México D.F. Sábado 31 de enero de 2004
El mecanismo pone a AL en indefensión: diplomático
La intervención humanitaria, forma de control de naciones poderosas
La intervención militar externa con fines de protección humana es un proyecto creado desde la perspectiva de las naciones más poderosas de Occidente, encaminado hacia los países más pobres, pues queda claro que hay un grupo de naciones que puede intervenir y otro que puede ser intervenido, aseguró Gustavo Iruegas, ex subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe.
En un encuentro sobre la protección de los derechos humanos en el siglo XXI, organizado por El Colegio de México, en el que se analizó el papel de los estados ante los casos de graves violaciones a los derechos humanos y la pertinencia de aplicar la intervención militar, el diplomático agregó que dicho concepto debe ser rechazado como tal, porque se corre el riesgo de que pueda ser utilizado como mecanismo de control político por las naciones más poderosas.
No es posible, aseguró, que discutamos el derecho a la intervención humanitaria en un momento en que el propio Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido ignorado, pues en el caso de graves violaciones a los derechos humanos corresponde a la comunidad internacional organizada analizar las acciones procedentes, es decir, dentro de la asamblea de la ONU y no necesariamente en el Consejo de Seguridad, "que está condicionado por países que están en dicho organismo por su capacidad de hacer la guerra".
Al respecto, el informe elaborado por la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía de los Estados, establece que la responsabilidad de proteger y, por tanto, el derecho de intervención humanitaria se aplica cuando ''la población está sufriendo graves daños como resultado de una guerra civil, una insurrección, la represión ejercida por el Estado o el colapso de sus estructuras, y ese Estado no quiera o no pueda atajar o evitar dichos sufrimientos, la responsabilidad internacional de proteger tendrá prioridad sobre el principio de no intervención".
Este mecanismo, sostuvo Iruegas, "fue diseñado para que los países ricos puedan intervenir en las naciones pobres", con lo que se corre el riesgo de dar un matiz de legalidad a estos actos y propiciar las intervenciones unilaterales con lo que América Latina "estaría en un estado de indefensión". LAURA POY SOLANO
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