México D.F. Sábado 13 de marzo de 2004
Gustavo Leal F.*
Levy, un "visionario" más
Según el más reciente Informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ejemplo revelador de lo que hace falta avanzar en la materia es el aumento del número y la gravedad en las quejas por deficiencias en la prestación de servicios de salud.
Por escasez de medicamentos, insuficiencia de equipo, negligencia en la atención e inadecuada prestación de los servicios, sólo durante 2003, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ocupó el -poco honroso- cuarto lugar entre las autoridades más frecuentemente señaladas como responsables de violaciones a derechos. El ombudsman dirigió a Santiago Levy, director "financiero" del instituto, 10 de las 56 recomendaciones emitidas.
El estado de los servicios de salud durante el foxismo reflejado en este Informe constituye una evidencia más para engrosar el saldo de 40 meses de un gobierno "del cambio" que, en el IMSS, se ha dedicado tan sólo a publicar su "fragilidad" financiera y los "riesgos de sus pasivos", buscando desmantelar el régimen de jubilaciones y pensiones (RJP) de 371 mil trabajadores activos y 107 mil jubilados y pensionados.
Pero es claro que si algo presiona efectivamente sobre las finanzas institucionales ese algo se resume en el esférico fracaso de la nueva Ley del IMSS de 1995, impuesta por Ernesto Zedillo, Luis Téllez, Genaro Borrego y Gabriel Martínez.
En su comparecencia del pasado 11 de noviembre ante la Cámara de Diputados, Santiago Levy escuchó de los legisladores una lista de errores cometidos en su administración y las que lo antecedieron.
El primer error mencionado alude al cambio en el mecanismo de financiamiento del seguro de enfermedad y maternidad (SEM) -de la nueva ley-, que disminuyó las cuotas patronales más de 30 por ciento y aumentó las del gobierno. En su momento, los "visionarios" zedillistas señalaron que ello resolvería en definitiva su déficit de operación. Pero en junio de 2003 se informó que el SEM estaba desfinanciado y operaba con un déficit cada vez mayor, porque no se compensó con el aumento de la aportación del gobierno.
Los legisladores reunieron el segundo error con el caso del seguro de guarderías. Con la nueva ley, también disminuyó la aportación patronal para su financiamiento de 1 a 0.8 por ciento, aunque la demanda no esté satisfecha y el IMSS cumpla más de nueve años de no poner en funcionamiento guarderías.
Y mientras el muy ecuánime presidente de la Comisión de Seguridad Social, el perredista Miguel Alonso Raya, se esforzaba en exhortar a los actores sociales "al diálogo", los legisladores preguntaron directamente al "visionario" Levy: Ƒpor qué, sabiendo "que había ese desfinanciamiento en el SEM, en lugar de ajustar las cuotas obrero-patronales y las aportaciones del gobierno, se optó demagógicamente por hacer lo contrario, con el supuesto de que crecería el empleo y mejorarían los salarios, cosas que no sucedieron?"
Y agregaron: "Ƒno considera que este error de cálculo, de consecuencias gravísimas para el SEM y el IMSS, debería corregirse regresándose a las cuotas patronales y a los porcentajes sobre salarios base de cotización que tenía la ley anterior?"
Finalmente, los legisladores plantearon un tercer error: el desabasto crónico de medicamentos. A pesar de la enésima "instrucción" de Fox a Levy, esta situación, sostuvieron, es causa del deterioro en la calidad de los servicios y el incremento de sus costos.
Además de la política económica responsable del actual desempleo formal -diseñada por Carlos Salinas, y seguida a la letra primero por Zedillo y ahora por Fox-, la suma de estos tres errores esféricos de los "visionarios" zedillistas, aunado al garrafal paso de Santiago Levy por el IMSS ("La modificación del RJP no resolverá el pasivo laboral de la institución", La Jornada, 8 de marzo) constituye el verdadero fondo del estado financiero institucional, y no el RJP de los trabajadores que lo sostienen en pie.
Poco después de la "reforma" de Zedillo (1995), el entonces director Genaro Borrego escribió que el IMSS "es hoy más fuerte, más seguro y más social. Tiene plena garantía futura para los usuarios de la seguridad social en el siglo XXI. Están garantizados los recursos de las pensiones para las actuales y las nuevas generaciones" (Solidaria, 134, 1999). Pero ahora el apocalíptico Levy se ha empeñado en declarar que su situación es "insostenible". šAlguien miente!
ƑQué clase de gobierno se requerirá como para llamar a rendir cuentas a este puñado de "visionarios" de la "garantía futura" del IMSS, a los que ahora se agregan, alegremente, Eduardo Sojo, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, la Condusef, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado y hasta algunos entusiastas de una "reforma" del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado que sea "espejo" de la del IMSS? *Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
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