México D.F. Martes 9 de marzo de 2004
No tengo nada de que avergonzarme, mi conciencia está tranquila, afirma
López Obrador se deslinda de las acusaciones de Ponce y Ahumada
El Cisen seguramente sabe dónde están el ex funcionario y el empresario, señala Se indaga si en el espionaje al primero participó EU No me van a doblar, advierte el jefe de Gobierno
BERTHA T. RAMIREZ Y AGUSTIN SALGADO
Tras reiterar que en el asunto de los videos participaron integrantes del gobierno federal, la derecha, el PAN y gente vinculada al innombrable (Carlos Salinas de Gortari), el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, consideró que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), de la Secretaría de Gobernación, "seguramente sabe dónde están el ex titular de la Secretaría de Finanzas, Gustavo Ponce Meléndez, y el empresario Carlos Ahumada Kurtz".
Durante la conferencia de prensa matutina, enmedio de diversos cuestionamientos sobre los actos de corrupción en los que se han visto implicados algunos de sus colaboradores cercanos, dijo que su administración investiga si en el espionaje al ex secretario de Finanzas se contó con el apoyo del gobierno estadunidense, pues para que un casino de Las Vegas -que una de las cosas que vende es discreción- haya proporcionado facturas e imágenes que realizó con cámaras de su propiedad, tuvo que colaborar la agencia federal antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés).
El mandatario dijo que si es necesario solicitará información por los medios institucionales correspondientes para conocer cuáles fueron las razones por las que el hotel Bellagio de Las Vegas entregó las imágenes de Gustavo Ponce. "Pero, lo más importante, si fue, como todo parece indicar, un operativo de Estado y venían siguiendo a Ponce y conocían de su vicio por el juego. Y si era una investigación por lavado de dinero, por qué no lo detuvieron si a ellos les correspondía".
Nada de que avergonzarme
Al salir al paso de las imputaciones que le habrían hecho Gustavo Ponce y Carlos Ahumada, mediante una llamada telefónica y una carta, López Obrador aseveró que no tiene nada de que avergonzarse y tiene la conciencia tranquila.
En torno al dicho de Ponce, quien durante la conversación telefónica que presuntamente tuvo con el secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, el sábado pasado en la noche, en la cual habría dicho que "por instrucciones del jefe de Gobierno había realizado movimientos financieros ilegales para realizar obras, que de todo esto tenía conocimiento el actual secretario de Finanzas, Arturo Herrera, y que todo ello saldría a la luz pública en las investigaciones que se estaban realizando", López Obrador dijo que la administración capitalina constantemente es auditada, además de que trimestralmente se envían informes a la Asamblea Legislativa, como adelanto de la Cuenta Pública, y hay vigilancia "por la Contraloría, por lo que ni siquiera el propio jefe de Gobierno puede manejar a su antojo el dinero público, como se ha hecho creer".
Con relación a las imputaciones de Ahumada en una carta dirigida a dos diarios capitalinos, en la que señaló que dirigentes del PRD le pidieron dinero para el financiamiento de la campaña presidencial de 2006, el mandatario dijo que "no tiene que ver en ninguna irregularidad" y que no cuenta con operador político. Afirmó que cuando René Bejarano fue filmado ya no era su secretario particular.
No obstante, comentó que, "aceptando sin conceder que yo haya dado una instrucción para recibir a alguien, eso es muy distinto a que yo haya dado una instrucción de que recibiera dinero".
Interrogado respecto del dinero que, de acuerdo con el video, Ahumada le entregó a Bejarano, López Obrador añadió que esos recursos se tendrán que recuperar, que quien tiene el dinero lo va a tener que devolver y tendrá que haber castigo.
Por otra parte, el jefe de Gobierno dio a conocer los resultados de una encuesta sobre los niveles de aceptación de su gestión. Al respecto, señaló que el fin de semana pasado mandó efectuar una encuesta y recibió los resultados de otra, realizada por una empresa privada, cuya identidad no reveló. Dijo que la primera arrojó 76 por ciento de aceptación de su gestión, mientras que la segunda reportó 77 por ciento.
El Ejecutivo insistió por otra parte en que está acostumbrado a luchar por sus principios, y advirtió: "no soy blandengue, no me van a doblar, que quede claro que esta lucha es por los ideales y no por cargos públicos". Insistió en que el jueves presentará ante los medios pruebas de que hubo operativo de Estado en el asunto de los videos.
Poco antes de que López Obrador iniciara su conferencia de prensa, afuera del antiguo Palacio del Ayuntamiento ocurrió un altercado entre integrantes de la Coordinadora de Trabajadores del GDF, que se encadenaron a las puertas del inmueble en demanda de que se basifique al personal eventual y cesen los despidos "y el terrorismo laboral", y colonos de la colonia Ameyuca, de la delegación Magdalena Contreras, quienes acudieron a las seis de la mañana a expresar su apoyo al mandatario, ante "la campaña de desprestigio en su contra".
Más tarde, el secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, señaló que la concentración a la que ha convocado el jefe de Gobierno para el domingo 14 de marzo en el Zócalo es una invitación abierta.
El funcionario dijo que "distintos frentes" están aprovechando la situación actual para atacar la imagen del jefe de Gobierno. Mencionó que desde la semana pasada ha reconocido que hay problemas internos, que hay cuestiones críticas, ilegales, irregulares, "pero no solamente es fuego amigo, yo creo que es un problema mucho más complejo, como lo ha señalado el jefe de Gobierno".
Nada nuevo
Por su parte, el procurador capitalino, Bernardo Bátiz, descartó que la llamada realizada por Gustavo Ponce a Alejandro Encinas, en la cual el ex secretario de Finanzas asegura que el jefe de Gobierno le ordenó realizar "movimientos financieros ilegales", sea motivo suficiente para llamar a declarar a Andrés Manuel López Obrador.
"Solamente cuando hay alguna seriedad, alguna certeza de que la declaración de cierta persona sea importante y necesaria para nosotros, citaremos, pero a partir de esa llamada no hay nada nuevo", aseveró.
Por la mañana, Bátiz Vázquez explicó que la llamada de Ponce Meléndez fue realizada desde un teléfono celular con sistema de prepago y "ya no se ha hecho ninguna otra (llamada) con ese aparato"; sin embargo, dijo que "es posible que sirva" para dar algunas pistas que permitan ubicar al ex funcionario.
El abogado de la ciudad argumentó que a la dependencia a su cargo corresponde "investigar los delitos" que se han cometido y evitó referirse a las declaraciones hechas por López Obrador con respecto al Cisen.
"La parte política le corresponde al jefe de Gobierno; él la está manejando y nosotros vamos a manejar exclusivamente lo relacionado con la procuraduría.
"Buscamos a quienes cometieron fraude al gobierno, para ver si hubo extorsión o no, y en eso estamos. Hemos recibido de la Secretaría de Gobernación, por conducto del Instituto de Migración, el compromiso de apoyarnos, así como de la Policía Federal Preventiva e incluso de la Interpol, por medio de la PGR. Esas son las relaciones que tenemos con las autoridades", indicó.
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