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México D.F. Lunes 29 de diciembre de 2003
APRENDER A MORIR
Hernán González G.
Caridades mal entendidas
"PATRIA, TE DOY de tu dicha la clave: sé siempre igual, fiel a tu espejo diario"... cantó exaltado el entrañable zacatecano López Velarde, sin imaginar que la inspiración de los versos de su Suave Patria habría de convertirse en dogma inmutable, sobre todo para políticos, científicos y jerarcas religiosos de México.
Y SI BIEN estas buenas personas metidas a afanosos conductores de la vida nacional siguen siendo siempre iguales en su impúdica lucha por el poder, ello se ha traducido en una inmovilidad de conciencia que convierte a una patria cada vez menos suave en pasaje bíblico de pasmada estatua de sal.
TEMAS FALSAMENTE EMBARAZOSOS, pero tan-ajenos-a-nuestra-idiosincrasia, como la divulgación tanatológica, el derecho a tener una muerte digna, el suicidio asistido, el testamento vital o de voluntades anticipadas, el ensañamiento terapéutico -incluso en instituciones de salud en quiebra-, los derechos del enfermo o la opinión de los ancianos con respecto a su propia vida, siguen siendo soslayados por el Estado, la ciencia y la Iglesia, mientras partidos y legisladores han añadido a su desidia el de las sociedades de convivencia.
LA ESTATUA DE sal en que está convertida la sociedad mexicana prefiere -como el otro- no ver ni oír realidades frente a sus narices, y mexicanamente se atiene a un concepto equivocado de respeto a la tradición, es decir, a lo que no vulnera determinados intereses y cotos de poder. A comienzos del siglo XXI preferimos seguir en pleno XIX. Así nos va.
UNA LECTORA ESCRIBE: "Hace dos años mis hermanos me propusieron, a cambio de apoyo económico, que me hiciera cargo de mi madre, de 79 años, por ser yo la única hija soltera y sin hijos. Accedí y dejé mi trabajo, pues creí que mi esfuerzo sería benéfico para ambas. Con el tiempo la relación se ha vuelto insoportable, ya que ella presenta un cuadro maniaco-depresivo severo.
"SE ORINA EN la alfombra porque se le antoja (no por incontinencia), me insulta, me jala los cabellos o incluso me abofetea. Habla del sexo como de algo sucio, tira la comida, desconfía de todo y ha cubierto de amargura y negatividad la casa donde vivimos, si es que eso se puede llamar vida. Mi situación es desesperante."
ƑSOLO PORQUE USTED es soltera y sin hijos, sus hermanos consideraron que debía responsabilizarse de su madre? No creo que ese sea criterio suficiente. Hable con ellos, plantéeles su situación, exija una cuidadora profesional diurna y otra nocturna. Si ello no es posible, seguramente algunos de sus hermanos cuenten con servidumbre y espacio para alojar a su madre. Lo que no puede permitir es que ni ellos ni nadie dispongan de su vida. Usted es sólo un ser humano, no una madre Teresa de bolsillo. Deseche culpas y programaciones, retome su trabajo, recupérese a sí misma y primero responsabilícese de su existencia. [email protected]
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