México D.F. Sábado 13 de marzo de 2004
Mónica Mayer aborda el tema en Rosa
chillante
Soslayan los críticos el análisis del
performance
Deploran la falta de diálogo entre artistas conceptuales
ARTURO JIMENEZ
Con un pastel rojo, un trío de cuerdas que cantó
Las mañanitas, un celebrado anecdotario de Maris Bustamante,
su ''amiga y cómplice", y un ánimo festivo generalizado,
se dio a conocer el libro Rosa chillante. Mujeres y performance
en México, de Mónica Mayer.
Aparte de las dos pioneras del performance y del
arte relacionado con el feminismo y la política en México,
en la fiesta, realizada el jueves, participaron la escritora Francesca
Gargallo y la artista visual Pilar Villela.
El
lanzamiento del libro, en el que Mayer hace una crónica personal
del performance en el país desde los años 70 hasta
el presente, se realizó en el aula magna del Anglocentro Antonio
Caso.
Un recorrido en el que, como escribe Mayer, el lector
encontrará ''bodas, hilos de sangre, mapas corporales, política,
supermujeres, diosas, prostitutas, economía, madres, niñas,
rituales privados, travesuras, melodrama, trabajo, sexo, fuerza".
Y nombres de antes y de ahora, como Magali Lara, Pola
Weiss, Ana Victoria Jiménez, Rowena Morales, Yolanda Andrade, Lourdes
Grobet, Carmen Boullosa, Mónica Castillo, Silvia Gruner, Patricia
Soriano e Isabel Leñero.
Además, Lorena Orozco, Teresa Margolles, Cecilia
Sánchez Duarte, Lorena Wolffer, Katia Tirado, Elvira Santamaría,
Emma Villanueva, Andrea Ferreira, Rocío Boliver (La Congelada de
Uva) y Niña Yhared (1814).
Y nombres de grupos de antes y ahora, como Polvo de Gallina
Negra, Tlacuilas y Retrateras, Bio-Arte, Línea Abierta, 19 Concreto
y Semefo, entre otros.
En las intervenciones se destacó la importancia
de un libro sin precedente sobre un tema poco investigado y casi siempre
marginado por la crítica.
Carta de apoyo a Fanny Rabel
Maris Bustamante, quien llevó un video para ''probar"
que Mónica Mayer es ''una mujer completa que vive gustosa de su
vida y de sus contradicciones", dijo que Rosa chillante es un libro
que prueba su generosidad.
En medio de anécdotas, como la de lanzar brujitas
explosivas en el piso para que la gente no se saliera de sus presentaciones,
recordó que este año su ''dueto infernal", Mayer, cumple
medio siglo de vida.
Bustamante también llevó una pistola de
agua para dispararle a los críticos e intelectuales indiferentes
a las artes visuales y en particular al performance.
Sin embargo, reconoció que muchos performances
de ahora le parecen aburridos y que no deberían ser considerados
como tales.
La escritora Francesca Gargallo dijo que el performance
se mantiene, aunque consideró que son menos divertidos que los pornoshows
de los años 80 de Maris Bustamante.
Pilar Villela, performancera y una de las ''rosas chillantes"
del jardín de Mayer, consideró a la autora como su maestra,
y celebró el tono ligero y sembrador de dudas del libro.
Las participaciones terminaron con una crítica
general a la falta de diálogo entre las diversas generaciones de
artistas conceptuales y con el llamado a firmar una carta en apoyo de la
creadora Fanny Rabel, a quien quieren lanzar de su departamento.
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