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México D.F. Lunes 8 de marzo de 2004
Rebasan a policías, abogados y jueces, opinan ciudadanos
Políticos, los que más violan la ley: encuesta
El sondeo fue diseñado por académicos de la UNAM
KARINA AVILES
Por encima de los policías, de los funcionarios, de los abogados y de los jueces, los políticos son quienes más violan la ley: 36. 3 por ciento de la población considera que los hombres y mujeres de la política son quienes más infringen las normas, en tanto que 21.5 opina que son los policías y 14.5 piensa que son las personas comunes, revela la encuesta La cultura de la Constitución en México 2003.
La investigación, diseñada por Hugo A. Concha, Héctor Fix-Fierro y Diego Valadés, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, y Julia Flores, de la Unidad de Estudios sobre la Opinión del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, es la primera en su género para conocer los factores principales que inciden en las actitudes, las opiniones y los valores de la población frente a la Constitución, la legalidad y la justicia.
De acuerdo con el estudio, los políticos son los peores calificados por la ciudadanía, al considerarlos como los actores que tienen el comportamiento más opuesto a la legalidad. En contraste, sólo 5.5 por ciento de los mexicanos piensa que los jueces son quienes más violan las leyes y 5.4 considera que son los abogados.
Lo anterior se ratifica en el nivel de confianza que tiene la población en distintos actores políticos y sociales. En una escala de 0 a 10 -donde 0 es no confío nada y 10 es confío mucho-, los políticos y las instituciones relacionadas con la política nuevamente salen reprobados. La calificación más baja (4.6) la obtienen los diputados federales, seguidos de los policías con 4.48; los industriales, 4.94; las organizaciones no gubernamentales, 5.26; los partidos políticos, 5.47; los servidores públicos, 5.54, y los sindicatos con 5.51 por ciento.
La investigación establece que lo que aquí se demuestra ''son los resultados de la impunidad y las percepciones que existen respecto a las autoridades y la ley. Son estas autoridades, representadas por los 'políticos' y los 'funcionarios', los que con su ejemplo negativo contribuyen a la ilegalidad y la debilidad de nuestro estado de derecho. La lección cívica es clara, ya que independientemente del discurso político que se ha manejado por años, en relación con la necesidad de fortalecer el respeto a la ley y a la autoridad, y consecuentemente al estado de derecho, en México la sociedad no cuenta con ejemplos claros de que éstos son realmente los objetivos colectivos a perseguir''.
Por otro lado, destaca que los mexicanos privilegian la legalidad sobre el carisma. El 61.3 por ciento señala que es falsa la afirmación de que ''un líder fuerte puede hacer más por el país que todas las leyes'' , mientras que 31.6 por ciento está de acuerdo con esa sentencia. El 43.3 por ciento de los mexicanos estaría más dispuesto a elegir a una persona ''que conozca y aplique siempre las leyes''; 22.2 prefiere a uno ''que sea honesto y diga siempre la verdad'', y 16.4 por ciento está en favor de alguien que ''tenga experiencia en el gobierno''. Apenas 9.2 por ciento opta por un líder que ''conozca y respete las tradiciones de la comunidad'', y 4.2 prefiere a uno que ''convenza y tenga muchos seguidores''. En cuanto al universalismo en la aplicación de la ley, 86.3 por ciento considera que las leyes se deben aplicar a todos por igual, mientras que sólo 10.4 opina que deben hacerse excepciones y 2.2 por ciento de los casos manifiesta que ''depende de las circunstancias''.
La encuesta, aplicada a mil 794 personas de 15 años y más en 29 entidades federativas, 143 municipios y 180 áreas geoestadísticas básicas de localidades urbanas y rurales, establece que 70 por ciento de los entrevistados relaciona la obediencia y respeto a las leyes con acciones provechosas y afirmativas para la totalidad social. En una escala de 0 a 10, la gran mayoría de los entrevistados (69.7 por ciento) se asignó valores elevados con respecto a su grado de obediencia a la ley: en promedio, el puntaje fue superior a ocho. Sin embargo, el estudio indica que ''esta positiva y elevada percepción de la propia conducta se muestra en abierto contraste con las prácticas cotidianas''.
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