México D.F. Sábado 20 de marzo de 2004
Convoca el presidente de EU al cuerpo diplomático
en Washington a defender la guerra
Investigación legislativa detecta 237 mentiras
de Bush para invadir Irak
No habrá paz con el enemigo terrorista, dice
el mandatario en el primer aniversario de la agresión
Ninguna referencia oficial a los 571 militares estadunidenses
y miles de civiles iraquíes muertos
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 19 de marzo. El presidente
George W. Bush convocó hoy al cuerpo diplomático en Washington
a defender su invasión de Irak en el primer aniversario de la guerra
de ocupación, pero su discurso no mencionó ninguna de las
237 mentiras y declaraciones engañosas sobre Irak hechas por el
mandatario y su equipo para justificar la agresión, según
un nuevo informe del Congreso.
Los estrategas de la Casa Blanca han orquestado una serie
de actos a lo largo de la semana en torno del aniversario para reafirmar
que la invasión y ocupación de Irak fueron justificadas en
el contexto de la "guerra contra el terrorismo", misión elogiada
en discursos ante las tropas, una visita sorpresiva a Bagdad por el secretario
de Estado y varios foros más.
Pero el discurso del presidente ante el cuerpo diplomático
de los países que apoyan la guerra revela claramente las dificultades
que enfrentan estos políticos para justificar una guerra que hasta
el momento ha cobrado las vidas de 571 militares estadunidenses, mi-les
de civiles iraquíes y que aún no ha resultado en la detección
de ni un solo depósito de armas de destrucción masiva.
"Es algo bueno que las demandas de Naciones Unidas fueran
aplicadas, no ignoradas con impunidad", declaró Bush.
"Es bueno que años del desarrollo de armas ilícitas
por el dictador hayan llegado a su fin. Es bueno que el pueblo iraquí
ahora esté recibiendo asistencia en lugar de sufrir bajo las sanciones",
dijo.
Los desacuerdos, cosa del pasado
Bush reconoció que existieron "de-sacuerdos" con
aliados durante la guerra, pero insistió que es algo del pasado
y que el mundo permanece ahora unido en la lucha "contra el terrorismo".
Resucitando
un tema que ha sido piedra angular de la política exterior estadunidense
de los dos años anteriores, el mandatario reafirmó que las
naciones, o están de lado de Estados Unidos o están con los
terroristas.
"No hay terreno neutral, ningún terreno neutral,
en la lucha entre la civilización y el terror, porque no hay terreno
neutral entre el bien y el mal, la libertad y la esclavitud, y la vida
y la muerte", declaró.
Bush hizo repetidas referencias a los atentados recientes
en Ma-drid como prueba de los "males" cometidos por los enemigos de Estados
Unidos.
En declaración que pareció dirigida al nuevo
gobierno español, dijo que "no puede haber una paz por separado
con el enemigo terrorista (...) Cualquier señal de debilidad o retiro
da validez a la violencia terrorista e invita a más violencia para
todas las naciones".
Pero la justificación oficial para esta guerra
se sigue desenredando en Estados Unidos. El New York Times publicó
un extenso editorial detallando los fracasos de la invasión de Irak
en relación a los su-puestos objetivos de la guerra.
"A corto plazo, la invasión a Irak y el derrocamiento
de su líder no han hecho virtualmente nada para detener el terrorismo",
opinó.
Por su lado, el Washington Post publicó
una nota en primera plana detallando todas las diferentes maneras en que
las aseveraciones iniciales del gobierno de Bush han resultado ser, en
el mejor de los casos, imprecisas.
Tal vez el documento más notable difundido esta
semana fue el informe preparado por investigadores legislativos para el
diputado federal demócrata Henry Waxman.
El documento examina las declaraciones públicas
de Bush, el vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Estado, Colin
Powell; el se-cretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y la asesora de Seguridad
Na-cional, Condoleezza Rice.
Este informe reproduce 237 "declaraciones engañosas
sobre la amenaza representada por Irak" hechas por estos funcionarios a
partir de un año antes de que se lanzaran las primeras bombas contra
Bagdad.
"Entre el 12 de septiembre de 2002 y el 17 de julio de
2003, el presidente Bush hizo 55 declaraciones engañosas sobre la
amenaza representada por Irak en 27 presentaciones publicas", detallan
los investigadores legislativos.
En este documento, y en otros, el vicepresidente gana
el premio del que más estiró la verdad.
El 16 de marzo del 2003, cuatro días antes de iniciarse
la guerra contra Irak, Cheney declaró que "creemos que él
(Saddam), de he-cho, ha reconstituido las armas nucleares", aunque las
agencias de inteligencia estadunidenses reconocen que Irak no tiene, ni
tenía en esas fechas, armas nucleares.
La respuesta de los altos funcionarios del gobierno a
toda pregunta de periodistas sobre estas declaraciones imprecisas, si no
engañosas, simplemente es negar todo.
Versión cantinflesca
Al ser cuestionado sobre declaraciones previas a la guerra,
de que Irak era una "amenaza inminente", Rumsfeld respondió esta
semana a periodistas de CBS News que "us-tedes y unos cuantos críticos
más son las únicas personas que he escuchado emplear la frase
'amenaza inminente'. Yo nunca; el presidente no lo hizo".
Pero cuando, minutos después, otro periodista,
en el mismo programa, leyó una cita de Rumsfeld de 2002 en la que
dijo que "ningún Estado terrorista presenta una amenaza mayor o
más inmediata a la seguridad de nuestro pueblo y del mundo que el
régimen de Saddam Hussein en Irak", el secretario reaccionó
primero con una pausa, y comentó: "Eh, eh, mi percepción
de la situación era que él, él, tenía, creíamos,
la mejor inteligencia con la que contábamos, y que otros países
tenían, y que creemos, y aún no sabemos, sabremos".
Según el resumen de declaraciones elaborado por
los investigadores legislativos, el propio Bush de-claró el 2 de
octubre de 2002 que "el régimen iraquí es una amenaza de
urgencia única", y el primero de mayo del 2003 sugirió que
"la liberación de Irak removió un aliado de Al Qaeda".
El informe legislativo de estas declaraciones no incluyó
lo que caracterizaron como "cientos" de declaraciones que eran ambiguas
o imprecisas; y que los investigadores fueron cuidadosos en categorizar
la mayoría de los comentarios de estos altos funcionarios como "declaraciones
erróneas", en lugar de decir que eran mentiras.
Pero en 10 instancias particulares los investigadores
detectaron de-claraciones públicas de estos altos funcionarios que
plenamente "contradicen los hechos conocidos en ese tiempo por el gobierno".
Lo grave de estas declaraciones engañosas, informan
los investigadores legislativos, es que muchas de ellas fueron del presidente
de Estados Unidos y sus más altos funcionarios para persuadir al
Congreso a aprobar un acto de guerra.
"No hay decisión más grave que enviar a
nuestras fuerzas armadas a la batalla", declaran los investigadores, y
el informe deja la clara impresión que Bush, deliberadamente, engañó
al Congreso para obtener la aprobación de esa guerra sobre pretensiones
falsas.
Los actos oficiales del aniversario de la guerra buscan
borrar, o dejar atrás, estos detalles. Bush insiste en que el mundo
está ahora mejor, con o sin mentiras.
Este pueblo tendrá que decidir si le importa o
no.
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