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México D.F. Domingo 14 de marzo de 2004
Montan exposición en Coyoacán
El tlachicotón y las pulcatas,
en peligro de desaparecer
JAIME WHALEY
El neutle, esa generosa bebida a la que, al decir
de muchos, le falta un grado para ser carne, está lamentablemente
en peligro de extinción.
En efecto, el pulque, pulmón o siete hebras,
denominaciones estas dos últimas del caló popular, y bebida
por antonomasia del México prehispánico, colonial e independiente,
como lo catalogó Laila Galaviz en la exposición Mi último
pulque, montada en el Museo Nacional de Culturas Populares de Coyoacán,
se encuentra al borde de la desaparición pues en tan sólo
cuatro años el número de expendios del ochtli, como
se le denomina en náhuatl, bajó de 150, cantidad que había
en el año 2000, a solamente 92, cifra correspondiente a 2004.
El
pulque, de acuerdo con informes de la dirección de prensa del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), está en franco retroceso
dentro de las preferencias de la población. La bebida mítica
con la que Tezcatlipoca entrampó a Quetzalcóatl y lo obligó
a abandonar su reinado en Tula hace nada más mil 17 años,
es cada vez menos consumido por los mexicanos.
Al decir de Pedro Flores, investigador de cultura popular,
''la muerte de la reina Xóchitl es inminente''. Muy pocas personas,
agrega, se acuerdan del pulque, y las pulquerías desaparecen día
a día junto con su oferta de vino mexicano nutritivo, embrutecedor
y subversivo.
El tlachicotón, otra de sus denominaciones
populares, tuvo su época de esplendor durante el porfiriato. En
esos días las pulcatas tuvieron mobiliario de lujo al igual
que los demás adornos de los locales, y se dice que los recipientes
para servir el blanquecino líquido tenían su nombre y medida.
Así, en las macetas cabían dos litros, en una cacariza, uno,
mientras que había cabrones y tripas de medio litro y jícaras
de un cuarto.
Los curados se hacen con base en frutas, verduras y legumbres.
Un vampiro es de jitomate mientras que una chabela dormida es de tuna roja.
Las pulcatas fueron también precursoras
de la liberación femenina, pues mucho antes de que se admitiera
libremente el paso de las mujeres a las cantinas, ya las pulquerías
contaban con su departamento de mujeres.
La exposición del Museo Nacional de Culturas Populares
(Hidalgo 289) estará visible hasta el 21 de marzo.
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