México D.F. Lunes 8 de marzo de 2004
La ANP condena los ataques y anuncia que pedirá
a la ONU sanciones para Tel Aviv
Incursiones del ejército israelí en Gaza
dejan 15 palestinos muertos
Hamas, Jihad Islámica y las Brigadas Al Aqsa
amenazan con vengar la ofensiva militar
REUTERS, AFP Y DPA
Gaza, 7 de marzo. Por lo menos 15 palestinos perdieron
la vida, de ellos tres niños, además de nueve activistas,
y 93 resultaron heridos este día durante una nueva incursión
del ejército israelí a dos campos de refugiados de la franja
de Gaza, acción que fue condenada por la Autoridad Nacional Palestina
(ANP), mientras los grupos de resistencia prometieron venganza.
Las incursiones pusieron en escena a decenas de vehículos
escoltados por helicópteros que ingresaron esta madrugada a los
campos de refugiados de Bureij y Nuseirat, donde hubo fuertes enfrentamientos.
En
Bureij, unos 30 tanques y todoterrenos israelíes apoyados por dos
helicópteros se apostaron a la entrada del campo y tras tomar el
control de algunos edificios, los militares anunciaron por altavoces un
toque de queda.
Pero unos mil 500 habitantes se congregaron a la entrada
y dieron paso a los violentos enfrentamientos. Varios residentes del campo
aledaño de Nuseirat se sumaron lanzando piedras y cocteles molotov,
a lo que los soldados respondieron con disparos.
Un comunicado del ejército israelí indicó
que la operación de Bureij fue "para impedir ataques terroristas
contra objetivos israelíes, incluida la colocación de artefactos
explosivos y el lanzamiento de misiles antitanque".
Al mediodía, el ejército anunció
el retiro de sus fuerzas y el término de su incursión en
los campos al cabo de cinco horas en las que murieron 15 palestinos, de
ellos tres menores de 8, 12 y 15 años.
Hamas reconoció que nueve combatientes de su brazo
armado, las Brigadas Ezzedin al-Qassam, murieron en la operación.
Ismail Haniyé, un jefe de ese movimiento en Gaza, afirmó
que esta matanza será castigada y aseguró que esto "nos hará
más fuertes y decididos para continuar la resistencia".
A su vez, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa,
vinculadas al movimiento Fatah del presidente de la ANP, Yasser Arafat,
prometieron en un comunicado una "dolorosa venganza contra el enemigo sionista".
A estas amenazas se sumaron unos 10 mil palestinos durante los funerales
de las víctimas.
La ANP condenó la incursión y anunció
que hará lo posible para reunir al Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, al que pedirá "sanciones contra el gobierno israelí",
indicó Nabil Abu Rudeina, asesor de Arafat.
El primer ministro palestino, Ahmed Qureia, que hoy llegó
a Londres, acusó a Israel de "seguir con las matanzas contra nuestro
indefenso pueblo", y junto con el principal negociador, Saeb Erekat, atribuyeron
la situación al plan de separación unilateral del primer
ministro israelí, Ariel Sharon.
El jefe del Estado Mayor de Israel, Moshe Yaalon, confirmó
que el ejército entró al campo de refugiados de Bureij en
busca de extremistas, y advirtió que estas acciones de ofensiva
van a continuar "mientras el terrorismo intente alcanzarnos".
El ejército ingresó además a la localidad
de Yabat, cercana a la ciudad cisjordana de Jenin, donde impuso el toque
de queda, y lanzó advertencias para dispersar a palestinos que les
lanzaban piedras.
Analistas consideran que ejército podría
aumentar sus operaciones contra las organizaciones de la resistencia palestina
para debilitarlas e impedir que se hagan del control de la franja de Gaza
antes de que Sharon ponga en marcha su plan para evacuar a los judíos
de los asentamientos que se encuentran en esa región.
El ataque de este día ocurre un día después
de que seis palestinos murieron en el punto de control de Erez, en un doble
atentado frustrado contra un retén en el que murieron cuatro atacantes,
según el último balance conjunto de Hamas, Jihad Islámica
y las Brigadas Al Aqsa.
Por otro lado, un reporte de la Comisión Palestina
Independiente de los Derechos Ciudadanos señaló que aunque
las medidas militares de Israel impuestas en los territorios palestinos
causaron un retroceso importante en las condiciones sociales y económicas,
la ANP también comparte gran responsabilidad por este deterioro.
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