México D.F. Domingo 1 de febrero de 2004
Sugiere presbítero que renuncie el alcalde
Elías Osorio y se castigue a Estrada Cajigal
Obispos llaman al diálogo y a la reconciliación
en Tlalnepantla
Los desplazados sólo regresaron a su comunidad
para oír la misa; enseguida se fueron en caravana
LA JORNADA MORELOS CORRESPONSAL
Tlalnepantla, Mor., 31 de enero. Cientos de habitantes
que huyeron el pasado 14 de enero, cuando la policía desalojó
la alcaldía, regresaron hoy por unas horas a su comunidad para escuchar
la misa por la paz y la reconciliación que celebró el obispo
de Cuernavaca, Florencio Olvera Ochoa, en la parroquia La preciosa sangre
de Cristo.
Al finalizar la ceremonia los desplazados se regresaron
a los poblados donde se encuentran refugiados.
Acompañados por el obispo de Saltillo, Coahuila,
Raúl Vera López, provenientes en su mayoría del vecino
municipio de Tlayacapan, aunque también de Tepoztlán, y de
Milpa Alta, Distrito Federal, donde se encuentran refugiados, los pobladores
llegaron con los brazos en alto en señal de que no portaban armas.
Jesús Garcidueñas, párroco de Tlanepantla
separado de su cargo días antes del enfrentamiento, recibió
a los pobladores y consideró que sólo la renuncia del alcalde,
el priísta Elías Osorio, e inclusive el castigo al gobernador
Sergio Estrada Cajigal, podrán reconciliar a esta comunidad.
La llegada del obispo de Saltillo al altar fue difícil,
por el desorden de los desplazados en torno suyo, tanto que el obispo de
Cuernavaca, Florencio Olvera Ochoa, interrumpió su misa para decir
por el micrófono: "frénense, hay cosas aquí mucho
más importantes que la llegada de Raúl Vera".
Hombres, mujeres, niños y ancianos arribaron, silenciosos,
pero desesperado por la tardanza de la caravana, el obispo de Cuernavaca
no quiso esperar la llegada de Raúl Vera y empezó la misa
solo.
Al
finalizar, los obispos escucharon a unos 10 desplazados que se anotaron
para tomar la palabra, además de un mensaje del concejo popular
autónomo de Tlalnepantla, "en el exilio", mientras algunos simpatizantes
de Elías Osorio los observaban y respondían con risas o severas
críticas a los comentarios de los desterrados.
Hubo un momento de tensión, cuando Virginia Mercado,
madre del campesino acribillado, increpó a quienes calificó
de asesinos. La señora Victoria Espinoza solicitó la palabra
para responderle: "que Dios te lo perdone... ya le tocaba porque andaba
robando en las casas".
La discusión subió de tono y por momentos
los gritos superaban los aplausos de quienes intentaban acallar los resentimientos.
Las demandas constantes fueron ¡justicia! y ¡basta de represión!,
además de que la autoridad deje de fabricar delincuentes
y se trabaje para establecer las condiciones que permitan un verdadero
diálogo y la reconciliación.
El control policiaco molesta a todos: obispo Raúl
Vera
Una vez que escuchó los señalamientos de
los desplazados acerca de la violación constante de sus derechos,
el obispo de Saltillo y presidente del Movimiento por la Paz, Raúl
Vera, resaltó que es necesario talento político de la autoridad
para utilizar la razón y no la fuerza para resolver conflictos,
"debe desaparecer el control policiaco y establecerse el diálogo
para que las familias regresen pronto a su pueblo", dijo.
Con su palm en la mano, el obispo señaló:
"ustedes tienen que arreglar esto, pues han sabido llevar las cosas pacíficamente
con la sabiduría ancestral, ahora necesitamos del perdón,
que no salgan viejas rencillas", insistió.
"Creo que lo primero que rompe la unidad es el control
policiaco que a todos molesta y afecta; segundo, lo que se tiene que arreglar
por medio del diálogo es que regresen los desplazados".
Además "que no se inventen delincuentes ni busquen
un chivo expiatorio. Esto no es arreglo."
Recalcó que las autoridades tienen que ejercer
su papel político, "mantener un estado de derecho, pero con respeto
a las personas y una gran capacidad de reconciliación. Se necesita
talento político, principalmente mediante el diálogo, la
razón y la legalidad, no con la fuerza".
Por momentos el mensaje del obispo Olvera Ochoa fue considerado
molesto por los vecinos, inclusive algunos comentaron sobre su parcialidad
y el mismo presbítero Jesús Garcidueñas, removido
después de 20 años de servicio en Tlalnepantla, le recriminó
el hecho de haberlo retirado de la comunidad en momentos tan difíciles.
Olvera Ochoa señaló :"me duelen los desplazados,
que no puedan llegar a su pueblo y que no haya aquí unidad. Lo he
dicho, el pueblo es el responsable de su destino, de la forma de gobierno
que quiere, pero un pueblo que de veras vota a conciencia con responsabilidad,
recuerden, yo se los decía, hay que saber ganar y saber perder.
El que gana no tiene por qué pisar al que pierde. Estamos sí,
en otra época en México, donde respetamos a la persona, pero
yo quiero hablar todavía como obispo.
"La ira nos nubla, es cierto, pero pídanle a sus
autoridades en forma respetuosa, que les cumplan, exijan cambios, tienen
derecho. ¿No que el pueblo es el protagonista de su democracia?
Pero en el modo del pedir está el dar. Si nos acercamos con violencia
¿Quién nos escucha?
El presbítero Jesús Garcidueñas,
dijo: "Deben (los desplazados) regresar a su pueblo, creo que sí
hay condiciones. El problema es muy difícil de resolver. Yo diría
que debe renunciar Estrada Cajigal y también Elías Osorio,
pues fueron los responsables de la violencia.
Samuel Ruiz García, obispo emérito de San
Cristóbal de las Casas, Chiapas, que encabezaría la misa,
se ausentó de Tlalnepantla, donde permanecía desde el lunes
pasado, por un problema familiar.
|