México D.F. Miércoles 10 de marzo de 2004
También Berlín se olvida,
nueva obra del narrador
Morábito da forma ''al libro de un viajero''
con relatos y viñetas
CESAR GÜEMES
No obstante que el título de su nuevo libro dice
lo contrario, lo cierto es que el escritor y poeta Fabio Morábito
no pudo dejar atrás Alemania.
También Berlín se olvida (Tusquets)
es prueba literaria de que el recuerdo, la memoria y la imaginación
persistieron en Morábito a lo largo al menos de cinco años
luego de su estancia en esa ciudad europea.
Relatos,
viñetas y cuentos conforman el volumen que, sin ser un libro de
viajes, tampoco traiciona a la realidad. Así lo explica su autor:
''Me percaté de que la memoria no bastaba para
hacer relatos de interés, que les faltaba una dosis de ficción.
Por eso en todos los trabajos, realidad y ficción se mezclan y sin
embargo sé que la mirada resulta fiel."
El libro se hizo muy espaciadamente -explica el narrador-:
''El primer texto lo hice en Berlín y fue dado a conocer en un diario
alemán. Ya sin que nadie me solicitara trabajo alguno, hice el segundo
texto.
''No tenía una intención clara para realizar
un libro entero en torno de Berlín, pero la ciudad me había
atrapado ya. A partir del texto número cinco advertí que
podía haber un libro en esas vivencias y puse empeño en volver
a mis notas y los recuerdos, todavía recientes, de Berlín
para trabajar."
-¿Qué cercanías tiene También
Berlín se olvida con un libro de viajes?
-Escasas, porque al escribirlo advertí que la memoria
no bastaba para hacer relatos de interés, que faltaba una dosis
de ficción. No puedo considerar, entonces, que éste sea un
libro de viajes, porque en ese tipo de escritos hay una ética entre
lo que se ve y lo que se dice. También Berlín se olvida
es, en todo caso, el libro de un viajero.
-Podría ser, entonces, una colección de
fotografías de estudio.
-He observado que algunos fotógrafos hacen cien
o más tomas de un objeto para dar a conocer sólo una imagen.
Es un acercamiento válido, pero también conozco a fotógrafos
que hacen una o dos fotografías y son las que publican, porque antes
se preparan a sí mismos y laboran en la escena que buscan presentar.
Al final, la imagen que vale es la que uno ya tiene dentro.
''Las imágenes que conforman este libro son del
segundo estilo. No salí a la pesca de la fotografía y a ver
qué me caía de interesante, sino que dejé pasar el
tiempo necesario para enfocar un recuerdo preciso y darle forma literaria."
Muro convertido en barda
-En una época en que la transmisión de imágenes
es instantánea, ¿cuál fue la apuesta para ofrecer
una panorámica de Berlín en este libro?
-En el volumen no hay noticia alguna. Eso me permitió
trabajar con mayor libertad. Un ejemplo de este enfoque es el tratamiento
que hice sobre el Muro de Berlín: era imposible no tocarlo y también
era complicado acercarse a él de las numerosas formas en que lo
han hecho otras personas desde hace mucho tiempo.
''¿Qué iba yo a decir de novedoso o interesante?
Decidí acercarme al tema del muro y convertirlo en una barda, que
eso era estrictamente, y a partir de ese acercamiento trabajar en una ficción.
''A diferencia de lo que acaba uno de ver o fotografiar
y que se puede comunicar de inmediato por medio del correo electrónico,
lo que busqué fue pensar en lo visto y permitir que el tiempo conformara
la imagen final.
''Advertí que vivimos siempre más en la
imaginación que en la realidad, o en una mezcla tan apretada que
sólo el paso del tiempo nos da la justa dimensión de las
cosas. Así, el libro se apega más a la morosidad que a la
inmediatez."
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