México D.F. Sábado 31 de enero de 2004
Será tan seguro como en 2002 y 2003,
afirmó Milt Ahlerich, director de vigilancia en la NFL
El Super Bowl 38 estará vigilado por
5 mil 400 elementos policiacos
Los mariscales de campo Tom Brady y Jack Delhomme son
polos opuestos El evento es además un gran negocio: un comercial
de 30 segundos se venderá en 2.3 millones de dólares
AGENCIAS
Houston,
30 de enero. Al contrario de las ediciones del Súper Tazón
2002 y 2003 de la NFL, las autoridades no decretaron que el duelo entre
Patriotas de Nueva Inglaterra y Panteras de Carolina es un "evento nacional
de seguridad especial".
Sin embargo, se da por entendido que la seguridad en torno
al Reliant Stadium para jugadores, dirigentes, periodistas y público
será rigurosa como en los Super Bowls siguientes a los atentados
del 11 de septiembre de 2001.
Aunque hay 20 por ciento de probabilidades de lluvia,
el asunto del techo abierto o cerrado "no cambia para nada" los planes,
dijo el director de seguridad de la NFL, Milt Ahlerich.
"Este Súper Tazón 38 será tan seguro
como los jugados en Nueva Orleans, en 2002, y en San Diego, el año
pasado", dijo.
Las autoridades de Houston revelaron que disponen de un
presupuesto adicional de 1.5 millones de dólares para pagar tiempo
extra a los policías que integrarán el cuerpo de seguridad
de 5 mil 400 oficiales.
Molotov calienta el ambiente
Por lo pronto, el irreverente estilo del grupo mexicano
de rock Molotov cautivó durante el concierto que ofreció
en el Verizon Wireless Theater de esta ciudad, con lo que dieron inicio
las festividades previas al Super Bowl.
Con sus canciones como Changuich a la Chichona, Apocalipsis,
Puto, Gime da Power, Rastamandita y en especial Frijolero, Molotov
hizo cantar, brincar y gritar a sus fans, en su gran mayoría
jóvenes descendientes de mexicanos.
De
cara al encuentro los mariscales de campo Tom Brady, de Patriotas, y Jack
Delhomme, de Carolina, son polos opuestos.
Brady ya ganó un Súper Tazón hace
dos años y si se alza otra vez con el título virtualmente
se habrá asegurado un puesto en el Salón la Fama de la NFL,
por haberlo logrado con sólo 26 años de edad.
En el caso de Delhomme, si no hubiera sido porque el titular
de Carolina, Rodney Peete, se lesionó en el primer encuentro de
la temporada, quizá ahora sería un oscuro jugador calentando
un sitio en la banca de suplentes del equipo.
Brady, pese a su juventud, lidia con la fama fuera de
los estadios. La semana pasada fue invitado por el presidente George W.
Bush para su mensaje sobre el estado de la Unión, y la revista People
lo
inscribe entre las 50 personas más apuestas del mundo.
Apareció en una película (Stuck On You),
fue jurado el año pasado en el concurso para elegir a Miss Estados
Unidos y las revistas del corazón dicen que su más
reciente novia es la actriz Tara Reid.
Sus marcas son 39 victorias, siete en tiempo extra, y
12 derrotas. Si gana el domingo no faltará quien lo compare con
Joe Montana, el jugador más valioso en tres de sus cuatro Super
Bowls.
Entretanto, Delhomme, de 29 años, es apenas el
tercer quarterback que llega de la poco conocida NFL Europa a un
Súper Tazón.
En años anteriores calentó la banca con
Santos de Nueva Orleans antes de llegar a Panteras como agente libre. Cuando
asumió la titularidad respondió con creces y llevó
a su equipo a una marca de 11-5, para ponerlo en el Super Bowl por
primera vez en sus nueve años como franquicia de la NFL.
El trofeo Lombardi, que se entrega al equipo campeón,
está valorado en 12 mil dólares y los 150 anillos de oro
y diamante que recuerdan el partido final costarán 5 mil dólares
cada uno.
La competencia se ha convertido en el negocio deportivo
y cultural más rentable del universo. Un comercial de televisión
de 30 segundos durante el juego, que en 1967 costaba 42 mil dólares,
este año se venderá en una cifra récord de 2.3 millones
de dólares.
Para el domingo la NFL puso en venta palcos de 600 dólares
que le reportarán ganancias de hasta 35 millones.
Los jugadores del equipo campeón percibirán
68 mil dólares cada uno, mientras los perdedores se llevarán
36 mil 500. El club ganador ingresará a sus arcas 3.35 millones
de dólares y el perdedor 2.59 millones.
Las autoridades del estado de Texas también esperan
beneficios por unos 166 millones de dólares.
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