LETRA S
Febrero 5 de 2004
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ls-mauricio El arte del acompañamiento

Gustavo Chinchilla

Las personas, cuando somos diagnosticadas o vivimos con VIH/sida, pasamos por una serie de procesos que podemos comparar con el duelo, pues hay un sentimiento de pérdida o de muerte. Este proceso, según cada persona, a veces es largo y otras veces más corto, por lo que cada cual debe recibir un trato diferente.

Los sentimientos que una persona recién diagnosticada puede experimentar son:

1 Pena y dolor.

2 Miedo, ira, culpabilidad y resentimiento.

3 Apatía, tristeza y desinterés

4 Reaparición de la esperanza y reconducción de la vida.

Antes, durante y después de este proceso se sale a buscar apoyo, guía y motivación para llevar con éxito su control médico y su tratamiento. Otras PVVS ya han pasado por este proceso y llegan sólo buscando ayuda para seguir adelante con su tratamiento.

Cuando la persona, hombre o mujer sin importar orientación sexual, decide buscar ayuda en una ONG, se le puede ofrecer orientación y motivación para que adopten un estilo y ritmo de vida saludables. Lo idóneo es:

1 Lograr que se convenza de que en su vida hay algo nuevo, con lo cual debe aprender a convivir.

2 Impulsarla a expresar su afectividad.

3 Ayudarla a vencer los sentimientos negativos que se le presenten después de su diagnóstico.

4 Estimularla a que modere su ritmo de vida y se sienta confortada en su nueva situación.

5 Educarla y acompañarla durante el proceso que lleva la aceptación de vivir con el VIH/sida.

Hay que ser realistas. Quienes vivimos con el virus y hacemos trabajo de apoyo a otras PVVS no somos psicólogos, sólo somos individuos en igual condición que tenemos un poco más de información y deseo de ayudar a otras personas.

El acompañamiento a otras personas está basado en nuestra propia vivencia. Permite compartir experiencias y llegar a la conclusión de que la vida continúa aun después de un diagnóstico positivo.

No recetamos, no vendemos ideas, sólo motivamos. A quienes ya se atienden en algún sistema de salud les enseñamos a negociar con el personal médico; es decir, doctores y enfermeras están proporcionando un servicio, por lo cual deben responder a todas nuestras dudas y explicarnos de la manera más clara posible las implicaciones del tratamiento que nos prescriban. Por supuesto, no se trata de pelearse con el médico, sino de llegar a un entendimiento mutuo.

Muchas personas con VIH/sida se vuelven dependientes de las ONG o de quien les apoya en los procesos descritos arriba, y a veces pretenden resolver sus problemas a través de nosotros. Es importante hacerles ver que no somos Dios y no les podemos resolver la vida, ni a ellos ni a nadie.

En el trato y apoyo a las PVVS también es muy importante:

1 Llamarla siempre por su nombre.

2 Hacerla comprender que es ella quien debe buscar la ayuda. (Sí tú se las buscas se volverá dependiente.)

3 Crear un espacio de confianza. La persona debe ver en uno a un amigo, alguien en quien confiar, por eso debemos tener como primer norma la confidencialidad y el respeto. Además, este espacio debe ser confortable para que en la terapia, grupal o individual, se perciba libertad para expresarse sin limitaciones.

4 Ser accesibles, honestos, sinceros y, ante todo, recordar que las personas quieren hablar de ellas, no escuchar de nosotros. Las acciones hablan más que las palabras, por eso debemos ser un ejemplo en: a) adherencia al tratamiento, b) un ritmo de vida sano y saludable, c) disposición para el acompañamiento --si no tenemos tiempo en ese momento, pedirle a la persona que regrese más tarde; también es importante contar con un medio de comunicación efectivo donde nos puedan localizar: teléfono, fax, celular, e-mail, d) utilizar un lenguaje accesible, fácilmente entendible, evitando tecnicismos y términos conceptuales muy elevados.

5 Tener información actualizada y compartirla, pues si obtenemos su confianza, nos seguirán buscando. Cuando no sepamos algo, ser honestos y decir "no sé, pero te voy a buscar la información".

6 Recopilar la información que damos y recibimos. Es probable que muchas personas tengan conocimientos diferentes que pueden servirnos o servirle a otras, por ejemplo, medicinas naturales, dietas específicas, ciertos ejercicios, etcétera.

7 Saber con qué tipo de ayuda profesional de confianza se cuenta para remitir a las personas que no podamos atender, ya sea porque nuestra información es insuficiente o porque la atención y ayuda que requieren es especializada.

Esto es básicamente lo que a los nuevos facilitadores y cofacilitadores les puedo decir de lo que es atención y apoyo. Al menos esta ha sido mi experiencia y es lo que procuro hacer en la atención individual o grupal.