México D.F. Lunes 23 de febrero de 2004
''Tenía libros de Marx para burlarse de nosotros''
Ex guerrillero narra las torturas técnicas de Nazar
Raúl Rubio cuestiona al abogado, ''hijo del carnicero''
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 22 de febrero. ''Miguel Nazar Haro me torturó personalmente en sus oficinas de la Dirección Federal de Seguridad en la ciudad de México'', aseguró Raúl Rubio Cano, ex activista de la Liga Comunista 23 de septiembre. Narró que el ex jefe policiaco tenía muchos libros de marxismo, ''quizá para burlarse de nosotros'', aunque versiones de la familia de Nazar sostienen que conocía a Carlos Marx y a Mao Tse Tung ''al derecho y al revés''.
Rubio Cano truena contra José Luis Nazar Daw, quien dijo en días pasados que su padre (Nazar Haro) no participó en detenciones y torturas porque la DFS era solamente una oficina que recopilaba informes sobre la situación que prevalecía en el país. ''Miente el hijo de ese carnicero, porque a Miguel Nazar le llevaban hasta la Dirección Federal de Seguridad a los elementos más distinguidos de todo el país que combatimos contra el gobierno de aquellos años; a mí me llevaron el 22 de enero de 1974, junto con Marco Antonio Bernal, el mismo que después se fue a trabajar con el gobierno; parece que en él sí tuvo efecto el lavado de cerebro''.
Reiteró: ''Miente porque su padre era el responsable de todas las actividades de contrainsurgencia; mientras estuve detenido escuché que les llegaban guerrilleros de toda la República y las policías estatales estaban subordinadas a la DFS''.
Relató Rubio que el propio Nazar -quien el próximo 26 de septiembre cumplirá 80 años, y por sus servicios al Estado recibe una pensión de 2 mil pesos mensuales, según asentó en su declaración preparatoria el pasado 19 de febrero- lo pateó con sus botas militares en las oficinas de la DFS -dejándole en la pierna derecha, a la altura de la espinilla, una herida que tardó meses en sanar- tras golpearlo con los puños en el estómago porque no le proporcionó información para detener a otros militantes y supo que le mentía en cuanto a aciones subversivas.
''Un día me preguntó: 'Ƒcómo le hiciste para usar la ametralladora?' Al momento que yo hice el movimiento para mostrarle, me dijo: 'tú no sabes eso'. Entonces yo me reí; tal vez le cayó simpático el detalle y señaló: 'šChingada madre, nos has estado haciendo pendejos!' Y me advirtió que si de él dependiera no me dejarían ir; que por esta vez me había salvado del pozo; que tenía madera para cosas mejores, pero que si reincidía él me iba a agarrar y entonces sí me iba a matar.''
Aunque Nazar se jactaba de que en la DFS eran técnicos para investigar y no tan salvajes como la policía de Nuevo León, durante las 24 horas del día se escuchaban los gritos de detenidos por los golpes y torturas, señaló Rubio. Relató que algunas de las ''técnicas'' eran la picana, el pollo rostizado, que consistía en atar al detenido de un tubo y aplicarle descargas eléctricas o ''simular que te iban a disparar en la cabeza, pues cortaban cartucho mientras tenías los ojos vendados, así como meterte la cabeza en la taza de un sanitario repleto de orines y heces fecales'', lo que provocó que por más de un año sufriera problemas estomacales y perdiera 15 kilos.
''Miguel Nazar llegó un día todo vestido de blanco, como un ángel de la muerte; parecía triste. Luego se acostó en un diván, como si fuera un paciente de siquiatra, con los pies hacia arriba, pegados a la pared; me dijo: 'ƑQué tal? ƑEstás contento aquí?, porque tengo interés en saber más cosas; me gusta cómo platicas'. Pero de repente expresó: 'eres un pendejo, no sabes lo que quieres'. Así jugaban con nosotros, intentando quebrarnos.''
Rubio Cano afirmó que pudo saber que lo tuvieron en la DFS porque en la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado le mostraron fotos de las instalaciones. ''Identifiqué el elevador, los sótanos y otra serie de cosas; dije que en la oficina de Nazar, atrás de un sillón y escritorio de ejecutivo, había toda una colección de libros de Marx, de Lenin, como forma de denigrarnos más. Cuando estábamos frente a él volteaba hacia un lado y otro de su gran oficina como para decirnos: 'véanme a mí, ustedes son sólo una bola de cabrones.'"
Comentó que las cuatro o cinco veces que estuvo frente a Nazar Haro le pareció un tipo por momentos desquiciado, en otros lúcido, pero que siempre disfrutaba de la degradación en que los tenía. Un rasgo distintivo fue que siempre vestía uniformes militares. ''A mí me preguntaban en la DFS que dónde estaba Jesús Piedra; yo no sabía, por qué él tenía otras relaciones, más ligado con la gente de Elías Orozco, del gordo Angel Martínez.'' Agregó: ''Mi pensamiento era que ya no iba a salir de ahí, así que pensé en decirles por qué peleaba y con mucho corazón, con toda mi inteligencia, les dije mis convicciones''.
Expresó que Nazar Haro le cuestionaba si Cuba era socialista. ''Cuando yo le dije que en la URSS y en Cuba había un capitalismo de Estado se burló, dijo que éramos unos locos, irresponsables, unos anarquistas.''
En opinión de Rubio, las estrategias del Estado para enfrentar la subversión eran matar a los dirigentes, encarcelar a los cuadros medios y perdonar a la tropa; fue ''una represión selectiva'', sostiene.
Rubio Cano, de 53 años, es sicólogo, historiador y periodista. Labora de investigador en el Centro de Historia Regional del Universidad Autónoma de Nuevo León. A su ver, al régimen no le conviene detener a Luis de la Barreda (coacusado de Nazar Haro), porque entonces el principal implicado sería el ex presidente Luis Echeverría, ya que de ahí se descubriría una relación con mandos militares que dependían directamente del Ejecutivo. ''Si lo detienen, ojalá no ocurra un suicidio asistido, o que esto suceda antes de que lo localicen, porque no soportó la presión.''
Expresó que le ha llegado información de que para ''compensar'' a los grupos de ultraderecha, ''molestos por la detención de Nazar, la fiscalía especial estaría por actuar en contra de un ex guerrillero, Fernando Yáñez Muñoz, comandante Germán'', a quien se pretendería achacar la supuesta ''ejecución revolucionaria'' de los activistas de la Liga 23 de septiembre, hecho que de paso ''buscaría desprestigiar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional''.
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