Las ballenas del Golfo de México
Joel G. Ortega Ortiz
Oregon State University Marine Mammal Program
Correo electrónico: [email protected]
Al hablar de ballenas, generalmente vienen a la mente las grises en Baja California, las jorobadas en Puerto Vallarta o los rorcuales en el golfo de California. Aunque México también tiene costa en el Océano Atlántico, casi nunca escuchamos acerca de las ballenas en esa región. ƑAcaso no hay ballenas en el Golfo de México?
A pesar de que no son muy abundantes, varias especies de ballenas habitan el Golfo de México. Las ballenas barbadas (suborden Mysticeti) que se han registrado en esta cuenca son: azul, de aleta, franca del norte, jorobada, minke, rorcual de Sei y rorcual tropical. Sin embargo, la mayoría de esas especies han sido observadas en raras ocasiones en el Golfo de México y algunas han sido documentadas solamente a través de varamientos.
El rorcual tropical es el único misticeto que ha sido observado frecuentemente y durante todo el año. En cuanto al grupo de ballenas con dientes (suborden Odontoceti), en el Golfo de México se encuentran: cachalote, zifio de Cuvier, zifio de Gervais, zifio de Blainville y zifio de las antillas.
En contraste con lo ocurre en las costas mexicanas del Océano Pacífico, las ballenas del Golfo de México se encuentran normalmente alejadas de la costa y no utilizan las lagunas costeras ni las bahías para reproducirse. Por esa razón, la mayor parte de la gente que vive en la costa del Golfo de México sólo ha visto ballenas cuando éstas llegan a vararse en la playa.
![]() Aletas caudales de una ballena jorobada
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Existen muy pocos estudios sobre ballenas en la porción mexicana del Golfo de México. La mayor parte del conocimiento acerca de la ecología de las ballenas del golfo proviene de estudios que se han realizado en la parte norte, dentro de la zona económica exclusiva de los Estados Unidos. Un factor que ha contribuido de manera significativa para impulsar dichos estudios es la explotación de yacimientos petroleros en la plataforma y el talud continental del norte del Golfo de México. Debido a que los mamíferos marinos están sujetos a protección especial en la legislación estadunidense, las compañías petroleras y las agencias gubernamentales que administran la industria petrolera están obligadas a realizar estudios para determinar los posibles efectos de esa actividad en las poblaciones de mamíferos marinos.
Es por ello que en la última década se han desarrollado varios estudios para conocer la distribución y abundancia de los cetáceos en el norte del golfo. Gracias a esos estudios, hoy sabemos cuáles especies de ballenas existen en la región. También aprendimos acerca de los factores que determinan la distribución de esas especies.
Se observó que los rorcuales tropicales se encuentran cerca del margen de la plataforma continental, en áreas con profundidad de aproximadamente 200 metros, mientras que los cachalotes y zifios se encuentran en áreas cuyo fondo tiene pendiente pronunciada y profundidades mayores a 500 metros.
Asimismo se observó que las ballenas ocurren más frecuentemente en áreas donde existe afloramiento de aguas profundas. Estos afloramientos son causados por las corrientes, específicamente por remolinos ciclónicos, que giran en sentido opuesto a las manecillas del reloj y llegan a medir decenas de kilómetros de diámetro. Los remolinos ciclónicos atraen el agua profunda, rica en nutrientes, hacia la superficie donde los nutrientes son aprovechados por las algas microscópicas (fitoplancton). Como resultado, la productividad primaria dentro de los remolinos ciclónicos es mayor que en otras áreas del Golfo de México.
El aumento en la productividad primaria se transmite a través de la trama trófica y, eventualmente, se traduce en mayor disponibilidad de alimento para las ballenas. Es precisamente la disponibilidad de alimento una causa de las diferencias entre el Golfo de México y el Océano Pacífico en cuanto a la diversidad y abundancia de ballenas y otros mamíferos marinos. Aunque la región de la plataforma continental del Golfo de México es muy productiva, la región oceánica (más de 200 metros de profundidad) no lo es.
Con excepción de algunas áreas de afloramiento, como los remolinos ciclónicos, en el Golfo de México no existe alimento suficiente para mantener grandes poblaciones de mamíferos marinos. Muchas especies de ballenas que son abundantes en el Océano Pacífico y Golfo de California se encuentran también en el Golfo de México; sin embargo, las poblaciones en esta última región son de menor tamaño y es probable que las ballenas no residan permanentemente ahí.
Los avances tecnológicos recientes han permitido a la industria petrolera explotar yacimientos en aguas profundas. En el Golfo de México, dentro de la zona económica de Estados Unidos, se explotan actualmente yacimientos en el talud continental, en fondos con profundidad de más de mil metros. Las operaciones de búsqueda, extracción y transporte de hidrocarburos en las aguas profundas del Golfo de México se incrementarán en los próximos años, lo cual implica un riesgo para las poblaciones de mamíferos marinos que habitan la región.
Sin embargo, aún nos falta mucha información para determinar los efectos que dichas actividades tendrán en las ballenas que habitan la región.
Actualmente, estamos rastreando cachalotes utilizando radiotransmisores que son detectados vía satélite. Queremos determinar si los cachalotes residen permanentemente en el norte del Golfo, cuales áreas son importantes y si existen rutas migratorias para esta especie.
Esta información será útil para establecer criterios de manejo de la zona. Por ejemplo, las rutas de los buques abastecedores, que viajan constantemente hacia las plataformas, deberán evitar las áreas consideradas importantes para los cachalotes.
Recientemente, el presidente Fox declaró como santuario ballenero la zona económica exclusiva de México. Aunque esta medida es un paso importante para la protección de las ballenas, sin los planes de manejo adecuados es posible que el objetivo del santuario no se cumpla totalmente. Por ejemplo, actualmente no sabemos con certeza las especies ni el tamaño de las poblaciones de ballenas que habitan el sur del Golfo de México.
En el muy probable caso de que Pemex inicie la explotación de yacimientos en las aguas profundas del golfo, no será posible determinar el impacto que dicha actividad podría tener sobre las poblaciones de ballenas. Por lo anterior, resulta necesario iniciar las investigaciones que permitan conocer y conservar a las ballenas del sur del Golfo de México.