México D.F. Miércoles 11 de febrero de 2004
"Decidí descansar de la campaña",
dice Iván Rybkin
Reaparece aspirante presidencial ruso; rechaza hablar
de secuestro
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 10 de febrero. Iván Rybkin, el candidato
presidencial de oposición al Kremlin que estuvo desaparecido
casi cinco días, arribó esta noche a Moscú en un vuelo
comercial procedente de Kiev, la capital de la vecina Ucrania, demacrado
e incapaz de ofrecer una explicación coherente sobre qué
le sucedió.
"Vuelvo
como si hubiera participado en una compleja ronda de negociaciones con
los chechenos, y estoy muy contento de que pude volver", fueron las primeras
palabras de Rybkin por televisión.
La alusión al periodo en que negoció como
secretario del Consejo de Seguridad de Rusia la difícil instrumentación
del acuerdo que puso fin a la primera guerra con los separatistas, alcanzado
en agosto de 1996, parece un modo indirecto de desmentir que se fue de
juerga con unos amigos.
Porque precisamente como un "irresponsable e indecente",
poco menos que como un idiota, buscan exhibir a Rybkin los medios del Estado,
que machacan una y otra vez la versión de que el candidato opositor,
en lugar de acudir a recoger su constancia de registro, decidió
irse de parranda con unos amigos a Kiev, sin avisarle a nadie, ni siquiera
a su esposa.
Previo a su llegada a Moscú, por varias estaciones
de radio y sin imágenes, se difundió una breve y extraña
declaración de Rybkin, en la cual defendió desde territorio
ucraniano su "derecho a tener dos o tres días de vida privada".
Por ello, "vine a Kiev a quitarme la tensión con
unos amigos, desconecté mis celulares, no prendí el televisor
ni compré ningún periódico", dijo Rybkin de manera
poco convincente.
Y como si estuviera leyendo un texto escrito por otra
persona, agregó: "La semana pasada decidí descansar un poco
de todo este ajetreo (la campaña electoral). Le dejé a mi
mujer, que estaba con nuestra nieta, unas frutas y dinero, y sin decirle
nada, me cambié de saco y tomé el primer tren hacia Kiev".
Esta explicación -inverosímil para un político
de la trayectoria de Rybkin- contrasta con lo dicho por él en el
aeropuerto de aquí. Al preguntarle si había otra variante
a la de volver sano y salvo de Kiev, respondió: "No lo sé,
seguramente había otras".
Rybkin no quiso hablar de secuestro, pero tampoco lo excluyó
al comentar: "Es muy difícil retenerme por la fuerza (...) pero
considero que en Kiev también hay gente buena, con la cual estoy
muy agradecido".
Rechazó responder cualquier otra pregunta acerca
de su misteriosa desaparición la noche del jueves pasado. "No tengo
comentario. Me dolió mucho escuchar el llanto de mi hija por teléfono.
Gracias a Dios ya estoy de regreso en mi tierra, no voy a decir nada más".
Algo muy grave tuvo que haber ocurrido durante los últimos
cinco días para que Rybkin, que se decía enemigo irreconciliable
del presidente Vladimir Putin, a quien acusó de ser "el principal
magnate de Rusia" y de cometer "crímenes de Estado" como la guerra
de Chechenia, haya dado a entender hoy que está cerca de tirar la
toalla.
"No descarto solicitar que se anule mi registro como candidato
a las elecciones" del 14 de marzo, anticipó Rybkin, quien este miércoles
debía participar en el primer debate de aspirantes, en el cual supuestamente
iba a presentar las pruebas de sus acusaciones contra Putin (el mandatario
ruso, sobrado de confianza, declinó intervenir en los debates con
sus rivales).
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