México D.F. Miércoles 17 de marzo de 2004
El gobierno califica de "inmoral" y "golpista"
el dictamen que apoya al referéndum
Legisladores buscarían cese de magistrados que
validaron firmas contra Hugo Chávez
La oposición reclama que "sin dilación
alguna" se acate fallo de la sala electoral
DPA, AFP Y REUTERS
Caracas, 16 de marzo. La directiva del Congreso
de Venezuela, dominado por el oficialismo, advirtió hoy que podría
iniciar un proceso de remoción de los magistrados que aprobaron
un fallo favorable de las firmas de la oposición que solicitan un
referéndum revocatorio del mandato del presidente Hugo Chávez.
El
referéndum entró así en un estado de indefinición,
atrapado en un conflicto jurídico entre dos salas del Tribunal Supremo
de Justicia (TSJ), mientras que el Consejo Nacional Electoral (CNE) se
disponía a interponer un recurso legal de "revisión" ante
la Sala Constitucional del propio TSJ en "defensa de sus derechos e interés".
El gobierno venezolano calificó de "mafioso", "inmoral"
y "golpista" el fallo jurídico que dio validez a miles de firmas
en disputa, necesarias para pedir la consulta popular. "Esta sentencia
hay que analizarla como una sentencia mafiosa (...) Es don Corleone administrando
justicia", afirmó el vicepresidente José Vicente Rangel.
En un comunicado público, la directiva del Congreso
calificó de "nula e inconstitucional" la decisión emitida
por la sala electoral del TSJ, que ordenó la víspera al ente
electoral validar más de 800 mil firmas que había objetado,
con lo cual rebasaría el mínimo de 2.4 millones de rúbricas
requeridas para convocar a la consulta.
Diputados de la oposición criticaron el comunicado,
al señalar que sólo fue aprobado por la directiva de legisladores
oficialistas.
Uno de los directivos del CNE, Jorge Rodríguez,
dijo que se prepara una acción legal mediante un recurso de "revisión"
y que ellos sólo acatarán lo que determine la Sala Constitucional,
al explicar que es la instancia autorizada para interpretar la Constitución.
"En todo caso, los actores del referéndum saben
que el camino más engorroso y largo para activarlo es el judicial.
Pregunto si la intención es alargar esto y llevarlo a una situación
donde nadie gana", recalcó.
Rangel calificó de "subversiva" e "inconstitucional"
la decisión de la Sala Electoral, y dijo que en el gobierno "nos
acogemos a cualquier decisión de la Sala Constitucional" por ser
la que tiene jurisdicción en la materia, la instancia que resguarda
la Constitución de 1999 y que designó a las autoridades del
CNE.
Sostuvo que era una decisión "subversiva" porque
buscaba "provocar" a la población, y que los magistrados de la Sala
Electoral son "golpistas porque están en una fase superior de la
subversión", evocando que absolvieron a los militares involucrados
en el efímero golpe de Estado del 12 de abril de 2002 contra Chávez.
La Sala Constitucional pidió el viernes a sus colegas
que se inhibieran de pronunciarse, debido a que ellos ya estaban estudiando
el tema.
Partidarios chavistas protestaron frente al TSJ, al grito
de "¡mercenarios de la justicia!" y ¡vendidos!", y colocaron
una manta que decía "fraude". Mientras, el Movimiento V República
afirmó que dará "la madre de las batallas legales" para revertir
el fallo.
La oposición, que reclamó que el CNE acate
el fallo de la Sala Electoral "sin dilación alguna" al ser acogido
su amparo, se abstuvo de efectuar una manifestación como tenía
previsto, con el propósito de evitar confrontaciones, a petición
de la observación internacional.
El conflicto jurídico se produjo en momentos en
que las pláticas entre la oposición y el CNE estaban en un
punto muerto, sin que la Organización de Estados Americanos y el
Centro Carter hayan podido remover la situación.
El Grupo de Países Amigos -Brasil, Chile, España,
Estados Unidos, México y Portugal- expresó su "preocupación"
por la evolución que ha tomado este asunto, y estimó que
"su prolongada indefinición no contribuye a la solución de
los graves problemas políticos internos de Venezuela". Por ello,
instó a gobierno y oposición al diálogo y a una salida
constitucional, pacífica y democrática de la crisis.
Estados Unidos dijo que "se trata de un proceso que necesita
ser llevado de manera transparente, constitucional y que refleje la voluntad
del pueblo". Pero, dijo no ser experto constitucional sobre Venezuela,
a decir del Departamento de Estado.
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