México D.F. Miércoles 17 de marzo de 2004
Valles, agente del Cisen con fama corruptora: PRD
Oriundo de Acapulco, Guerrero, José Luis Valles López, delegado del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen) en el Distrito Federal, se ha visto involucrado lo mismo en "prácticas de corrupción" en tiempos del salinismo que en la deportación del ex cónsul de Cuba en México, Pedro Aníbal Riera Escalante, a finales del zedillismo.
En 1993 Valles López -recuerda Guadalupe Acosta Naranjo, secretario de Organización del Partido de la Revolución Democrática (PRD)- era delegado de la Secretaría de Gobernación, bajo la responsabilidad de Patrocinio González Garrido. Desde entonces se dedicaba al "espionaje político faccioso, no a la información política".
Eran tiempos del salinismo, época de las concertacesiones y los cambios continuos de gobernadores recién electos, que llegaron a contabilizar casi una veintena en esa administración. Había entonces un nuevo conflicto poselectoral tras la elección que llevó al palacio de gobierno al priísta Rigoberto Ochoa Zaragoza.
La orden de Patrocinio a Valles fue clara, rememora Acosta Naranjo: "entablar una negociación con los inconformes, encabezados por el candidato perredista a la gubernatura, Juan Ramón Tirado, hoy asesor del gobernador nayarita Antonio Echavarría, y conmigo, que en ese tiempo era aspirante a la alcaldía de Tepic".
En la misma plaza principal de Tepic, añade, Valles "se acercó a Tirado y a mí para tratar de persuadirnos. Vamos con el gobernador electo -Ochoa Zaragoza- y nos arreglamos, nos dijo en tono prometedor". Hubo rechazo inmediato y la protesta continuó, relata Acosta. "Su fama corruptora fue conocida desde entonces."
Semanas después, indica, Salinas de Gortari hizo una gira por la entidad en compañía del ex gobernador Emilio M. González, y en el mismo aeropuerto ordenó que Tristán Canales, entonces subsecretario de Gobernación, gestionara la instalación de una mesa de diálogo que, al final, resultó infructuosa. Ochoa Zaragoza sería gobernador.
Después, en las postrimerías del zedillismo, Valles se vio involucrado, como agente del Cisen bajo las órdenes de Diódoro Carrasco Altamirano, en la deportación de Pedro Aníbal Riera Escalante, mayor retirado de la Dirección de Inteligencia cubana. Fue detenido el 3 de octubre de 2000.
Ya en prisión en Cuba, según refiere el Centro Pro, Riera declaró que fue traicionado por el gobierno mexicano y que el artífice de la maniobra fue Valles López.
El Cisen inicialmente desconoció al agente, pero después el titular, Alejandro Alegre, lo reconoció como uno de sus subordinados. Hoy está envuelto en el encuentro del 20 de febrero con Ahumada y con el señalamiento de que fue quien pagó la renta del salón del hotel, aunque Gobernación lo trató de exculpar señalando que ese día realizaba otras operaciones en ese lugar. RENATO DAVALOS
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