Los integrantes del grupo Landser se autodenominaban "la voz de la juventud aria"

Condenan a tres años de prisión a roqueros neonazis en Alemania

En sus conciertos repartían propaganda con llamados a poner bombas en Israel o envenar el agua de algunos barrios berlineses La pena incluye trabajo comunitario en asociaciones judías

ALIA LIRA HARTMANN CORRESPONSAL

Berlin. 27 de enero. Alemania ha aplaudido el juicio que llevó a los tres miembros de una banda neonazi a un lugar si, acaso, un tanto más cálido que sus escenarios al aire libre, pero menos confortable: la cárcel. Landser, vocablo en desuso que en alemán significa soldado, es el nombre de ese grupo que decía hacer rock, pero que de acuerdo con la justicia y tras seis meses de deliberaciones, es una asociación criminal que constituye una amenaza para la sociedad.

Este 27 de enero se conmemoró en Alemania el día en memoria de las víctimas del Holocausto, ya que en esa fecha, en 1945, fue liberado el campo de concentración de Auschwitz.

Landser, fundado en 1992, con el pretexto de la libertad de expresión, distribuía ilegalmente propaganda de extrema derecha mediante discos compactos y conciertos, fomentando, con textos de claro corte racista, la violencia y el odio contra judíos y extranjeros que viven en Alemania.

Durante el juicio, los textos del grupo neonazi fueron analizados concienzudamente; incluían, por ejemplo, el llamado a tirar bombas sobre Israel, envenenar con estricnina el agua que se bebe en barrios multiculturales berlineses, como Kreuzheide de amplia mayoría turca, o bien denominaban a algunos miembros del parlamento alemán como una banda de ratas obesas.

En Alemania existen por lo menos 90 grupos musicales de extrema derecha y prácticamente cada fin de semana se lleva a cabo un concierto en algún lugar, que muchas veces queda en la clandestinidad. Aunque no sorprenda el dato, es para tomarse en cuenta, sobre todo, porque esos espectáculos se realizan, en su mayoría, en poblaciones de la ex Alemania Oriental.

Se incrementa producción y venta de cidís

De la misma manera la producción y venta de discos compactos de música neonazi se ha extendido ampliamente en forma ilegal. Gran parte de esos grupúsculos se encuentran cobijados por los integrantes de Landser, provenientes del Berlín oriental. El grupo se autodenomina "la voz de la juventud aria" o "terroristas con guitarras eléctricas"; goza de gran prestigio y llegó a ser considerada una banda de culto en la escena alemana del rock neonazi, aunque esta última combinación de palabras resulte de alguna manera grotescamente incómoda.

El juicio y la consiguiente condena a la cárcel de los miembros de este grupo constituye un caso único en la historia de la justicia de este país, y es ejemplo de la lucha que cada día se libra contra el neonazismo alemán.

Los integrantes de Landser, cuyas edades fluctúan entre los 28 y 38 años, purgarán una condena de más de tres años, que incluye 90 horas de trabajo comunitario en alguna asociación judía o de extranjeros, que quién sabe si darán la bienvenida a estos roqueros neonazis. Tal vez después de cumplir sus condenas los integrantes de Landser se mostrarán arrepentidos tras más de una década de "exitoso" trabajo.

El líder del grupo, ahora convertido en mártir por grupos de neonazis, llamó a sus simpatizantes a manifestarse en las calles contra el juicio. La respuesta no se dejó esperar y el pasado 9 de enero se realizó una marcha.

Lucha contra el fascismo

En Alemania existe un servicio de información contra la extrema derecha que realiza acciones en contra de grupos neonazistas. Se trata de la Liga contra las Marchas Nazis, cuya labor es estar en esos mitines y distribuir información respecto del calendario y naturaleza de esas marchas, bajo el lema de que el fascismo no puede ser una opinión o un punto de vista, sino que es una violación de los derechos elementales de convivencia de los diferentes grupos que conforman la sociedad alemana.

A partir de ahora ningún grupo que diga hacer música puede fomentar por medio de sus textos odio y violencia en contra los extranjeros, de lo contrario serán corresponsables de delitos de corte racista, como los ataques cometidos contra algunos vecindarios de exiliados.