En la actualidad, unos 41 millones están en deficiente situación económica, dice

Más ancianos vivirán en pobreza en las próximas décadas: Cepal

El maltrato y la discriminación, otros graves problemas a los que se enfrentan, señala

Más de 41 millones de ancianos de América Latina viven una situación económica "deficiente y poco equitativa". De acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), más de un tercio de las personas de 65 años y más no dispone de ingresos ni de pensiones o jubilaciones, como tampoco de un trabajo remunerado.

Esta problemática se agravará en los próximos años. El organismo calcula que el número de adultos mayores se duplicará en la región para 2025, y en 2050 será de más de 184 millones.

En el documento Las personas mayores en América Latina y el Caribe: diagnóstico sobre la situación y las políticas, la Cepal subraya que el envejecimiento de la población se dará en un contexto caracterizado por "una alta incidencia de pobreza, persistente y aguda desigualdad social, escaso desarrollo institucional, baja cobertura de seguridad social y disminución del apoyo familiar".

El estudio prevé que el envejecimiento de la población, producto de una mayor esperanza de vida y menor fecundidad, genera presiones fuertes en el sistema de pensiones, lo que podría impedir que las personas "cuenten con recursos económicos necesarios para solventar sus necesidades en la etapa final de la vida".

El organismo califica de "no solidarios", los nuevos sistemas de pensiones, reformados en la década de los ochenta y encabezados por Chile, debido "al carácter individual del ahorro". Además destaca que sólo Uruguay y Chile cubren 50 por ciento de su población activa con sistemas de jubilaciones y pensiones, y recuerda que "las cohortes de jóvenes y adultos jóvenes serán en las próximas décadas ancianos sin pensiones, o con jubilaciones insuficientes en el mejor de los casos".

La comisión destaca que la calidad de vida de la vejez depende en gran medida de la disposición y capacidad de uso, de forma independiente, de cierta cantidad de recursos económicos. Pero, señala, sólo dos de cada cinco personas mayores en la ciudades latinoamericanas dispone de ingresos provenientes de la seguridad social, y en el campo, sólo una de cada cinco.

A diferencia de lo que ocurre en los países más ricos, en América Latina los llamados "adultos mayores" se mantienen activos laboralmente por mayor tiempo, ya que el monto de las pensiones es "muy modesto" y en algunas ocasiones la crisis económica familiar tampoco permite el retiro.

Mientras en Estados Unidos 17 por ciento de los hombres y 9 por ciento de las mujeres mayores de 65 años seguían activos en 1999, en México las tasas de actividad para los hombres de la misma edad eran de 43 por ciento, y de 10 por ciento para las mujeres.

A la precaria y desigual situación económica que viven los ancianos se suman el maltrato y la discriminación, derivados de una cultura occidental que se empeña en mirarlos como sinónimo de pasividad, deterioro, enfermedad y carga familiar.

La Cepal explica que las ideas sobre los ancianos, que también perjudican su calidad de vida, "forman parte del imaginario asentado en la productividad", en la que "el arquetipo hegemónico son los jóvenes y adultos en edad productiva y con poder". Sin olvidar la predominante "cultura de la apariencia: la belleza, el vigor y la lozanía", rasgos sobrestimados que desplazan cualquier otra aspiración.

ANASELLA ACOSTA NIETO