LETRA S
Marzo 4 de 2004
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Cómo suprimir óvulos y espermatozoides

A casi medio siglo del primer anticonceptivo, la ciencia médica ha desarrollado más y mejores métodos de planificación familiar cuyo uso ya no sólo atañe a las mujeres, sino también a los hombres. En el siguiente reportaje se da cuenta de esos novedosos métodos, que tienen una efectividad de prácticamente cien por ciento.

Rocío Sánchez

En 1959 nació la píldora, el primer anticonceptivo hormonal que sigue siendo uno de los métodos más confiables, con 99 por ciento de efectividad teórica. Sin embargo, tiene un inconveniente. Según una encuesta hecha en Europa, 22 por ciento de las usuarias tiene algún olvido cada mes, lo que disminuye considerablemente su eficacia.

Según el Consejo Nacional de Población (Conapo), mientras en 1970 sólo 30 por ciento de las mujeres controlaba su fertilidad, hoy lo hace más de 70 por ciento. La píldora es uno de los métodos más populares, pero se han encontrado otros vehículos para suministrar las hormonas que actúan en tres niveles: influyen en los ovarios para evitar la ovulación, hacen más viscoso el moco cervical para impedir el paso de los espermatozoides y adelgazan el endometrio para dificultar la implantación del óvulo. Así, los dos más novedosos métodos, el implante subdérmico y el parche, ya están disponibles en México. El primero se vende en dos marcas, Implanon y Norplant, y además está disponible en el Sector Salud. El segundo sólo se vende en farmacias. En ambos productos la efectividad es mayor a 99 por ciento.

El implante anticonceptivo se inserta bajo la piel en la cara interna del brazo. Debe colocarse durante los primeros cinco días del periodo menstrual, o bien seis semanas después del parto. Actúa de tres a cinco años, según la marca. Insertarlo y extraerlo requiere de una incisión, por lo que se necesita intervención médica. Su efectividad comienza a las 24 horas. Norplant es el más antiguo y consta de seis cápsulas de 44 mm en forma de abanico que liberan una hormona llamada progestágeno. Sus efectos secundarios son similares a los de la píldora: alteraciones menstruales, dolor de cabeza, nerviosismo, náuseas, acné, aumento de peso o pérdida de cabello. Es efectivo hasta por cinco años y después de retirarlo la fertilidad se restaura al siguiente mes.
 
 

Y de paso un masaje

Una versión más moderna es Implanon, que entró a México en 2001. Es una sola varilla del tamaño de un cerillo que libera la hormona etonogestrel y su efectividad dura hasta tres años. Actualmente cuenta con 12 mil usuarias en el país, según explicó a Letra S Aline Huante, gerente médico del laboratorio Organon. "Su efectividad es de 99.9 por ciento, es decir, ocurriría un embarazo en cada 10 mil mujeres". Como efecto secundario puede alterar el ciclo menstrual, pero en menor frecuencia que con la píldora, además de que no produce cambios en el peso ni acné. La fertilidad se puede recuperar 100 horas después de retirarlo. Está disponible en farmacias, en algunos servicios de salud pública y en clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Otra opción hormonal es Evra, el parche anticonceptivo que Jansen-Cilag trajo a México en 2003. Mide menos de 5 cm por lado y libera una combinación de dos hormonas cada 24 horas. Debe aplicarse en zonas del cuerpo con poca fricción, como la cara externa del brazo, el vientre, la parte superior del glúteo o la espalda. Cuando se usa por primera vez debe aplicarse el primer día de la menstruación. En un ciclo se utilizan tres parches, uno cada siete días y la cuarta semana se suspende.

"Como son mucho menos frecuentes los olvidos su eficacia real es muy cercana a la teórica: más de 99 por ciento", explicó en entrevista Mónica Aguilar, gerente de grupo de Jansen-Cilag. El uso de Evra no produce aumento de peso, acné ni incremento del vello facial, pero sí puede alterar la menstruación. Una contraindicación es la hipersensibilidad al adhesivo, ya que se puede presentar irritación local, lo que no permitiría la absorción adecuada de hormonas. El parche es eficaz desde el día de su colocación, y cuando se deja de utilizar la fertilidad se recupera a partir del segundo ciclo menstrual. Cabe recordar que cualquier anticonceptivo hormonal está contraindicado para mujeres con enfermedades graves como tromboflebitis, cáncer de mama o alteraciones del hígado.
 
 

También para hombres

Las dificultades para el uso de estos métodos, además de la creciente solidaridad de algunas parejas en materia de planificación familiar, ha promovido la investigación sobre anticonceptivos temporales para los hombres. Además del condón masculino y la vasectomía, los científicos buscan un método hormonal masculino que sea reversible. La fórmula más exitosa que han encontrado es combinar la testosterona con la hormona femenina progestina. Altos niveles de testosterona detienen la producción de espermatozoides, pero el exceso de esta hormona puede traer efectos negativos como la disminución del colesterol "bueno" en la sangre. La progestina bloquea ese efecto. Esta fórmula se está probando en tres vehículos distintos. El primero es un inyectable que hasta ahora ha dado buenos resultados a investigadores australianos.

El segundo es un implante que funciona de manera similar al femenino. Según Christina Wang, del Harbor-UCLA Research and Education Institute de California, la testosterona y la progestina se encuentra en implantes separados, pues "no se pueden mezclar hasta asegurarse de que no se van a contrarrestar entre sí". Los resultados obtenidos hasta ahora son alentadores. El método tarda doce semanas en hacer efecto y al ser retirados pasan doce semanas para que la cantidad de espermatozoides se regularice.

El tercero es la "píldora masculina" que los laboratorios Schering y Organon esperan tener en el mercado dentro de cinco o siete años Un problema a solucionar es cómo reducir la fertilidad sin disminuir la potencia sexual del hombre, además de la dificultad que implica que, mientras los anticonceptivos femeninos actúan sobre un óvulo a la vez, los masculinos deben suprimir millones de espermatozoides.

Cualquiera que sea el método anticonceptivo que se elija, es necesario consultar al médico para evaluar sus beneficios y las desventajas, pero se debe recordar que ninguno de ellos, excepto el condón, protege contra infecciones de transmisión sexual como el VIH/sida.


 

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