México D.F. Viernes 23 de enero de 2004
Si adopta posturas entreguistas habrá
choques, advierte Napoleón Gómez Urrutia
En proceso de trámite, Víctor Flores
fue designado nuevo líder del CT
Rodríguez Alcaine llamó al Congreso
del Trabajo a convertirse en el nuevo diamante social del país
FABIOLA MARTINEZ
¿Y por quién vamos a votar?, alcanzó
a preguntar apresuradamente un representante del Sindicato de Redactores
de la Prensa, segundos antes de que el todavía presidente del Congreso
del Trabajo (CT), Leonardo Rodríguez Alcaine, ordenara el reparto
de boletas en las que aparecía impreso sólo el nombre del
dirigente ferrocarrilero, Víctor Flores Morales, como candidato
a la presidencia del CT.
Enseguida, un enviado del líder del sindicato minero,
Napoleón Gómez Urrutia, proponía desesperadamente
el nombre de su jefe para que lo incluyeran en la contienda -realizada
en Consejo Nacional Extraordinario del CT- y en la que finalmente, como
en los viejos tiempos, la mayoría siguió la línea
de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), establecida
desde el viernes pasado. Así, en unos cuantos minutos, Flores obtuvo
21 votos y Gómez sólo seis, por lo que será el titular
del organismo para el periodo 2004-2005.
Al final del pleno, la única disputa real fue la
protagonizada entre las porras que ambos gremios llevaron al auditorio
18 de Febrero del viejo edificio sede del CT. Y es que los dirigentes en
cuestión terminaron posando sonrientes para la foto y pregonando
unidad, mientras Rodríguez Alcaine, como árbitro que decreta
un empate, vio concluida su labor como presidente saliente al levantar
la mano a ambos y aseguró inclusive que el sector obrero del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) tiene la fortaleza necesaria para hacer
del CT "el nuevo diamante social" del país.
El desenlace de la sesión plenaria fue más
que previsible, porque el martes pasado Flores se reunió con un
grupo de dirigentes para definir quiénes integrarían su planilla.
De ese desayuno salieron todos de acuerdo y felices con regalos en mano,
así que bastaba esperar las 11 de la mañana de ayer para
que se concretara el proceso "demócrata", diría el líder
cetemista.
Al
inicio del consejo, Rodríguez Alcaine presentó su último
informe de gestión en el que destacó no sólo la regularización
jurídica de esta central obrera, con riguroso cargo a las arcas
del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República
Mexicana, sino el pago de añejas cuentas pendientes de luz o predial
del edificio de Flores Magón, seguramente también saldadas
con recursos de los sindicatos cetemistas porque de poco más de
30 organizaciones que se presentan como miembros del CT, sólo 14
están al corriente en el pago de cuotas. Los demás, como
dijeron algunos de los asistentes a la reunión, se la pasan "nadando
de a muertito".
Desde ese momento ya estaban cumpliendo con su labor las
huestes de Gómez Urrutia y de Flores: unos a grito abierto y los
segundos con sus matracas y cornetas. Sin embargo, aun cuando su triunfo
estaba amarrado, el dirigente de los trabajadores del riel se mostraba
impaciente y a cada momento veía su enorme reloj de oro o se pasaba
por la frente un pañuelo.
Cuando tocó el turno de la elección del
presidente, el dirigente cetemista preguntó a la concurrencia "¿cómo
desean que sea la votación?" De inmediato Flores tomó el
micrófono y le respondió a su "jefe de jefes" -como le llama
al líder de la CTM- "usted nos ha enseñado la democracia,
entonces que el voto sea secreto y que se nombre a una comisión
para el cuenteo (sic)".
Tras los resbalones lingüísticos de siempre,
Gómez Urrutia hizo un llamado a fortalecer la unidad interna y,
sobre todo, a retomar la lucha social ante las presiones -dijo- de la derecha,
los empresarios y de algunos sindicatos que traicionan los principios del
CT. De paso, casi como quien tiene esperanza de hacer cambiar el rumbo
de las cosas, solicitó a sus compañeros tomar "la decisión
más inteligente".
Los discursos fueron breves, ni tiempo se dieron para
escuchar las propuestas de trabajo de cada contendiente y mucho menos espacio
para que cada uno fijara su posición. El primero que quiso "dar
las razones del sentido de su voto" o intentar formar al calor de la sesión
una nueva planilla que sustentara la candidatura del dirigente minero,
fue apabullado por la gritería. "¡Ya, ya, a lo que venimos,
que sea la misma lista (de vicepresidentes y presidentes de comisiones)
para los dos!", concluyeron.
Y así fue, los dirigentes se apresuraron a utilizar
una flamante urna transparente para depositar su voto. De una membresía
de 34 organizaciones, tres faltaron y una, la Confederación Obrera
Revolucionaria, no tuvo participación porque ahí también
dos grupos se disputan la toma de nota oficial.
Una vez difundidos los resultados más que esperados,
sólo restó a los líderes la sesión de saludos,
porras y fotos. Rodeado por sus incondicionales que hacen las veces de
escolta de seguridad, Flores declaró, como lo hizo en 1995, cuando
ocupó por primera vez la presidencia del CT, que irán con
el gobierno foxista a pedirle que no despida más burócratas
y que atienda el grave problema del desempleo. "Le diremos 'señor
Presidente' nosotros sabemos cómo parar esto (la desocupación),
porque sabemos que es mundialmente, la globalización, que nos está
pegando a todos (sic)".
Napoleón Gómez, aun cuando en apariencia
había aceptado la reconciliación y hasta la foto con aquellos
a los que siempre critica, admitió que la decisión en torno
al dirigente ferrocarrilero ya estaba tomada e inclusive admitió
que persiste la práctica de compra de votos, empero "si (Víctor)
adopta posturas hasta entreguistas, pues habrá diferencias. Ojalá
que no haya demasiados compromisos adquiridos con el gobierno", confió.
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