México D.F. Viernes 12 de marzo de 2004
Decepciona a agricultores el informe preliminar
elaborado por la comisión tripartita
México debe mantener la prohibición de
sembrar transgénicos: CCAAN
Critican al gobierno por no brindar información
respecto a los organismos modificados
ANGELICA ENCISO Y VICTOR R. ARRAZOLA ENVIADA Y
CORRESPONSAL
Oaxaca, Oax., 11 de marzo. México debe mantener
la prohibición de la siembra de maíz transgénico hasta
que haya suficiente información acerca de sus consecuencias al medio
ambiente y a la salud, además de que se tiene que preservar el grano
criollo, esencial para la vida de millones de personas, determinó
el grupo asesor de la Comisión de Cooperación Ambiental de
América del Norte (CCAAN) al presentar el informe preliminar que
realizó a petición de comunidades indígenas y organizaciones
no gubernamentales.
Entre sus recomendaciones están erradicar del medio
ambiente el maíz transgénico importado, para lo cual los
campesinos deben dejar de utilizar como semillas el grano que compran en
Diconsa, ya que en los inventarios de maíz de estas tiendas hay
transgénicos, lo cual provocó que desde 2001 esos granos
aparecieran en los cultivos de los campesinos en la Sierra Juárez
de este estado y en Puebla.
El informe que se presentó en sesión pública
no respondió a las expectativas de las comunidades demandantes,
ya que no se hicieron estudios específicos del caso de Oaxaca, se
retomó la investigación que ya existía y los análisis
que se consideraron fueron los de 2002. "No hay nada nuevo", señaló
Aldo González, de la Unión de Organizaciones de la Sierra
Juárez.
Ante
alrededor de 300 personas dijo que fue una falta de respeto que el documento,
que se hizo a solicitud de las propias comunidades indígenas, fuera
presentado en inglés, lo cual dificultó su lectura antes
de la sesión de este día y por ello los asistentes no presentaron
alegatos fundamentados. Con una planta seca de maíz en las manos,
que afirmó contiene tres estructuras diferentes de organismos genéticamente
modificados, confió en que "ojalá y el informe no se utilice
para avalar la política gubernamental sobre transgénicos
y para promover organismos genéticamente modificados hechos en México".
Las comunidades solicitaron en 2002 a la CCAAN el informe
ante la falta de acciones y respuestas del gobierno mexicano, luego de
que a finales de 2001 los investigadores Ignacio Chapela y David Quist,
de la Universidad de Berkeley, descubrieron rastros de semillas transgénicas
en cultivos criollos de la Sierra Juárez del estado. La industria
desarrolló en laboratorio el maíz BT, el cual tiene una bacteria
que ataca el insecto barrenador del tallo, que no existe en México.
En distintas participaciones, representantes de comunidades
cuestionaron la falta de información del gobierno federal en informar
respecto a los transgénicos y sobre las medidas que tendrían
que adoptar los agricultores, además de que la mayoría desconoce
lo que es una semillas modificada genéticamente. Además,
dijeron que de los 17 investigadores que participaron en el informe, sólo
dos, Jorge Larson y Michelle Chauvet, visitaron las comunidades.
Por primera vez, aunque incluido de última hora
en el programa, se presentó ante el público una representante
de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente
Modificados (Cibiogem): Amanda Gálvez, integrante del consejo consultivo
de ese organismo. Ante científicos y representantes de campesinos,
organizaciones y universidades, confirmó la presencia de transgenes
en los cultivos de maíz criollo de Oaxaca y que también existe
en los inventarios de Diconsa. Agregó que se requiere un monitoreo
en las siembras a largo plazo.
A lo largo del día, el grupo asesor resaltó
que aún no existe suficiente información sobre los efectos
que los transgénicos ocasiona al medio ambiente y la salud, por
lo que es indispensable mantener la moratoria que desde 1998 existe sobre
estos cultivos. Los investigadores presentaron los 10 capítulos
del informe. Cada uno de ellos fue cuestionado y comentado por el público.
Héctor Bourges, especialista en nutrición,
dijo que "no se sabe cómo se va a comportar un maíz desarrollado
para el ambiente en Estados Unidos, diferente al de México, y los
efectos a largo plazo que pueda tener. Esto es un foco rojo". Agregó
que a largo plazo puede haber tóxicos y alergenos que pueden incidir
en la salud de los consumidores.
Puntualizó que los mexicanos, como consumidores
de entre 170 y 370 gramos diarios de maíz, tienen confianza en el
alimento, lo cual exige más cuidado, porque actualmente en el país
no hay control sobre el ingreso de maíz transgénico, el cual
penetra al país mezclado con los 6 millones de toneladas de grano
que se importa de Estados Unidos.
El presidente del grupo asesor, José Sarukhán,
dijo que los resultados de la investigación serán válidos
para todo el mundo, y confió en que los gobiernos de Estados Unidos,
Canadá y México, que forman la CCAAN, no soslayen las conclusiones.
"Quienes conozcamos el documento debemos buscar que las recomendaciones
sean atendidas y evitar que se bloqueen". Las recomendaciones finales se
darán a conocer en la reunión de ministros, en junio.
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