecho y con todas sus estructuras.
El alumno que Gonzalo Celorio fue del catedrático Luis Rius le ayudó a evocar a un poeta de ''gestualidad sutil", que leía y hablaba ''con gracia y entusiasmo".
Era un maestro que, ''entre la poesía y la erudición", impartía clases magistrales de literatura medieval española (Gonzalo de Berceo, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León) y cuya figura convocaba el arremolinamiento de las alumnas.
''Como don Quijote, Luis Rius confundió la vida con la literatura", dijo Celorio luego de platicar sobre los momentos vividos con el poeta alrededor del flamenco, de su corazón desarraigado, de su hispanidad y mexicanidad.
''Su poesía está más cerca de Ramón López Velarde que de León Felipe", consideró Celorio entre otros ejemplos comparativos.
Eugenia Revueltas buscó en la voz poética de Rius claves de su vida.
''El siempre hablaba del mar, pero era más bien una metáfora, porque en realidad el mar no le gustaba. El era de tierra adentro."
Arcelia Lara Covarrubias leyó un texto acerca del arte del verso en Luis Rius. Las cuestiones formales aparecen de un modo discreto en sus poemas, inclusive los sonetos, pero tras una lectura atenta se observan ''las raíces de la tradición".
La investigadora identificó tres etapas en la creación poética de Rius, que van desde los primeros poemas influidos por la poesía popular española hasta la angustia existencialista, pasando por una dulce melancolía.
O de otro modo, de los versos de redondilla menor y los romances al soneto. Era un paso gradual del ''verso de arte menor al verso de arte mayor", dijo Lara, quien lo evocó como ángel caído, pero inmortal.
Horacio López dijo que Rius es de los que mejor representan a la poesía del exilio, y agregó que sus aportes a la cultura mexicana son su poesía y su labor de divulgación de la poesía española en México.
Ricardo Guerra trabajó en la Universidad de Guanajuato cuando lo hizo Rius, y como director de la Facultad de Filosofía lo designó en diversos puestos.
En ellos demostró cualidades de funcionario académico y capacidades políticas para diversos asuntos, como ciertas resistencias de sus homólogos guanajuatenses, dijo Guerra.
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