Ya se ofrecen terapias a enfermos de aterosclerosis, afirma el director del Ciren cubano

Neurología restaurativa, opción para aliviar daños al sistema nervioso central

ANGELES CRUZ ENVIADA

La Habana, Cuba, 24 de febrero. Con apenas unos años de evolución y el conocimiento inicial sobre el funcionamiento de las estructuras íntimas del cerebro, la neurología restaurativa se plantea como la mejor promesa para aliviar enfermedades en las que, hasta hace poco, el mayor éxito era evitar la muerte de los pacientes.

La movilidad corporal, la memoria y el habla son algunas de las capacidades físicas que los afectados por los infartos cerebrales, accidentes e incluso el envejecimiento, pierden a causa de las afectaciones del sistema nervioso central, y para las que científicos de varios países buscan solución con el estudio del funcionamiento neuronal, explicó Jorge Bergado, secretario del comité científico del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de Cuba.

El desarrollo de la neurología como ciencia inició desde finales del siglo XIX y a mediados del XX se empezó a avanzar en el conocimiento sobre la estructura cerebral. Con el apoyo de técnicas, como la imagenología funcional, los expertos han podido obtener un mapa del cerebro, sus estructuras y la secuencia temporal en que éstas se activan para realizar determinadas actividades. Por ahora, señaló Bergado, se pueden explicar funciones muy sencillas, como contactar los dedos entre sí y de manera alternada.

En entrevista durante los cursos previos a la segunda conferencia científica Restauración neurológica 2004, que se lleva a cabo en esta ciudad, el experto mencionó que apenas se ha logrado descifrar 5 por ciento de las estructuras del sistema nervioso central, pero ya se puede ofrecer a los enfermos de aterosclerosis, infartos y parálisis cerebrales, trastornos del movimiento y lesiones raquimedulares, por ejemplo, terapias basadas en la neurología restaurativa.

Para ello los investigadores se han valido de un equipo que, al igual que otras tecnologías en sus inicios, implica el uso de una máquina muy grande, dentro de la cual los pacientes en estudio tienen una escasa movilidad. No obstante, la imagenología es una técnica líder que ha permitido en unos cuantos años conocer 5 por ciento de la estructura y mecanismos de acción del sistema nervioso central.

Uno de los lugares donde es evidente el desarrollo de la neurología restaurativa es el Ciren, que cumple 15 años de trabajar en su estudio. Con ese motivo, los directivos de la institución organizan la conferencia científica que oficialmente inicia mañana y en la que participarán unos 300 investigadores cubanos y del extranjero.

Cientos de personas llegan cada año al Ciren en busca de alivio a sus enfermedades; la mejoría puede ser leve o espectacular. Así, alguien que llegó en silla de ruedas se va caminando, señaló Bergado.

Admitió, sin embargo, que aunque las probabilidades de recuperación son elevadas, también se deben tener en cuenta los factores que actúan negativamente en la rehabilitación. Entre otros, la edad de los afectados y el grado de lesión cerebral.

La neurología restaurativa tiene su fundamento en un equipo de terapistas físicos, ocupacionales, logopedas, foniatras que, bajo la coordinación del neurólogo, logran en una terapia intensiva que el paciente recupere sus capacidades físicas perdidas o alteradas.

Con el enfoque tradicional de atención, detalló, los médicos únicamente aspiraban a salvar la vida de sus pacientes, y en el mejor de los casos a aplicar un esquema compensatorio en el que si la persona había perdido la movilidad del brazo derecho buscaban fortalecer la del izquierdo. "Con la neurología restaurativa de lo que se trata es de recuperar el funcionamiento de la extremidad dañada", apuntó.

Para Bergado, lo más sobresaliente del conocimiento científico obtenido hasta ahora es que se ha podido empezar a desentrañar la estructura del cerebro, compuesta por una cantidad de neuronas equivalente a 10 a la 13 (con trece ceros), cada una de las cuales establece o recibe alrededor de mil contactos con otras neuronas. Si a esto se le agrega que las neuronas producen diferentes sustancias químicas y todas interactúan entre sí, el cuadro se torna sumamente complejo.

Por eso, que ahora se tenga la certeza de que el cerebro no es, como se pensaba hasta la primera mitad del siglo XX, algo inmutable y que cuando algo se perdía o moría era para siempre, sino que tiene la capacidad de regenerarse, constituye un gran logro científico, subrayó.

Bergado resaltó que los siguientes pasos se enfocarán a profundizar en el estudio del funcionamiento del sistema nervioso central, así como en desarrollar medicamentos que estimulen la neuroplasticidad, es decir la regeneración neuronal. Algunos estudios están en su fase inicial, por lo que todavía, dijo, hay más esperanzas que realidades.