Día de la Candelaria

Tamales de toda América en el parque Frida Kahlo, en Coyoacán

JAIME WHALEY

Vamos a tomar atole y sabrosos tamalitos, reza una línea de vieja tonada con música del Jarabe tapatío, y precisamente esa es la consigna para este que se espera sea un frío fin de semana. En el parque Frida Kahlo de Coyoacán, frente a la plaza de La Conchita, cobijados por dos lonas se han instalado casi una veintena de puestos de sabrosos tamalitos y humeantes ollas de atole, con motivo del Día de la Candelaria, a festejarse, como bien se sabe, este lunes 2 de febrero.

Los tamales que están aquí, en el continente, desde antes de la llegada de los aventureros hispanos no son platillo privilegio de México, sino que su consumo abarca desde el Rio Bravo -y hasta un poquito más arriba, pues Texas y Arizona tienen los suyos- hasta la Patagonia, como se puede constatar con las variedades de humitas chilenas, que son de puro elote sin masa, o los de masa con puré de calabaza que proceden de la provincia de Salta, en tierras argentinas.

La variedad de tamales es tan grande como lo es la América castellana, aunque sus nombres difieren según la región. Así, se tienen las hallacas de Venezuela y Ecuador, que son de carne de res, puerco, gallina, aceituna, alcaparra, cebolla, pasas y pimiento morrón. En Guatemala se sirve el boshbole, de queso maíz y acelga, y el chuchito, de salsa sin picante con carne de cerdo.

De Centroamérica vienen los pisques, que son de tortilla blanca envueltos en hoja de plátano; los canarios, dulces con sabor a mantequilla y hechos de harina de arroz, y el nacatamal, con su contenido de arroz, papa, aceituna, carne de cerdo y condimentos. Su presencia se distingue por estar bien atados con un mecate. En El Salvador consumen los de pato que se resbalan con fresco de chan, bebida a base de semillas parecidas a la chía con sabor semejante a la fresa. Los cubanos son de elote tierno con cerdo, adecuados para bajarlos con un mojito.

Para hablar de los tamales domésticos, los de nuestro país pues, se tienen los de camarón, que son de la región norte de Veracruz; los de mole negro con pollo, naturalmente de Oaxaca, al igual que los de cerdo con yerbasanta. Por Yucatán pasan lista de presente los vaporcitos, de pollo y de puerco, y la infaltable horchata de arroz con coco.

Estas delicias están en espera de comensales desde las 10 de la mañana y hasta las ocho de la noche, salvo el mero 2 de febrero, que estarán hasta las 18 horas. Y ya que de Coyoacán se habla, en el Museo de Culturas Populares, sobre Hidalgo, a unos pasos de la plaza principal, hoy en la mañana tendrá lugar el concurso de los Niños Dios vestidos.