El arte
del acompañamiento
Gustavo Chinchilla
Las personas, cuando somos diagnosticadas o vivimos
con VIH/sida, pasamos por una serie de procesos que podemos comparar con
el duelo, pues hay un sentimiento de pérdida o de muerte. Este proceso,
según cada persona, a veces es largo y otras veces más corto,
por lo que cada cual debe recibir un trato diferente.
Los sentimientos que una persona recién diagnosticada
puede experimentar son:
1 Pena y dolor.
2 Miedo, ira, culpabilidad y resentimiento.
3 Apatía, tristeza y desinterés
4 Reaparición de la esperanza y reconducción
de la vida.
Antes, durante y después de este proceso se sale
a buscar apoyo, guía y motivación para llevar con éxito
su control médico y su tratamiento. Otras PVVS ya han pasado por
este proceso y llegan sólo buscando ayuda para seguir adelante con
su tratamiento.
Cuando la persona, hombre o mujer sin importar orientación
sexual, decide buscar ayuda en una ONG, se le puede ofrecer orientación
y motivación para que adopten un estilo y ritmo de vida saludables.
Lo idóneo es:
1 Lograr que se convenza de que en su vida hay algo nuevo,
con lo cual debe aprender a convivir.
2 Impulsarla a expresar su afectividad.
3 Ayudarla a vencer los sentimientos negativos que se
le presenten después de su diagnóstico.
4 Estimularla a que modere su ritmo de vida y se sienta
confortada en su nueva situación.
5 Educarla y acompañarla durante el proceso que
lleva la aceptación de vivir con el VIH/sida.
Hay que ser realistas. Quienes vivimos con el virus y
hacemos trabajo de apoyo a otras PVVS no somos psicólogos, sólo
somos individuos en igual condición que tenemos un poco más
de información y deseo de ayudar a otras personas.
El acompañamiento a otras personas está
basado en nuestra propia vivencia. Permite compartir experiencias y llegar
a la conclusión de que la vida continúa aun después
de un diagnóstico positivo.
No recetamos, no vendemos ideas, sólo motivamos.
A quienes ya se atienden en algún sistema de salud les enseñamos
a negociar con el personal médico; es decir, doctores y enfermeras
están proporcionando un servicio, por lo cual deben responder a
todas nuestras dudas y explicarnos de la manera más clara posible
las implicaciones del tratamiento que nos prescriban. Por supuesto, no
se trata de pelearse con el médico, sino de llegar a un entendimiento
mutuo.
Muchas personas con VIH/sida se vuelven dependientes de
las ONG o de quien les apoya en los procesos descritos arriba, y a veces
pretenden resolver sus problemas a través de nosotros. Es importante
hacerles ver que no somos Dios y no les podemos resolver la vida, ni a
ellos ni a nadie.
En el trato y apoyo a las PVVS también es muy importante:
1 Llamarla siempre por su nombre.
2 Hacerla comprender que es ella quien debe buscar la
ayuda. (Sí tú se las buscas se volverá dependiente.)
3 Crear un espacio de confianza. La persona debe ver en
uno a un amigo, alguien en quien confiar, por eso debemos tener como primer
norma la confidencialidad y el respeto. Además, este espacio debe
ser confortable para que en la terapia, grupal o individual, se perciba
libertad para expresarse sin limitaciones.
4 Ser accesibles, honestos, sinceros y, ante todo, recordar
que las personas quieren hablar de ellas, no escuchar de nosotros. Las
acciones hablan más que las palabras, por eso debemos ser un ejemplo
en: a) adherencia al tratamiento, b) un ritmo de vida sano y saludable,
c) disposición para el acompañamiento --si no tenemos tiempo
en ese momento, pedirle a la persona que regrese más tarde; también
es importante contar con un medio de comunicación efectivo donde
nos puedan localizar: teléfono, fax, celular, e-mail, d) utilizar
un lenguaje accesible, fácilmente entendible, evitando tecnicismos
y términos conceptuales muy elevados.
5 Tener información actualizada y compartirla,
pues si obtenemos su confianza, nos seguirán buscando. Cuando no
sepamos algo, ser honestos y decir "no sé, pero te voy a buscar
la información".
6 Recopilar la información que damos y recibimos.
Es probable que muchas personas tengan conocimientos diferentes que pueden
servirnos o servirle a otras, por ejemplo, medicinas naturales, dietas
específicas, ciertos ejercicios, etcétera.
7 Saber con qué tipo de ayuda profesional de confianza
se cuenta para remitir a las personas que no podamos atender, ya sea porque
nuestra información es insuficiente o porque la atención
y ayuda que requieren es especializada.
Esto es básicamente lo que a los nuevos facilitadores
y cofacilitadores les puedo decir de lo que es atención y apoyo.
Al menos esta ha sido mi experiencia y es lo que procuro hacer en la atención
individual o grupal. |