México D.F. Lunes 8 de marzo de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ahumada, el Midas de lodo
EL NOMBRE de Carlos Ahumada ha dejado lodo y corrupción
por donde ha pasado, y no nada más en el medio político,
que, por decirlo de alguna forma, era su mejor ambiente.
AUNQUE DEBERA probarse, Ahumada corrompió
también el campo deportivo. Allí, relatan algunos de sus
"conocidos", se convirtió en el socio del también argentino
Héctor Miguel Zelada, ex portero del equipo de futbol América,
con quien al parecer logró estructurar un negocio que le permitió
traficar con jugadores.
LAS HISTORIAS empiezan a salir a flote, pero aún
ahora se cuentan en voz baja, ya no tanto por Ahumada, sino porque el asunto
conduce al poderoso equipo de fútbol, aunque la gente de ese club
dice que su presidente está más que molesto con la dupla
argentina Ahumada-Zelada y en cualquier momento podría revelar todo
lo que se sabe de ese par.
SERA COSA de esperar un poco para enterarnos qué
tanto logró Ahumada corromper a los equipos mexicanos. Dicen, por
ejemplo, que el principio de la fortuna de Ahumada viene de la compra muy
barata de jugadores argentinos de dudosa calidad en cientos de dólares
y la venta de los mismos en millones. Ya hay una investigación en
curso.
Y AUNQUE la industria del futbol era su pasión
y la de la construcción su fachada, donde realmente hincaba el diente
era en la política. Para nadie era secreto el desprecio que sentía
por los políticos, y en especial por los militantes del PRD, o casi
todos.
PERO NO se limitó a penetrar nada más
las filas perredistas. En una entrega anterior señalamos que Carlos
Ahumada también se ligó al PRI después de su llegada
a México por intermediación de Ignacio Morales Lechuga y
que un personaje de la política en el estado de Guerrero había
llevado como socio a la extracción de una mina en aquella entidad.
EL PERSONAJE en cuestión es Hugo Arce Norato,
quien pasó por la Cámara de Diputados como legislador más
que gris. En tres años, por ejemplo, hizo uso de la tribuna sólo
un par de veces y la única iniciativa que presentó aún
no se ha dictaminado.
ESO SUCEDIO en la 55 Legislatura (1991-1994), cuando
el gobernador de Guerrero era José Francisco Ruiz Massieu. Arce
Norato, no obstante su muy escasa actividad legislativa, era integrante
de las comisiones de Artesanías, Educación, Ganadería,
Información, Gestoría y Quejas y Salud, aunque más
tarde también le cayó la de Bosques y Selvas.
UNO DE sus colaboradores más cercanos fue
el mismo Carlos Ahumada, quien para que no se dudara de su cercanía
con el poder recibió de manos del legislador la credencial número
016349 de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión,
fechada el 13 de mayo de 1993.
HOY TAMBIEN empieza a circular la especie de que
Ahumada amplió su círculo de negocios y de amistades más
allá de los priístas en una primera etapa, y de la presidenta
del PRD en otro intento. Ahumada quería sentir el poder total.
SUS NEXOS con los hijos de Marta Sahagún
y la intervención de Federico Döring -diputado incondicional
de la señora- parecen anticipar algún desenlace, otra vez,
de una serie de prácticas sucias que darán mucho de que hablar.
POR LO PRONTO, a nadie se le debe olvidar que todo
esto empezó con un nombre, con una irrefutable prueba que estalló
en el centro del lodazal político del país. Ese nombre es
el de René Bejarano, quien, por lo pronto, aun fuera de la Asamblea
Legislativa sigue dando órdenes a todos los funcionarios que colocó
allí.
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