México D.F. Miércoles 4 de febrero de 2004
El portazo se lo hubieran dado a Elton
John en el Castillo de Chapultepc, dice El soldado
Músicos punks desaprueban los hechos violentos
en el Centro Rayo
Ricardo Glenn y Gustavo de la Serna, parte de la producción
del festival, reconocen que falló la seguridad en el recinto Los
organizadores realizan trámites para deslindar responsabilidades
CHAVA ROCK ESPECIAL
Un ambiente de descontento predomina entre los músicos
punks mexicanos que atestiguaron los hechos violentos del sábado
pasado en el No Order Punk Fest, en el Centro Rayo (oriente de la ciudad
de México), que enlistaba en su cartel a Dead Kennedys y Misfits,
entre otros, y en el que estos últimos no pudieron tocar debido
a que un puñado de chavos se robaron el equipo de sonido de la banda
estadunidense (La Jornada, 3 de febrero).
Gustavo
de la Serna y Ricardo Glenn, parte de la producción del festival
punk, aseguran que falló la seguridad, prosibilitando los demanes:
"Nosotros entendemos al equipo de seguridad, pues el ambiente se puso muy
pesado. Imagínate, al jefe de seguridad, Adrían, lo golpearon,
y pues los elementos a su cargo sintieron miedo y cedieron a la embestida
de los punks".
Arturo Beristain, El Soldado, líder y voz
de Rebel d' Punk, grupo que participó en la tocada también,
más directo señala al sector que desequilibró el toquín;
opina que "mejor el portazo lo hubieran dado cuando tocó
Elton John en el Castillo de Chapultepec, esos sí son capitalistas,
no acá, en la tocada punk".
Uno de los factores de lo ocurrido el sábado pasado
fue que varios atacaron a Dead Kennedys, con el pretexto de que había
traicionado el espíritu de la banda, como lo llegó a decir
en su momento Jello Biafra.
Beristain considera que falló la seguridad, y que
"el lugar les quedó chico; fue un momento bien difícil cuando
subimos, porque acababan de echar el gas pimienta, no podíamos respirar
bien. Imagínate cómo estaba el baterista, que jala tanto
aire; pero teníamos que tocar, después de todo, el show
debe continuar como sea.
"Fue muy mala onda para la gente que pagó su boleto,
que por unos cuantos la fiesta se haya arruinado. El ambiente estuvo bueno,
vimos caras nuevas. Hay que darle un reconocimiento a esa gente que aguantó
todo. Esos que dieron el portazo, mejor se lo hubieran dado a Elton
John; esos sí son capitalistas. Perro no come perro, ¿pues
cómo?"
Acto para recordar
Fue un festival que los músicos recordarán
durante mucho tiempo, pues no sólo se robaron parte del equipo de
sonido e instrumentos de las bandas, sino que algunos tuvieron que liarse
a golpes con un reducido sector del público.
Por ejemplo, el baterista de Doverman, Ismael, intercambió
golpes con un chavo que lo encaró y quería organizar el portazo.
César Caro, guitarrista de la joven banda, relata
que vio cómo unos cuantos se subían al escenario: "De repente
vi banda corriendo con las guitarras y los amplificadores; me subí
y les dije: no 'mamen'; traté de calmar a un imbécil, pero
de pronto me empezaron a aventar botellas y me tuve que bajar. Yo creo
que todas estas cosas ocurren por falta de cultura. Además de que
hubo un ardid de la gente, pues muchos todavía le reclamaban lo
que pasó con Jello Biafra, que salió de la banda cuando no
quiso que se vendiera una canción de Dead Kennedys a Levis; entonces,
ya sabes cómo se la curan los punks.
"Yo escuché a los punks decir cuando dieron el
portazo: 'a güevo, los punks no pagamos'. Por todo esto, y
porque nosotros ya preveíamos algo así, cuando terminamos
de tocar guardamos todas nuestras cosas en una camioneta y lejos de la
tocada."
El bajista de Blao, grupo que tocó primero, prestó
su instrumento a Dead Kennedys, pues el conjunto se lo pidió cuando
vio el ambiente del lugar. Finalmente, también se robaron el bajo,
recuerda Claudia Palacios, representante del grupo mexicano.
Por último, Francisco Gatica, bajista de Graffiti
3X, quien además es profesor de artes visuales y productor musical,
confirma que de "3 o 4 mil personas, unas 500 pusieron el desorden. Es
muy triste que en México aún se vea esto, porque un porcentaje
mínimo es el que echa a perder el concierto. Esto se pudo controlar,
pero la seguridad brilló por su ausencia. Vi cómo tres o
cuatro vigilantes se quitaron las playeras (del uniforme) y mejor se perdieron
entre el público; yo creo que pensaron que por 100 pesos no iban
a arriesgar el físico. Entonces, faltó seguridad y elementos
capacitados. Por lo demás, creo que los grupos salimos a hacer lo
nuestro. Dead Kennedys fue a hacer su trabajo; hubo grupos minoritarios
que todavía reclaman sobre los problemas con Jello Biafra, siendo
que eso sucedió hace muchos años".
En cuanto a los organizadores del festival, hay que reconocerles
que no salieran huyendo del lugar ni se han escondido. En estos momentos
realizan los trámites correspondientes para deslindar responsabilidades
y que todo se realice de forma legal: que el seguro cubra su parte y que
se paguen los desperfectos.
Aunque el susto que se les veía en camerinos a
los corpulentos músicos de Misfits ya nadie se los va a quitar.
Probablemente se pague la guitarra Stratocaster que bajaron del escenario
unos rijosos punks, a los que la oportunidad se las pintaron calva.
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