México D.F. Sábado 31 de enero de 2004
En el documento, la Semarnat pide a las fuerzas
armadas mantenerse en la zona
Reubicar a indígenas asentados en Montes
Azules, eje de un plan federal
Solicita a Gobernación revisar a extranjeros
que asesoran a habitantes de la reserva
ONG denuncia intereses ''conservacionistas multinacionales''
en reciente expulsión
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de Las Casas, Chis., 30 de enero. Lo
que está ocurriendo en Montes Azules se presenta como un problema
exclusivamente ambiental, que incumbe sólo al conservacionismo institucional
y privado, aunque "para bien de la humanidad". La "politización"
del problema es vista como una mancha de lo social sobre el limpio papel
en que se imprimen los planes de protección, y los mal disimulados
intereses comerciales y de bioprospección estratégica.
En el documento oficial Acciones prioritarias a realizar
en la reserva de la biosfera Montes Azules (enero de 2004), el gobierno
federal fija sus prioridades en la materia y las ''acciones inmediatas
de gestión'' con diversas dependencias federales y la secretaría
de Gobierno de Chiapas. En su "ruta crítica", el documento destaca
que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
''actualizará los procedimientos jurídicos-administrativos
por el cambio de uso de suelo de las invasiones. En caso de que no existan,
los ejecutará de manera inmediata. No deberán permitirse
nuevas invasiones''.
El plan de acción, diseñado por la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Profepa, representa
la más reciente plataforma para la expulsión de las comunidades
indígenas dentro de Montes Azules. El único término
oficialmente aceptado es ''reubicación''. La palabra "desalojo"
está desalojada del lenguaje gubernamental.
El plan enfrenta no pocos obstáculos, incluso internos:
''El jefe del Estado Mayor de la Armada, vicealmirante Alberto Castro Rosas,
ha confirmado que en enero de 2004 se retirarán, de manera definitiva,
las bases de operaciones que tiene la Armada en el sur de Chiapas, por
razones presupuestales". Con esto, "pierde efectividad" la vigilancia de
Profepa, por lo que "se sugiere una solicitud del secretario Cárdenas
al secretario Peyrot para que mantenga a la Marina en la zona del río
Lacantún".
Si
la gestión fracasa, el titular de Semarnat deberá gestionar
"ante el secretario de la Defensa para que los grupos anfibios especiales
establezcan de inmediato acciones de vigilancia de la ribera del río
Lacantún". Se lamenta que el Ejército federal no realice
"acciones de acompañamiento a la Profepa, por lo que la coordinación
con ellos tiene alcances muy limitados".
De todos modos, se pide a la Secretaría de la Defensa
Nacional que destruya o inutilice ''pistas de aterrizaje que se observan
en forma paralela a algunos asentamientos irregulares dentro de la reserva
de la biosfera, como San Gregorio y Nueva Galilea". Con ello, Semarnat
y Profepa califican a San Gregorio de irregular, buscando doblegar a la
comunidad más antigua y menos irregular dentro de Montes Azules.
Y meter al Ejército Mexicano en nuevos problemas.
A la Secretaría de Gobernación, Semarnat
solicitará el regreso del garrote migratorio, ''para que revise
la legalidad de la presencia y las acciones de asesoría de diversos
extranjeros con los habitantes de los asentamientos irregulares''.
Por último, se reitera la alianza institucional
con la ONG Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (Endesu), al solicitarle
''apoyo para restablecer las estaciones científicas y de observación
de Ixcán y Tzendales, contratando a trabajadores locales que permitan
mantener presencia y vigilancia en la zona".
A eso se refiere la tercera prioridad del documento: ''Gestionar
recursos y acordar con la comunidad de Nueva Palestina (parte de la comunidad
lacandona, dueña legal de Montes Azules y la reserva de Lacantún)
un programa de pago de servicios ambientales (única frase
subrayada en el original) para evitar el desmonte".
La prioridad número dos es ''recuperar la ribera
del río Lacantún (invasiones ocurridas durante la presente
administración)'', y para ello, ''negociar con el grupo San Isidro
(antes 8 de Febrero) y con Nuevo San Rafael la reubicación en las
70 hectáreas de que se dispone en el municipio de Salto de Agua''.
No obstante, ahora que estos últimos han dejado Montes Azules, lo
hicieron para volver a El Calvario, su comunidad de origen, no a Salto
de Agua.
El punto clave del plan de la Federación es reubicar
los ''asentamientos humanos'' de Montes Azules. Para llegar ahí,
incurre en errores evidentes, como señalar que ''hasta 1994 existían
13 asentamientos irregulares'', entre los cuales cuenta "seis con resolución
presidencial" (¿y aún así irregulares?; entonces que
se cuiden hasta los lacandones). El texto también confunde comunidades,
como Ruinas y Sol Paraíso. O dice en una misma página que
el ''asentamiento humano'' El Buen Samaritano es ''anterior a 2000'', pero
también que ''esta invasión se efectuó a finales de
2000''. O ubica inexactamente Arroyo Cristalina ''en el corazón
de la reserva''.
Llama la atención el papel asignado a la asociación
civil Endesu en el convenio de concertación para la vigilancia de
los recursos de la reserva de la biosfera, firmado por Profepa, la Comisión
Nacional de Areas Protegidas y la mencionada asociación, animada
por ex funcionarios ambientales. Además de ''inhibir las conductas
ilícitas de los pobladores locales y de posibles migrantes'', este
grupo acuerda gestiones ante la Armada.
El 5 de enero de 2004, revela el documento gubernamental,
Profepa se reunió en la estación biológica Chajul
con Endesu, y ambos acordaron solicitar al Estado Mayor de la Armada la
continuación de los recorridos fluviales de inspección y
vigilancia por el río Lacantún; el ''traslado diario de elementos
de la Armada desde la ENA en Flor de Cacao hasta Chajul'', y que los marinos
''pernocten cada tercer día en la estación Ixcán''
y establezcan un puesto de revisión frente a la estación.
Voces críticas
La organización ambientalista Maderas del Pueblo
del Sureste sostuvo en un boletín divulgado ayer que el reciente
desalojo en Montes Azules obedece a intereses conservacionistas multinacionales.
''En el poblado Nuevo San Rafael, ubicado en la porción sur de la
reserva de la biosfera, se dio un operativo de desalojo quirúrgico.
''Nuevo San Rafael estaba integrado por indígenas
provenientes de Sabanilla (al norte del estado), desplazados por la violencia
del grupo paramilitar Paz y Justicia. Este pequeño poblado, junto
con sus vecinos Nuevo San Isidro y Lucio Cabañas-Arroyo San Pablo
(reubicado forzosamente en diciembre 2002 y luego abandonado a su suerte
por el gobierno) se localizan a unos cuantos kilómetros de lo que
fue la estación biológica de la UNAM Boca de Chajul".
En 2001, ''la estación para la investigación
pública fue convertida en un hotel de turismo científico
de gran altura. Mediante el pago de 90 dólares diarios y previa
reservación vía Internet, llegan investigadores de universidades
privadas extranjeras para realizar acciones de colectas y bioprospección,
sin ningún control, ya no digamos de las comunidades, sino de nuestro
país.
''La superficie donde se encuentra este hotel abarca 80
hectáreas de selva alta, a orillas de los ríos Lacantún
y Chajul, en zona núcleo de la reserva, fue concesionada por los
mal llamados lacandones a Endesu, por un lapso inicial de 25 años,
a cambio de 65 mil pesos anuales'', prosigue Maderas del Pueblo.
''Endesu fue fundada por el biólogo Javier de la
Maza, ex director general de Areas Naturales Protegidas de Semarnap (ahora
Semarnat), con el apoyo político y financiero de la ex secretaria
Julia Carabias. En su calidad de funcionarios, ambos aprovecharon en septiembre
1999 un convenio de Cooperación Técnica firmado por el gobierno
mexicano con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo por un monto
de poco más de 7 millones de pesos, asignado a la selva Lacandona,
transfiriendo ese monto íntegro a Endesu, para que 'pudiera rehabilitarse
la infraestructura existente en la estación biológica de
Chajul y se iniciara la construcción de otra estación en
el río Tzendales.
"Es decir, Carabias y De la Maza, en tanto funcionarios
de Semarnap, se regalan a sí mismos (como Espacios Naturales) 7
millones de pesos, otorgados por la ONU al pueblo de México, para
su futuro negocio privado en Chajul, e iniciar otro en Tzendales.''
Según el reporte de Maderas, ''el segundo hotel
de turismo científico, también en zona núcleo, estará
en la desembocadura del río Tzendales en el Lacantún (lugar
donde, dicen los lugareños, le gustaba ecoturistear al ex
presidente Zedillo), sigue en construcción, disfrazado de estación
biológica y de vigilancia privada, bajo la protección de
Profepa y Semarnat y con recursos adicionales de Ford Motor Company".
En este contexto, "el desalojo quirúrgico efectuado
en Nuevo San Rafael obedece, no al muy discutible hecho de que las pocas
familias choles ahí asentadas estuvieran 'arrasando la selva' (la
cual es 'imperativo' preservar 'para beneficio de la humanidad'), sino
al pánico de las corporaciones multinacionales interesadas (y sus
maquiladores nacionales) de que tales negocios de supuesto ecoturismo de
elite (en realidad y en el fondo vinculados a la bioprospección)
puedan venirse abajo por la cercanía y el riesgo de invasión
de indígenas zapatistas".
Desde otra perspectiva, ''esta acción intimidatoria
y 'ejemplar' puede leerse como una clara provocación a la paz social
de los sectores duros de los gobiernos federal y estatal. Más allá
de la justicia agraria y social implícitas, lo que se vive en Montes
Azules detrás de los persistentes intentos de desalojo (o reubicación
forzosa) y de la resistencia indígena a ello, no es más que
una fragorosa y sorda batalla por ese territorio y sus valiosos y estratégicos
recursos naturales".
Dicho en términos geopolíticos, concluye
Maderas del Pueblo, allí estaría dirimiéndose en parte
"la lucha entre el Plan Puebla Panamá/ALCA y el Plan La Realidad-Tijuana".
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