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México D.F. Lunes 29 de diciembre de 2003
Confía Miguel Capistrán en que
la conmemoración acabe con infundios contra el autor
El centenario natal de Novo, oportunidad para revalorarlo
El literato pide recordar al escritor veracruzano no
sólo como gran cronista, sino también como magnífico
hombre de letras La cercanía con Díaz Ordaz, fuente de
los denuestos, precisa
CESAR GÜEMES
El 13 de enero un grupo de alumnos de Salvador Novo, encabezado
por Miguel Capistrán, quien fue su asistente y luego se convirtió
en una autoridad en su obra, se reunirá en el Panteón Jardín,
en la tumba del escritor, a fin de conmemorar el 30 aniversario luctuoso
del también poeta, y con miras a que en julio, cuando se cumplan
100 años del nacimiento de Novo, las autoridades culturales organicen,
como se espera, mesas redondas, redición de algunas obras y, sobre
todo, como dice Capistrán, ''para que se desbaraten por fin los
infundios contra su persona, tales como que fue simpatizante del nazismo
o que estuvo en favor de la represión estudiantil de 1968''.
El
centenario del natalicio de Novo puede funcionar muy bien para recordarlo,
continúa el literato, "como un magnífico hombre de letras,
no sólo como el gran cronista que fue o como el personaje que aparecía
semanalmente en televisión. Se han dejado un poco de lado sus facetas
tanto de poeta como de persona de enorme erudición, con un conocimiento
amplio de muy distintas literaturas. Buscamos recuperar al Novo que está
inscrito más en el orbe literario que en otros ámbitos".
-¿Diría que Salvador Novo es hoy leído
con la suficiencia que su considerable aportación requiere?
-Llama la atención que, luego del eclipse que tuvo
después de su cercanía con Díaz Ordaz, del supuesto
apoyo a la política represiva del presidente, hubo un cambio en
la percepción que se tenía de su persona como ser público.
El caso es que declinó la estrella de Novo, se le denostó
y satanizó, aunque tenía en su favor que no dejaba de publicar
y se mantenía como colaborador en la televisión. Después,
paralelamente al interés que hay por los Contemporáneos en
general, su figura está en proceso de revaloración.
Además de que fue su alumno y asistente, Miguel
Capistrán escribió junto con Salvador Novo el libro La
vida en la ciudad de México en 1824, impreso por el DDF, volumen
hoy inconseguible. Así recuerda el investigador la figura del Novo
maestro: "Luego de que fue nombrado cronista oficial de la ciudad de México,
Novo le ofreció a la UNAM impartir una clase sobre el conocimiento
de la urbe. Se estableció entonces una especie de seminario en el
que se admitió sólo a 10 personas. Entre otros, estuvimos
ahí Carmen Galindo, Luis Terán y Roberto Páramo. Las
clases se dieron lo mismo en el Museo de la Ciudad de México, sede
del cronista, que en el teatro La Capilla. Durante el trabajo, Novo nos
informaba sobre el tema, apoyado siempre en bibliografía y en su
enorme capacidad de conferenciante. Si de algo tenía tablas era
de maestro y director de teatro. De modo que nos incitó a varios,
sobre todo a mí, a investigar sobre la ciudad de México.
Además, tenía la suerte de colaborar con él, como
asistente, tanto en asuntos relacionados con la literatura en general como
directamente con su propia obra''.
-Aparte del talento natural de Novo para el lenguaje y
la literatura, ¿le queda claro de dónde abrevó para
hacer una obra tan amplia y sólida?
-Bueno, si uno lo ve con detenimiento resulta que todo
el grupo de Contemporáneos fue una pléyade de personalidades
que se distinguieron en muchos campos. Villaurrutia, por ejemplo, además
de poeta era crítico de artes plásticas, dibujante y director
de teatro; Cuesta, aparte de su vena literaria, desarrolló la científica.
En el caso de Novo, se involucró en aspectos como la gastronomía
o la publicidad, que en apariencia no tendrían relación con
el oficio de escritor. Sin embargo, observamos que supo sacarle un gran
provecho al manejo del idioma, y de ahí que se volviera un personaje
realmente rico en el mundo de las letras: su trabajo publicitario, más
las colaboraciones para prensa y televisión, le permitieron ganar
mucho dinero sin perder en ningún momento la capacidad literaria
que lo caracterizó.
-Es posible que las actividades en torno a Novo, durante
julio, se desbroce de manera completa su figura.
-Esperamos que así sea porque, por ejemplo, él
fue comentarista para la BBC de Londres, durante la Segunda Guerra Mundial.
Con este hecho se desbarata uno de los infundios que le han adjudicado:
estar en favor de los nazis. Es absolutamente falso, ya que las emisiones
en las que Novo participaba pertenecían a los aliados. Considero
que con los trabajos por su centenario, que espero se comiencen a planear,
Salvador Novo se leerá de nuevo con una mirada más justa.
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