Ocupará la "presidencia" sindical, cargo creado ex profeso para ella

Gordillo se atrinchera en el SNTE

CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA

Tonatico, Méx., 16 de marzo. Algunos maestros lo definieron como un elbazo. Debilitada en el PRI, unas horas después de dejar su diputación, Elba Esther Gordillo regresa al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a nueve años de haber dejado la dirigencia, ahora como presidenta del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), cargo que fue creado ex profeso para ella.

En un congreso a modo, en el que no participó la disidencia y que se realizó de manera fast track, el sector institucional también aprobó la ampliación del periodo de mandato de los dirigentes nacionales y seccionales de tres a cuatro años, y dio marcha atrás a su proyecto de instaurar la votación universal, directa y secreta como mecanismo único para la elección de todos sus líderes, y lo dejó como una "forma de elección más" que se aplicará a criterio de los órganos de gobierno.

Hasta el cierre de esta edición, el congreso había acordado la creación del nuevo cargo para Gordillo y los participantes sólo estaban a la espera de que la secretaria general del PRI regresara de la ciudad de México a la sede de los trabajos para ungirla como nueva presidenta.

También seguía pendiente la discusión acerca de la nueva integración del CEN del gremio, acorde con la estructura sindical recién aprobada. Los dirigentes del sector institucional daban por hecho la prolongación del mandato de Rafael Ochoa por cuatro años más, con lo que sumaría siete en total, sólo que ahora como secretario general ejecutivo, puesto de nueva creación también, además de la incorporación de ex dirigentes seccionales y ex diputados priístas en el nuevo comité nacional.

La historia se repite en el SNTE. La reforma que se consumó ayer es la segunda en sus 61 años de vida. La primera, la de 1992, también obra de Gordillo, fue el contexto para su relección y su permanencia seis años al frente del gremio, el doble de lo que permitían los estatutos.

No es la primera vez que se inventan cargos para Gordillo. En 2000 fue nombrada presidenta del Comité Nacional de Acción Política del SNTE, a pesar de que los estatutos establecían que ese cargo lo debía ocupar el secretario general en turno.

Además de la nueva estructura de gobierno, el SNTE aprobó incluir las figuras de referéndum, plebiscito y revocación del mandato, así como nuevos esquemas de proporcionalidad que permitirían aumentar hasta nueve el número de carteras para las minorías, tanto en las secciones como en el CEN, y creó un comité nacional de fiscalización y rendición de cuentas que se encargará de supervisar el trabajo de los dirigentes.

Por la tarde, Ochoa -quien estuvo presente la mayor parte del tiempo en la mesa plenaria- aseguró que con estas reformas el sindicato se convertiría en "ejemplo de democracia sindical". Sin embargo, no aclaró que la aplicación de las nuevas figuras queda siempre a discreción de los órganos de gobierno del sindicato magisterial, manejados por el grupo gordillista.

La cúpula sindical finalmente dio acceso a los pocos representantes de medios de comunicación que acudieron al hermético congreso en la unidad deportiva de Tonatico.

En referencia a que la inauguración se hizo a puerta cerrada y sin convocar a los periodistas para evitar las protestas de los disidentes, Ochoa se justificó y rechazó que se tratara de un acto clandestino: "lo único que nos interesaba es que estuvieran presentes los delegados".

Las mesas de trabajo, ubicadas en diversos hoteles de Ixtapan de la Sal y Tonatico, se despacharon rápido. El mismo día que iniciaron los trabajos concluyeron las discusiones en la mayoría de ellas. En la cinco, en la que se abordó el tema de la "consolidación de la democracia", hubo intervenciones de profesores de San Luis Potosí en contra de la relección, que fueron escuchadas pero como si se tratara de un mero trámite. Había prisa por terminar. Sólo en los temas más polémicos había una o dos participaciones fuera del guión.

La maniobra para darle "un barniz de legitimidad" -como decía alguno de los delegados- al nombramiento de Gordillo se fraguó desde la noche anterior. Los dirigentes seccionales fueron convocados a una reunión con la cúpula sindical y ahí se les mostraron cartas de apoyo a la secretaria general del PRI para que las suscribieran los delegados que estaban a su cargo.

En el transcurso de la mañana, los dirigentes sindicales comenzaron a convocar a sus delegados para ordenarles que suscribieran la carta. El profesor Humberto Domínguez, representante de la sección 27, de Sinaloa, relató que ni siquiera les daban tiempo de leer el documento y que sólo les decían: "Maestro, firme aquí".

Algunos delegados manifestaron su molestia y se negaron a firmar, como ocurrió en el caso de algunos grupos, entre los que se encuentran profesores de Sinaloa, Jalisco y el Distrito Federal. El Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo, que encabeza la profesora Emma Rubio, tampoco se sumó a la propuesta, pero lo hizo con toda discreción para evitar "conflictos", según reconoció la propia maestra Rubio.

Pero estos señalamientos no fueron escuchados, porque ciertamente representaban los de una minoría en un congreso controlado por el sector institucional. Fue el preludio del retorno de Gordillo a la dirigencia del SNTE. También se pusieron candados para aquel que quiera aspirar a la presidencia. Deberá tener como mínimo 11 años de antigüedad en el sindicato y haber ocupado un cargo dentro de la dirigencia.

En tanto, las intenciones que por años presumieron los dirigentes de que el SNTE iba a dar el ejemplo y elegir a sus dirigentes mediante voto universal, directo y secreto, se quedaron cortas. El estatuto reformado señala que será un "método de elección más", cuya aplicación dependerá exclusivamente de la decisión del congreso o el consejo nacional.

En la plenaria, Ochoa reconoció que se equivocó al apostar por la votación universal, directa y secreta, porque "creí que era la panacea". Dijo que finalmente no se decidió instaurarlo como el único método de elección, porque se corría el riesgo de que en tiempos de "rebatinga por las posiciones" los gobernadores, partidos políticos o empresarios tuvieran la tentación de financiar campañas en el magisterio y de esa manera, buscaran atomizar al sindicato. Esta es la democracia al estilo del SNTE.