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México D.F. Sábado 31 de enero de 2004
Respuesta de la reportera
Señora directora: Un grupo de periodistas
nos apersonamos el pasado jueves en el interior del Reclusorio Norte, no
para "cazar" al juez Baltasar Garzón y el fiscal Enrique Molina,
sino con el objetivo totalmente legítimo de poder documentar un
hecho noticioso: la asistencia de los dos funcionarios españoles
a una diligencia que, según se nos informó, consistía
en una ampliación de declaración en el proceso de extradición
de los seis vascos ahí detenidos. Ahí dentro fuimos testigos
de cómo la directora del penal, Marcela Briceño, giró
instrucciones para que no se le permitiera el paso a los visitantes españoles,
ejecutando órdenes superiores, concretamente del secretario de Gobierno
del Distrito Federal Alejandro Encinas y del director de Reclusorios, Héctor
Cárdenas.
Corresponde a esos funcionarios, por lo tanto, corroborar
esta información. Pero cuando el juez asegura que su presencia en
el penal era "un acto oficial y autorizado", que en ningún momento
se les impidió el acceso al centro penitenciario y que fue él
quien consideró "oportuno retirarse", debo decir, con la pena, que
el magistrado juez miente. La verdad es que hubo una prohibición
expresa. Eso es un hecho real, no una "manipulación grosera".
En cuanto a nuestra función periodística,
puedo decirle que el objetivo no era grabar la diligencia ni violar secreto
procesal alguno. Como corresponde, se nos prohibió hacerlo, cosa
que acatamos puntualmente.
En su carta, el juez Garzón insiste en que el ingreso
de su comitiva al reclusorio fue en el marco de la cooperación jurídica
internacional propia entre países democráticos y en cumplimiento
del Tratado de Asistencia Judicial mutua. Hasta este momento, las ambiguas
explicaciones que ha brindado la Procuraduría General de la República
al respecto no alcanzan a explicar en qué partes de los convenios
bilaterales entre México y España se ampara la actuación
de jueces españoles en procesos judiciales que competen al país.
Esa fue una pregunta que le hice expresamente al fiscal de la PGR Mario
Arzave, quien declinó responderme. Con la pena, señor juez.
Atentamente,
Blanche Petrich
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