México D.F. Jueves 5 de febrero de 2004
La Guardia Costera los capturó frente
a Florida
Interceptan a cubanos que viajaban en automóvil
adaptado como barco
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 4 de febrero. A bordo de un automóvil
Buick 1959, sellado y adaptado con una propela, tres parejas de cubanos
con seis menores fracasaron hoy en su intento de llegar a Estados Unidos,
cuando fueron interceptados por la Guardia Costera de ese país en
aguas del Estrecho de la Florida.
Dos
de las parejas ya conocían el camino. En julio del año pasado
habían hecho la travesía en un camión Chevrolet 1951,
también acondicionado. Los 12 camionautas de entonces fueron
alcanzados por los guardacostas estadunidenses y devueltos a Cuba, según
los convenios bilaterales vigentes.
"Sabemos que están vivos y eso nos tranquiliza
-dijo a La Jornada Lourdes Grass, hermana de Luis Grass, uno de
los ocupantes del Buick y veterano de la frustrada expedición del
Chevrolet-. Sólo queremos que los dejen quedarse (en Estados Unidos),
porque se lo han ganado, bien ganado."
Pegada al teléfono que suena sin cesar, Lourdes
conversó con este diario en su casa del barrio El Diezmero, municipio
de San Miguel del Padrón, bolsón semirrural del sureste de
La Habana.
En ese momento recibió de Miami la no-ticia de
que el viejo carro convertido en anfibio fue hundido en el mar y los 11
viajeros (seis adultos y cinco menores) estaban esta tarde a bordo de un
buque estadunidense.
Aunque no había confirmación oficial ni
en Miami ni en La Habana, diversas fuentes desde la ciudad estadunidense
reportaron la intercepción. El Buick salió el lunes por la
noche de la playa de Guanabo, unos 15 kilómetros al este de la capital,
y el martes fue localizado por los guardacostas.
Luis Grass Rodríguez, de 35 años, y su esposa
Isora Hernández, de 26, habían corrido la aventura en el
Chevrolet, junto con Marcial Basante (35) y su esposa Mirlena.
Los cuatro hicieron de nuevo la prueba, esta vez con una
pareja que Lourdes y otros familiares sólo conocen por sus nombres,
Rafael (37), dueño del Buick, y Nivia, mé-dica de barrio.
Con ellos iban cinco menores, hijos de las tres familias.
Cuando los guardacostas devolvieron a los 12 camionautas
del Chevrolet, todos intentaron emigrar por la vía legal: presentaron
sus peticiones en la Sección de Intereses de Estados Unidos y 10
de ellos fueron notificados de que no calificaban.
Los dos que podían tener una oportunidad son Luis
Grass y Ariel Diego, quien no participó en la nueva incursión
ilegal. Ambos tienen cita para una entrevista consular el próximo
7 de abril.
¿Por qué si tenía una puerta legal
abierta Luis decidió lanzarse al mar? "No confiaba", dijo Lourdes.
"Nunca tuvo la seguridad de que le fueran a dar la visa".
Ariel, vecino y amigo de los Grass, pendiente de las noticias,
dijo que él sí acudirá a la cita con la Oficina de
Intereses.
Ariel dijo que algo parecido se hizo en el Chevrolet,
que navegaba a una velocidad como la de una persona caminando apresuradamente.
Aunque desempeñaron diversos oficios, Diego y los tres hombres del
Buick compartieron durante años la mecánica automotriz.
"Su problema es económico, no político",
dijo Lourdes. "Ninguno tiene antecedentes penales. Son gente de bien, muchachos
de familia, buenos padres, buenos trabajadores. Sólo quieren una
oportunidad para me-jorar su vida".
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