México D.F. Martes 16 de marzo de 2004
Zedillo ''designó'' a Fox, considera
el jurista Miguel Covián
Proceso penal contra el ex presidente y Diego Fernández,
demandan legisladores de PRD y PT
KARINA AVILES, ENRIQUE MENDEZ, JOSE A. ROMAN Y CIRO
PEREZ
Las
bancadas de PRD y PT en la Cámara de Diputados exigieron el inicio
de un proceso político y penal en contra del ex presidente Miguel
de la Madrid y los senadores Manuel Bartlett y Diego Fernández de
Cevallos por su responsabilidad en el ''operativo de Estado'' que
se preparó para el fraude electoral de 1988, revelado por el propio
ex presidente en sus memorias.
Por su parte, el jurista Miguel Covián dijo que
la confesión del ex mandatario sobre su participación en
el fraude electoral de 1988 es una prueba más de que en México
''no se han realizado elecciones legítimas'' hasta la fecha, y de
que el presidente en turno tiene el poder para designar a su sucesor en
''condiciones fraudulentas o de ilegalidad''.
Al contrario de lo que se cree, Ernesto Zedillo no rompió
con la tradición de su partido y ''designó'' a Vicente Fox
como su heredero, porque el panista representaba la garantía
de continuar con el modelo neoliberal, afirmó el académico.
Covián se refirió al editorial publicado
ayer en The New York Times, donde a propósito del libro Cambio
de rumbo. Testimonio de una presidencia 1982-1988, de Miguel
de la Madrid, el periódico destacó que el ex mandatario aceptó
el fraude de esas elecciones con la famosa caída del sistema
que dio el triunfo a Carlos Salinas en perjuicio de Cuauhtémoc Cárdenas.
Agregó que un claro ejemplo de que no se ha roto
con las formas priístas de designar al heredero es la elección
de 2000: ''Ernesto Zedillo designó a su sucesor y decidió
entregar el poder a un candidato de fuera, porque era una forma de continuar
con el neoliberalismo'', además de que otros posibles candidatos
no cumplían con los requisitos del PRI -como haber ocupado un cargo
de elección popular- para aspirar a la Presidencia.
Por su parte, el vocero de la diputación perredista,
Inti Muñoz, sostuvo que ''las revelaciones de Miguel de la Madrid
son de un cinismo descarado, que utiliza para justificarse aduciendo un
principio de patriotismo, pero que reflejan una doble moral. Y en ese robo
aparece otra vez Diego Fernández, quien es parte de una red de complicidades
que opera desde hace 20 años en el país y no se tienta el
corazón para atropellar la legalidad y los intereses del pueblo''.
A su vez, el coordinador del Partido del Trabajo, Gonzalo
Yáñez, planteó la conveniencia de que se reabra el
expediente de 1988, porque no puede haber impunidad en ningún terreno.
''La guerra sucia no sólo ocurrió en los 70 y los
80. Se presentó en forma de un descomunal fraude en 88, un asesinato
en 1994 y la compra de la Presidencia de la República en 2000. México
ha estado sometido a una historia de vilezas y ahora esa guerra
se presenta como una conspiración rumbo a 2006. No hay nada fortuito'',
comentó.
En esa revisión del pasado se debe incluir la participación
de ''este celebérrimo hombre de turbulentas y espectaculares maquinaciones
políticas, Diego Fernández de Cevallos, que reaparece en
escena en la conspiración contra el jefe de Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador, y ahora se quiere erigir
como paladín de la verticalidad'', señaló.
Para Inti Muñoz, el reconocimiento explícito
del ex mandatario respecto de que ordenó esconder las cifras sobre
los resultados de las elecciones presidenciales de 1988, para favorecer
a Carlos Salinas, ''confirma las versiones del fraude electoral y que éste
fue resultado de una operación de Estado conducida por Miguel de
la Madrid, el propio Salinas, operada por Manuel Bartlett y culminada por
Diego Fernández de Cevallos''.
Por separado, el presidente nacional del Partido Revolucionario
Institucional, Roberto Madrazo, dijo desconocer el contenido del editorial
de The New York Times: ''No, no lo he leído'', respondió.
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