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México D.F. Miércoles 11 de febrero de 2004
TIEMPO DE BLUES
Raúl De la Rosa
Una de sefardíes
Primera llamada
DESPUES DE ASISTIR al primer Festival de Cine Judío, realizado en la capital de la República, en el que se exhibieron nueve películas, cinco de las cuales eran documentales, nos preguntamos: ƑPor qué cine judío?
ARON MARGOLIS, DIRECTOR de este encuentro, escribió: "Es una reunión de películas en las que se exponen diferentes puntos de vista acerca de las costumbres ancestrales", y continúa: "Historias sorprendentes de amor y conflictos internos. Los mismos problemas, pasiones y anécdotas que suceden igual todos los días, en todo el mundo, a todo tipo de personas. Nada diferente, pero nada igual".
EN DOS SEMANAS recibimos un caudal de imágenes históricas e insólitas (en el caso de los documentales), que nos llevaron a un viaje de dos milenios para arribar al actual Estado de Israel. Aunque la mayoría del material cinematográfico trata sobre la comunidad askenazi, que va desde el legendario anhelo de la tierra prometida hasta los desafíos contemporáneos, como los que enfrenta el Estado de Israel con el fanatismo religioso interno o la confrontación de los homosexuales ortodoxos con ellos mismos y sus rabinos. En este texto quiero tratar sobre la única película que nos acercó a la herencia sefardí.
Segunda llamada
DE LA DIASPORA surgen varias corrientes del judaísmo: los sefarditas, los askenazi y los llamados judíos orientales. Existen en nuestro país vasos comunicantes con los sefardim. Su cultura, al igual que la del Islam, tuvo gran influencia en la mayoría de los reinos existentes en la Península Ibérica. Durante más de siete siglos convivieron cristianos, musulmanes y judíos.
"LOS JUDIOS ACOMPAÑARON a los árabes en sus conquistas y gozaron de libertad religiosa en todos sus dominios", explica Guadalupe Zárate en su libro México y la diáspora judía(1). Agrega: "En la tradición judía se ha llamado a la permanencia en España la Edad de Oro. Ahí ocuparon puestos de importancia en la enseñanza superior, fueron médicos, abogados, diplomáticos, oficiales del ejército, poetas y escritores".
CON LA DERROTA del Islam terminó esta Edad de Oro; fueron obligados a convertirse; si no, eran expulsados. La mayoría emigró a países tan distantes como Portugal, los Países Bajos, Norte de Africa, o hasta Medio Oriente y Asia Menor. Guadalupe Zárate: "Llevaron consigo, además de su tradición, contenida en el Talmud y la Torá, un nuevo idioma, el ladino. Una historia y una cultura que los distinguiría del resto de los judíos".
Tercera llamada
EL VERANO DE ANA es el título de la cinta en la que el personaje principal, Ana, de origen sefardí, interpretado por la excelente actriz española Angela Molina, es un recuento nostálgico de cuando Ana Kastelano viaja a una isla griega para vender la casa familiar y del viejo baúl van saliendo, uno a uno, los recuerdos.
LO BELLEZA DE la película está en la visión del mundo que tiene Ana, de su presente lleno de nostalgias, pero, a la vez, confrontado con la reciente muerte de su esposo, de origen alemán, y su vida cotidiana en la isla, en la que descubre recetas de cocina, fotografías familiares, el mar, las canciones en ladino y una relación amorosa con un joven griego.
LA CINTA MUESTRA esa otra faceta de la Europa contemporánea, donde las historias se cruzan basadas ante todo en los afectos personales, sin importar el origen, nacionalidad o credo religioso de los protagonistas.
CADA UNO CONSERVA sus tradiciones, vive su mundo y el de los demás. Es entonces cuando me vienen a la memoria las palabras de Martín Buber: "La esencial presencia del prójimo".
OJALA QUE ALGUNAS de las películas de este festival se proyectaran ante otros públicos; es importante eliminar los muros de ignorancia que nos limitan a entender a los "otros", pues como dijo Einstein: "Es más fácil desbaratar un átomo que un perjuicio".
(1) Coleccion Divulgación/ Instituto Nacional de Antropología e Historia-1986. [email protected]
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