México D.F. Sábado 31 de enero de 2004
En siete años, al menos 10 ex dirigentes estatales rompieron con el PRI
Madrazo, responsable de la histórica ruptura entre priístas de Tabasco
Traiciones y fracturas marcaron en esa entidad la era del actual líder tricolor
MIREYA CUELLAR Y RENE ALBERTO LOPEZ REPORTERA Y CORRESPONSAL
En un periodo de siete años, durante el cual Roberto Madrazo fue dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tabasco y después gobernador, al menos 10 ex presidentes del Comité Directivo Estatal priísta rompieron o pusieron distancia con su partido y el madracismo imperante. Los testimonios apuntan a que la historia política del dirigente nacional del PRI es de acuerdos no cumplidos y fracturas.
De entre los ex dirigentes, quienes de plano pusieron la renuncia sobre la mesa fueron Rodolfo Jiménez Damasco -ex candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la alcaldía de Jalapa-, Juan José Rodríguez Prats -hoy senador del Partido Acción Nacional (PAN)-, Fausto Méndez Jiménez -ex secretario de Educación ya fallecido-, Humberto Mayans Canabal -actualmente delegado del PRD en Yucatán- y Héctor Argüello López.
A la lista se suman los que rompieron con el madracismo y formaron la agrupación política José María Pino Suárez, que encabeza Arturo Núñez Jiménez. Entre ellos están los ex presidentes del Comité Directivo Estatal, Víctor Manuel López Cruz, Carlos Elías Dagdug, Agapito Domínguez Lacroix y Santana Magaña Izquierdo. También puso distancia Nicolás Haddad López.
Las defecciones alcanzaron distintos niveles. Varios ex alcaldes, entre ellos Eugenio Amat de la Fuente, que durante su militancia en el tricolor fue dos veces presidente municipal de Cárdenas y secretario general de la Confederación Nacional Campesina (CNC); el ahora perredista Liborio Correa López, ex edil de Jalapa, ex diputado local y ex secretario general de la CNC; Víctor López Cruz, ex alcalde de Macuspana, ex diputado local y presidente de la Gran Comisión, y ex secretario general de la CNC; Ventura Moguel, ex edil de Balancán; Milton Lastra, ex alcalde de Blancán; Juan Martínez Ficachi, ex presidente municipal de Huimanguillo, y Armando Gordillo de Dios, ex alcalde de Cunduacán, entre otros.
La desarticulación del PRI no paró ahí. Hay una larga lista de dimisiones de cuadros importantes, entre otros César Raúl Ojeda Zubieta, ex diputado federal y ex dirigente nacional de los hoteleros durante su militancia en el PRI. Hoy Ojeda es senador con licencia en el PRD, tras contender dos veces por la gubernatura.
Otra renuncia que tuvo implicaciones políticas fue la del presidente de la Unión Ganadera del municipio de Huimanguillo, Walter Herrera, quien en los comicios municipales del pasado 19 de octubre ganó la elección con la bandera amarilla y negra del PRD y el primero de enero de 2004 asumió la alcaldía de ese lugar.
Algunas más son las de Abenamar Morales Gamas, quien entregó la alcaldía del municipio de Cárdenas el último día de diciembre pasado y llegó a esa cargo por el PRD, luego de romper con el PRI, y Antonio Naranjo Cobián, ex presidente de la Unión Nacional de Productores de Cacao, hoy militante de Convergencia.
En siete años se dio la mayor desbandada priísta de que se tenga memoria. Todo sucedió entre agosto de 1993, cuando Madrazo llegó a Tabasco como dirigente estatal -enviado por el entonces presidente Carlos Salinas, con la bendición de Carlos Hank, su padrino político- y diciembre de 2000, cuando dejó formalmente la gubernatura (pidió licencia los últimos meses de 1999 para hacer campaña por la candidatura a la Presidencia).
Cuando esos personajes que abandonaron el PRI son interrogados sobre el origen de la ruptura, casi siempre hay de por medio un acuerdo no cumplido. A César Raúl Ojeda Zubieta, cuando recién había concluido su periodo como diputado federal del PRI (1997) y aspiraba a ser el candidato a la alcaldía de Centro (que incluye la capital, Villahermosa) Madrazo le dijo que no se preocupara, inclusive le pidió permanecer en el Distrito Federal con el ofrecimiento de llamarlo en el momento preciso. Estando en la capital del país, Ojeda se enteró que la candidata era Georgina Trujillo.
A Humberto Mayans le hizo creer que sería su sucesor, mientras que con Arturo Núñez -según platican los miembros del grupo José María Pino Suárez- llegó a un acuerdo, tan avanzado, que el hoy gobernador Manuel Andrade ya coordinaba informalmente la campaña del ex líder del Congreso, ex subsecretario de Gobernación y ex director general del Instituto Federal Electoral (IFE). Pero Madrazo cambió de opinión cuando Núñez apoyó públicamente la candidatura de Francisco Labastida. En ese momento, el incipiente político Manuel Andrade brincó a la palestra.
Con Héctor Argüello López, quien llegó a la presidencia del PRI en la etapa en que Madrazo ya tenía un par de años como gobernador, el acuerdo fue trabajar juntos cuando el primero obtuvo la dirigencia luego de una elección interna en la que ganó al candidato del gobernador, el ex diputado federal Feliciano Calzada Padrón. Pero con los días, el gobernador le retiró todos los apoyos y empezó a pretender manejar el partido desde la casa de gobierno. Argüello rompió entonces públicamente con él y lo acusó de traicionar un acuerdo.
Así, en 2000 hubo cinco candidatos a la gubernatura del estado que habían construido su carrera política en el PRI y en algún momento se toparon con Madrazo: Manuel Andrade, actual gobernador; César Raúl Ojeda, por el PRD; Héctor Argüello, por el Partido del Trabajo; Nicolás Hernández López, por el Verde Ecologista, y Antonio Román, ex alcalde priísta de Tacotalpa y también ex dirigente estatal del PRI, por el Partido Alianza Social.
Sin duda, el desprendimiento más grande de priístas se registró a partir del domingo 2 de abril de 2000, cuando Madrazo operó toda la estructura de la administración estatal contra la candidatura de Núñez. El "fraude" fue denunciado esa misma noche por el ex subsecretario de Gobernación.
Los resultados de esa elección fueron un indicador del tamaño de la división: Manuel Andrade obtuvo 174 mil 497 votos contra 116 mil 144 de Núñez. Seis meses después, en octubre de 2000, el PRI superó sólo por 8 mil votos al PRD en una elección que fue anulada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Pero pasaron tres años para que los desprendimientos tuvieran un efecto electoral. Ya sin Madrazo en Tabasco y con un gobernador que ha perdido el control de muchos de los hilos y resortes que su jefe sabía mover, en las elecciones municipales del 19 de octubre de 2003 el PRI perdió por primera vez 11 de las 17 alcaldías del estado y la mayoría en el Congreso local.
|