Les demanda honestidad, y pide a las autoridades que apliquen la ley

Censura la Iglesia afán de políticos por obtener bienes de manera ilegal

JOSE ANTONIO ROMAN

En un tímido y escueto comunicado, en el que se llama a la honestidad, la justicia, la verdad y la moral pública, la jerarquía católica del país fijó su postura en torno a los videos en los que se presumen actos de corrupción de dirigentes políticos y funcionarios públicos. En eso de la corrupción, tampoco los obispos lanzaron la primera piedra.

En el comunicado, dado a conocer por varios miembros del Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los obispos se conforman con expresar su preocupación porque hoy día predomina la cultura del individualismo, la hegemonía de los principios del mercado, el consumismo, el débil compromiso con lo público, el afán de poder y la codicia por obtener bienes materiales de manera indebida.

En la lectura del texto estuvieron el presidente de la CEM y obispo de la diócesis de León, José Guadalupe Martín Rábago; el vocal y obispo de Aguascalientes, Ramón Godínez Flores, y el obispo auxiliar de la arquidiócesis de México, Guillermo Ortiz Mondragón. Ni siquiera cuando se les comentó que también se peca por omisión, los prelados accedieron a responder preguntas.

También se les recordó que con frecuencia ellos han declarado que se debe tener valentía para denunciar el mal y que los ciudadanos no deben permanecer callados, sino asumir su compromiso. Nada los hizo modificar su postura. Martín Rábago se escudó en que los más de 20 obispos del Consejo Permanente del Episcopado estaban retrasados en sus trabajos y que debían regresar para trabajar.

Y es que ayer, en la sede de la secretaría general de la CEM, la directiva episcopal se reunió casi todo el día, no sólo para aprobar el escueto comunicado titulado "Algunas consideraciones frente a los vergonzosos hechos de corrupción acontecidos en nuestro país", sino en la preparación de la próxima asamblea del Episcopado, programada del 19 al 23 de abril próximo.

La lectura de las escuetas y tibias consideraciones de los obispos duró apenas unos minutos. Cabe recordar que hace algunos meses la Iglesia católica se vio involucrada en denuncias de sacerdotes pederastas, de las que nunca se ha sabido que alguien haya sido castigado, y de presuntas narcolimosnas.