México D.F. Miércoles 11 de febrero de 2004
El FMI sabe que permitió el endeudamiento: Kirchner
Pagar más de 25% de la deuda sería un nuevo genocidio para Argentina
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 10 de febrero. El presidente Néstor Kirchner advirtió hoy que la propuesta argentina de pagar 25 por ciento de la deuda a los tenedores de bonos privados ''no es un capricho'' y pagar más significaría ''un nuevo genocidio'' para el país. Asimismo, demandó al Fondo Monetario Internacional (FMI) que asuma la responsabilidad que le corresponde como ''auditor'' que fue del endeudamiento de los años noventa. Dijo que los argentinos asumen con ''vergüenza'' ese endeudamiento ''pero ellos (el FMI) deben asumir con responsabilidad que permitieron ese endeudamiento''.
Millones de dólares de esos préstamos constituyeron el capital de la mayor corrupción ocurrida en el país durante las dos administraciones de Carlos Menem (1989-1999). Más de 80 por ciento de los argentinos han calificado de ''principal cómplice'' de ese endeudamiento al FMI.
Al hablar en San Nicolás, al oeste de esta capital, Kirchner pidió al organismo internacional respeto a la continuidad jurídica del país y dijo que el fondo también tiene su continuidad jurídica como ''contador y auditor de los países''. Durante la entrega de fondos para emprendimientos y obras públicas, reafirmó su decisión de no apartarse de la propuesta de una quita de 75 por ciento de la deuda con los acreedores privados. ''Pagar más de lo que proponemos significa avanzar en nuevos ajustes sobre la sociedad argentina'', indicó después de que el embajador de Argentina en Washington, José Octavio Bordón, comunicó sobre un nuevo embargo de bienes argentinos en Estados Unidos.
En este caso es sobre la residencia del agregado naval Javier Valladares, en Maryland. Tanto Bordón como luego el jefe de gabinete Alberto Fernández recordaron que hay bienes inembargables. Fernández lo caracterizó como ''una presión'' de los acreedores, pero negó que tuviera relevancia especial, y reafirmó los argumentos de que se trata de ''acciones preventivas'', ya que existe una protección jurídica en la Convención de Bienes Diplomáticos, por lo que el gobierno apelará de las medidas.
En el país se refleja la tensión ahora que se hacen duras las negociaciones con los tenedores de bonos argentinos, y ante la presión en aumento del Grupo de los Siete (G-7) y de los organismos internacionales. Ayer el director gerente del FMI, Horst Koehler, le recordó al ministro de Economía, Roberto Lavagna, el duro mensaje del G-7 en la reunión de Boca Ratón, y advirtió que Argentina debía negociar de ''buena fe'' con los acreedores.
Por su parte, el ministro sostuvo que le había recordado a Kohler que ''hay un principio en toda la legislación del mundo occidental que refleja un poco lo que el presidente Kirchner dijo muchas veces: quien promete lo que no puede cumplir actúa de mala fe''. Aun así se adquirió el compromiso de continuar ''un diálogo útil y constructivo'' para abrir posibilidades a la misión que comenzará la segunda revisión del programa y llegará al país la semana próxima.
Hoy la situación se reflejó en la bolsa, cuando el índice Merval cayó a poco menos de 8 por ciento, perdiendo 7.88 por ciento, con lo cual quedó demostrado que los operadores comenzaron a ponerse nerviosos por las presiones. Algunos analistas señalan también que aunque el gobierno soporta estas fuertes presiones también ha obligado a esos sectores a mostrarse sin maquillaje ante el mundo.
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