México D.F. Domingo 14 de marzo de 2004
Narran presiones y amenazas del empresario
La huida de Carlos Ahumada trajo tranquilidad a sus
vecinos en Topilejo
JOSEFINA QUINTERO MORALES
La huida de Carlos Ahumada Kurtz terminó con la
presión que ejercían los "empleados" del empresario en contra
de los habitantes de Ayometitla, en el pueblo de San Andrés Topilejo,
delegación Tlalpan. Alrededor de 20 familias fueron amenazadas y
advertidas de que "si no se largaban, sus construcciones serían
derribadas", pues edificaban sus viviendas en los límites del rancho
Las Canteras, propiedad de Ahumada.
El temor provocó que algunos pobladores abandonaran
las obras, pues sabían que la advertencia no era una broma. Durante
varios días, gente de Ahumada Kurtz también presionó
a vendedores de comida que instalaban sus puestos cerca de la entrada de
Las Canteras. La resistencia de las familias enojó al empresario
y -antes del escándalo de los videos- sembró estiércol
para que el olor alejara a los clientes.
Angel Olmos, uno de los afectados, señaló
que limpiaron la zona, pero "nos hizo la malobra, porque llenó toda
la barda con excremento, y como está en su propiedad, no podemos
retirarlo". A pesar de que han transcurrido casi dos semanas, aún
se percibe el olor de la inmundicia, aunque, hoy dicen, se sienten "un
poco más tranquilos".
Los
vecinos de Ahumada manifestaron que sin motivo aparente, "la gente" del
empresario les prohibió construir sus viviendas, y al pedir una
explicación simplemente les dijeron "que se afectaba la imagen de
Las Canteras y al patrón no le gusta verlos cerca".
Algunos habitantes prefieren mantenerse al margen y niegan
conocer a Carlos Ahumada, aunque dicen saber que ha comprado a las
autoridades del pueblo. Aseguran que tuvo tratos con el presidente del
comisariado de bienes comunales, Miguel Galicia, quien intentó desalojar
a los comerciantes y se negó a reconocerlos como comuneros.
Por su parte, Miguel Galicia admitió que Ahumada
es propietario de 80 hectáreas de tierra comunal, que adquirió
de manera ilegal; sin embargo, aclara que "fue con el ex comisario de Topilejo
Germán Flores, cuando nosotros no estábamos todavía
en la administración". Sobre su presunta relación con el
empresario, explicó que ha tenido algunas "pláticas, porque
aún no cumple el acuerdo con los comuneros. Falta construir el auditorio
que prometió, cuando se le reconoció como avecindado y se
le cedieron las tierras".
Sobre la escuela Nueva Creación construida por
Ahumada, precisó que no es propiedad del pueblo, pues en el acuerdo
se estableció que durante ocho años sería una institución
pública y después se convertirá en privada.
De ese plazo han transcurrido cuatro años y la
escuela lleva sólo tres meses funcionando. Galicia explicó
que la operación del centro educativo la promovió Ahumada;
"él fue quien consiguió los permisos ante la Secretaría
de Educación Pública, porque a nosotros nos los negaron".
El rancho Las Canteras se encuentra en el kilómetro
28 de la carretera federal México-Cuernavaca; formaba parte de 10
hectáreas tituladas a favor de 446 comuneros en 1976, que luego
fueron cedidas al empresario fugitivo Carlos Ahumada Kurtz, quien transfirió
los derechos posesorios a su esposa, Cecilia Gurza González.
En la asamblea en que se reconoció al empresario
como avecindado se aceptó la exclusión del predio y él
se comprometió a respetar el uso de suelo; supuestamente entregó
3 millones de pesos al comisario Germán Flores y construyó
la escuela.
Sin embargo, aseguran, nunca cumplió; retiró
los puestos de comida, cercó las tierras, prohibió la entrada
y cerró caminos que durante muchos años "habíamos
utilizado de paso", señalan los comuneros afectados. A través
de una malla, a lo lejos se puede ver una enorme casa de madera, así
como espacios para practicar tiro al blanco, jugar futbol y andar a caballo.
La casona contrasta con las pequeñas viviendas aledañas,
algunas de tabique y otras de cartón.
El rancho Las Canteras antes era vigilado por guardias
de seguridad privada que hacían recorridos a pie y en camionetas.
Pero según empleados de Ahumada la casa se encuentra deshabitada
desde hace tres meses y sólo hay una persona encargada de la vigilancia.
Los pobladores aseguran que todavía vieron movimiento hace dos semanas.
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