México D.F. Martes 16 de marzo de 2004
Fuerzas nacionalistas y de izquierda ofrecen
apoyo condicionado al mandatario electo
Rodríguez Zapatero, obligado a tejer alianzas
para concretar reformas
Catalanes y vascos, en favor de negociar nuevos estatutos
en materia de autonomía
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid,
15 de marzo. La composición del nuevo Parlamento español
tras los comicios del domingo obligará al presidente electo de gobierno,
el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a tejer alianzas
para sacar adelante las iniciativas y reformas.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con
164 escaños, 13 menos que los necesarios para alcanzar la mayoría
absoluta, recibió hoy el compromiso de colaboración de las
formaciones nacionalistas catalanas y vascas y de izquierda, que serán
determinantes para el futuro gobierno español.
Ante el compromiso de Rodríguez Zapatero de mantener
una política de "diálogo" con todas las fuerzas, los principales
líderes de la oposición anunciaron su voluntad de colaborar
y apoyar con su voto la sesión de investidura.
Convergencia i Unió (CiU), la tercera fuerza parlamentaria,
con 10 diputados, podría ser uno de los aliados de Rodríguez
Zapatero, ya que su líder, Josep Antoni Durán Lleida, confirmó
hoy que su posición favorable en la sesión de investidura
depende de las conversaciones con los socialistas, pero que en ningún
caso piensan votar en contra.
Sin embargo, el dirigente democristiano catalán
anunció que su respaldo en otros asuntos dependerá de la
postura del nuevo Ejecutivo en "cuestiones clave para los nacionalistas",
sobre todo en su voluntad para llevar a cabo una reforma del estatuto de
autonomía catalán para diseñar un nuevo sistema de
financiamiento.
En similares términos se expresó Josep Lluis
Carod-Rovira, líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC),
una de las formaciones que más ascendieron en estos comicios, al
pasar de un representante a ocho, convirtiéndose en la cuarta fuerza
parlamentaria.
El dirigente independentista señaló que
ERC apoyará a Rodríguez Zapatero si hay un compromiso explícito
de "asumir los proyectos básicos del gobierno tripartito catalán"
y de "desmontar la arquitectura de leyes involucionistas aprobadas por
José María Aznar".
ERC tendrá por primera vez desde la restauración
a la democracia un grupo parlamentario propio en el Congreso español.
Es una de las fuerzas que pueden ser cruciales para el futuro gobierno,
pero su respaldo también está condicionado a que se inicien
las negociaciones para la aprobación de un nuevo estatuto para "desmontar
la herencia nefasta de José María Aznar".
Carod-Rovira añadió que el futuro gobernante
debe "poner fin a la política arrogante, prepotente y autoritaria
del actual gobierno, y acabar con el uso y abuso del terrorismo como instrumento
para perseguir la diversidad, lo que implica negociar un acuerdo entre
todos los partidos".
A su vez, el presidente del moderado Partido Nacionalista
Vasco (PNV, en el poder en Euskadi), Josu Jon Imaz, con siete diputados
en el Congreso, señaló que está "abierto y sin condiciones"
a dialogar con el nuevo presidente del gobierno español sobre las
exigencias de su formación en materia autonómica.
Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida
(IU, comunistas y republicanos), reconoció que el retroceso de su
formación en los comicios -al pasar de nueve a cinco parlamentarios-
se produjo por la "transfusión roja del electorado para que el PSOE
cumpla su compromiso de regeneración democrática", por lo
que anunció que será "una fuerza leal" con el nuevo gobierno.
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