México D.F. Sábado 13 de marzo de 2004
Redita Siruela su libro ¿Por qué
se ataca a la Gioconda?, en el centenario natal del artista
Salvador Dalí tuvo la inquietud de convertirse
en escritor
''Sus textos son una auténtica escritura pictórica,
reverso adecuado para una pintura literaria'', escribe la editora
del volumen Reflexiones del pintor sobre Buñuel, Miró y
Picasso, entre otros
MONICA MATEOS-VEGA
Además de pintar, Salvador Dalí tuvo la
inquietud de convertirse en escritor, aunque pronto reconoció que
las letras no tenían para él la ductibilidad que halló
en el óleo.
No obstante, desde sus primeros años como creador
plástico, escribió sobre múltiples temas relacionados
con el arte.
Con motivo del centenario natal del artista catalán,
Ediciones Siruela redita el libro ¿Por qué se ataca a
la Gioconda?, aparecido por primera vez en 1994, que recoge los textos
publicados por Dalí en la revista francesa Oui, entre 1927
y 1978.
En el volumen, editado por María J. Vera -con traducción
al español de Edison Simons-, se explica que ''el orden cronológico
de los artículos permite seguir con más facilidad la evolución
de las ideas del artista.
''Sus
obsesiones son su principal fuente temática: el erotismo, la muerte
y la podredumbre, que articulan un universo muy peculiar apareciendo de
manera recurrente a lo largo de toda su vida.
''Cuando se ocupa de estos temas, Dalí se convierte
en un auténtico surrealista. Pero la temática daliniana va
más allá de lo puramente personal.
''En sus escritos mezcla ideas filosóficas con
anécdotas aparentemente irrelevantes y se preocupa también
por el surrealismo y algunos de sus problemas, como el objeto, el automatismo
o el sueño, sin dejar de lado otros temas como la fotografía
y el cine."
De 1927 a 1930, fase catalana
Vera añade que quizá tienen más interés
los textos tempranos por ser los menos conocidos y por encontrarse en ellos
el germen de todo el proceso creativo de Salvador Dalí:
''Los años comprendidos entre 1927 y 1930 constituyen
la fase catalana del pintor. El de esta primera etapa es un Dalí
más sincero, ávido de ideas novedosas que se reflejarán
en unos textos espontáneos y libres."
En esa época, Dalí escribió El
aire del mar: ''Cada medio minuto llegaba el olor del mar, construido
y anatómico como los fragmentos de un cangrejo.
''Respiré. Aún no había nada misterioso.
El perfume de san Sebastián era el mero pretexto de una estética
de la objetividad. Respiré una vez más y esta vez cerré
los ojos, no por misticismo, ni para ver mejor mi fuero interno -como se
podría decir platónicamente- sino por mor de la sola sensualidad
de la fisiología de mis párpados.
''Luego seguí leyendo lentamente los nombres y
las indicaciones estrictas de los aparatos; cada anotación era el
punto de partida de toda una serie de delectaciones intelectuales y una
escala de precisiones que se referían a normalidades inéditas.
''Sin más explicación, intuí el uso
de cada uno y el júbilo contenido en cada una de sus exactitudes
suficientes."
Sintaxis apresurada
La editora de los textos de Salvador Dalí explica
que el artista ''se vale de una sintaxis apresurada que no admite la pausa
y nos arrastra a lo largo de párrafos interminables provocando nuestra
imaginación hasta alcanzar la confusión total y el delirio
(...)
''Imágenes chocantes, descripciones, montajes y
collages configuran en los textos de Dalí una auténtica
escritura pictórica, reverso adecuado para una pintura
literaria."
Añade que con los escritos del pintor surrealista
''el espectador no puede conformarse con la mirada fría y distante
sino que es instado a tocar, oler, chupar, lamer, devorar la obra, contaminándose
de ella.
''Dalí convierte en bello aquello que agrada a
los sentidos inferiores, algo impensable hasta ahora. ¿Es el triunfo
de la carne sobre el espíritu? Dejemos hablar a sus textos."
En el libro, distribuido en México por Colofón,
se incluye un texto que Dalí escribió a propósito
de la exposición de dibujos de Federico García Lorca que
el poeta andaluz presentó en 1927 en las Galerías Dalmau,
de Barcelona:
''Lorca es uno de los que han alcanzado esta nueva forma
de milagro siguiendo los cauces de la mayor incredulidad. Ni siquiera cree
en sus propias manos, a menos que sea para hacer girar las mesas fisiológicas
y abstractas de un solo pie.
''Toda esta poesía hallada con las manos y no con
el corazón, con la paciencia singular del relojero, ha permitido
a Lorca, partiendo de allí, alcanzar los límites que, sabiendo
ya nosotros que no son los de sus manos, sólo podían ser
los de la música.
''El instinto afrodisiaco de Lorca precede siempre a su
imaginación. Su mente desempeña en todo instante un papel
secundario.
''Cuando la imaginación preside sus dibujos, éstos
se resienten: quedan limitados a ser meras ilustraciones, más o
menos encantadoras desde el punto de vista popular y pueril."
La selección de textos incluye las reflexiones
de Dalí en torno de Joan Miró, Pablo Picasso, Luis Buñuel,
André Breton, Antoni Gaudí, Diego Velázquez.
Asimismo, abarca temas como el nacimiento del séptimo
arte, la fotografía y, por supuesto, sus obras, así como
asuntos tan distintivos de la personalidad del artista como la cuestión
de cómo distinguir un fantasma de un espectro.
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