.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

M U N D O
..

México D.F. Sábado 20 de marzo de 2004

Abatidos en atentados, 3 mil 500 de entonces a la fecha

ONG: tras el 11-S, casi 14 mil bajas colaterales en la lucha antiterrorista

BLANCHE PETRICH

Desde el 11 de septiembre de 2001, terroristas y grupos paramilitares hostiles a Estados Unidos han matado a 3 mil 500 personas en una veintena de atentados en todo el mundo. La cuenta de bajas incluye a las víctimas del 11-S, pero por cada civil que se apunta en la lista de sacrificados por el terrorismo los ejércitos de Estados Unidos y de sus aliados han "respondido" con cerca de 14 mil "bajas colaterales" en su "combate antiterrorista", incluida la devastación de Afganistán. Es decir, cuatro no combatientes muertos por tropas de ocupación por cada inocente asesinado en los golpes de fuerzas irregulares.

Esta desventurada contabilidad es actualizada cada día en el tabulador de una organización no gubernamental británica, Iraq Body Count (IBC), que desde el inicio de la operación Conmoción y pavor en ese país -hoy hace un año- se abocó a una incómoda tarea que los militares estadunidenses desecharon con la displicente frase del jefe del comando central para la ocupación a Irak, el general Tommy Franks: "Nosotros no contamos bajas".

IBC sí las cuenta. De hecho, contar y poner sus cuadros estadísticos en la red cibernética es su misión. Y al 19 de marzo de 2004, en la antigua Mesopotamia, la cifra de muertos en el tabulador de este sitio es de 10 mil 618.

Nunca falta material para poner al día las estadísticas del IBC. La cifra global incluye a los 7 mil 356 muertos de la primera fase de la ocupación, desde el día en que se declararon las hostilidades, el 20 de marzo de 2003, hasta el primero de mayo, cuando el presidente George W. Bush, disfrazado con todos los aprestos de un piloto de guerra, declaró, a bordo del portaviones Abraham Lincoln, "el fin de la fase armada".

Esta base de datos tiene un registro de máximos y uno de mínimos. Sin embargo, IBC advierte que incluso la cifra mayor puede quedar muy debajo del saldo real, ya que muchas de las bajas no se registran en la prensa o en las organizaciones que reportan cada día los hechos. El organismo no gubernamental sistematiza la información de 52 medios de información que alimentan el conteo del sitio de Irak Body Count y lo publica en seis idiomas.

Parte de la siguiente filosofía: "La muerte de cada civil es una tragedia y nunca debe ser vista como el costo natural para lograr los objetivos de guerra de ningún país. Uno de cuada cuatro muertos en la guerra de Afganistán eran civiles. En Yugoslavia la proporción fue aún mayor. Nosotros sostenemos que es un deber moral y humanitario llevar un registro diario de estas muertes y darles el peso que se merecen, como primer paso. El segundo será, necesariamente, establecer las bases para el juicio legal que corresponda".

Encima del dolor infligido por estas pérdidas físicas, denuncia este sitio, está el daño causado por la indiferencia ante la muerte de iraquíes y la naturaleza racista implícita en "el doble rasero" para medir el valor de la vida de los iraquíes y la de los "occidentales".

Ante el manejo del costo humano de la guerra, IBC señala seis tácticas de las fuerzas de ocupación estadunidenses y británicas: reiterada negación de los hechos; evasión de la responsabilidad propia (siempre son "los otros" los culpables: Saddam Hussein, Al Qaeda, el triángulo sunita); realización de "investigaciones propias", limitadas, rara vez llevadas a término y nunca hechas públicas; acento en el conteo de bajas militares de sus propias fuerzas, subestimando el costo pagado por los iraquíes; obstrucción de los esfuerzos de los iraquíes para llevar registro de sus muertos.

Cada vez que ocurren ataques de las fuerzas de ocupación contra la población, la autoridad militar abre "investigaciones" que en ningún caso han llegado a su término. Un ejemplo grave es el del bombardeo con misiles de racimo en la localidad de Hilla, en marzo del año pasado, donde murieron cerca de 250 civiles y miles resultaron heridos.

Ante los ineludibles reportes de la carnicería brindados en una primera incursión por la Cruz Roja Internacional, el comando central estadunidense prometió abrir una investigación. Esta concluyó al poco tiempo con un lacónico: "sin evidencias". El caso de Hilla, insiste IBC, no es una excepción sino un patrón de conducta.

Hay más. Se cita el caso de un anuncio hecho en diciembre del año pasado por la doctora Nagham Mohsen, funcionaria del Ministerio de Salud iraquí, de que se inició un recuento de bajas de los registros en cada hospital del país. A los pocos días, Mohsen anunció que sus superiores del gobierno provisional le ordenaron cesar la investigación.

En suma, concluye un análisis de John Sloboda y Hamit Dardagan, autores de IBC, "se da una situación en la que el perpetrador de crímenes de guerra promete investigaciones que nunca se rinden ante la opinión pública, con lo que niega al pueblo iraquí el derecho a contar sus propios daños; al dolor se suma el insulto".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email