México D.F. Miércoles 18 de febrero de 2004
TEATRO
Mariana Norandi
Químicos para el amor, tres historias y
un mismo conflicto
SI A VECES resulta complicado romper totalmente
la cuarta pared entre el actor y el espectador, en Químicos para
el amor se logra derribar, no sólo la cuarta pared, sino todas
las paredes que enmarcan un montaje teatral al sacar la acción del
escenario convencional y trasladarla al interior de una cafetería.
DESPUES
DE UN año en cartelera, y ante la próxima participación
en el Festival de Teatro de Costa Rica y en el de Manizales, Colombia,
esta puesta en escena inaugura una nueva temporada en la cafetería
del Centro Cultural Helénico.
ESCRITA POR LA dramaturga Carmina Narro, Químicos
para el amor es un tríptico teatral que expone tres historias
diferentes de pareja unidas por un mismo hilo conductor: la naturaleza
del amor y el desamor.
INTERPRETADA POR Hernán Mendoza y Silvia
Carusillo (quien sustituye a Gabriela de la Garza de la temporada anterior),
esta trilogía se desarrolla alrededor de la mesa de un restaurante
y cuenta con tres directores diferentes. La primera obra, Aspirinas
para desahuciados, está dirigida por Rodrigo Johnson y presenta
la historia de una mujer enamorada de un hombre homosexual con el que decide
tener un hijo. La segunda, Round de sombras, la dirige Sabina Berman
y expone las encrucijadas del proceso de ruptura sentimental bloqueado
por una gran dosis de obsesiones y rencores. La última historia,
cuya dirección corre a cargo de Antonio Cordero, se titula Manicure
y narra la relación entre un judicial y una mesera manicurista,
un poco trastornada, pero con grandes sueños románticos.
EN LAS TRES obras se examina la relación
de pareja y se llega a puntos comunes de la condición humana, en
los que, de alguna manera, todos nos vemos reflejados. Mediante un humor
irónico y autocrítico, la autora va edificando un discurso
en torno del vínculo que representa la pareja en el que, finalmente,
siempre se reproducen los mismos roles femeninos y masculinos, los estereotipos
sociales y los comportamientos individuales. Aunque la última historia
es algo más optimista, la visión que predomina en la obra
es la de la pareja como trampa de amor.
CARMINA NARRO COMENTA: "Con esta obra quise hacer
una reflexión sobre la pareja porque pienso que, para tener una
relación, no es suficiente el amor. Expongo tres posiciones en torno
a la relación: quién es el amante, quién el amado
y quién ama realmente. Lo planteo alrededor de una mesa de restaurante
como espacio neutral, donde se dan encuentros y desencuentros".
Una mesa, punto creativo interesante
ES ESA MESA, como medio escénico, el punto
creativo más interesante en esta propuesta teatral. Mientras en
las otras mesas la gente se toma un café, una cerveza, unacopa de
vino o come una baguette, los actores representan con naturalidad sus personajes.
De esta manera, el público fija su mirada, sin discreción
ni permiso, en la discusión que se está llevando a cabo en
el centro del restaurante. La dramaturga señala al respecto: "El
papel del espectador es un poco el de chismoso que escucha la conversación
de la mesa de al lado. Mi intención no es que la gente forme parte,
sino que sea un testigo muy cercano al suceso".
EL TRABAJO ACTORAL está bien logrado. Los
actores se transforman en los distintos personajes de manera camaleónica
tanto a nivel de caracterización como histriónico. Ambos
actores consiguen transportar al espectador-cliente por las diferentes
historias y contextos de tal manera que, entre las tres puestas, se entablan
mínimas líneas de conexión.
QUIMICOS PARA EL AMOR no es una de esas
obras que trastocan el pensamiento o las emociones de manera especial,
pero sí una buena propuesta para disfrutar un espectáculo
entretenido mientras se toma un café o un aperitivo.
FUNCIONES: Cafetería del Centro Cultural
Helénico, avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn.
Martes 20:30 horas. Entrada 90 pesos.
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