México D.F. Miércoles 17 de diciembre de 2003
De 1994 a 1997, la tasa de expansión
anual llegó a 1.9%; de 2000 a 2003, será de 0.6%
Aun con crisis, el gobierno anterior logró mejores
resultados que Fox
En 95 enfrentó un desplome de 6.2%; el foxismo
tuvo estabilidad de variables financieras
JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.
Bajo condiciones más sólidas de estabilidad
financiera, el crecimiento anual de la economía mexicana en los
tres primeros años de gobierno del presidente Vicente Fox Quesada
será de 0.6 por ciento, en el caso de que en 2003 el producto interno
bruto (PIB) alcance 1.2 por ciento, como estiman las principales consultorías
del país.
Esa
tasa de expansión anual representa menos de una tercera parte del
crecimiento económico alcanzado en la primera mitad del sexenio
presidido por Ernesto Zedillo Ponce de León, que fue de 1.9 por
ciento, con todo y que en 1995 ocurrió un desplome de 6.2 por ciento
en el producto nacional, el segundo más grave ocurrido en todo el
siglo XX.
De acuerdo con los registros oficiales, el entorno de
inestabilidad en que se desenvolvió la primera mitad del sexenio
zedillista contrasta con el ordenado comportamiento de las principales
variables financieras durante los tres primeros años del gobierno
foxista.
Pero el resultado económico obtenido en ambos periodos
es inversamente dispar. Al término del tercer año de gobierno
del pasado régimen, en 1997, la dimensión de la economía
mexicana era 5.7 por ciento mayor a la que tenía en diciembre de
1994, cuando inició su mandato.
Ahora que concluye la primera mitad del gobierno foxista,
el producto nacional será 1.8 por ciento mayor al de diciembre de
2000. Respecto del resultado económico de los tres primeros años
del sexenio anterior, el del gobierno actual es 68 por ciento inferior
al obtenido por su predecesor, a pesar de las adversas condiciones financieras
enfrentadas.
Con una contracción de 6.2 por ciento, la economía
mexicana terminó 1995 en medio de un desorden financiero generalizado
que incluyó fuga de capitales; préstamos del exterior por
48 mil millones de dólares para reconstituir la reserva de divisas
y cumplir con el pago de vencimientos de la deuda externa; un programa
de rescate bancario con cargo a la población; disparo de las tasas
internas de interés, que alcanzaron niveles de 90.5 por ciento,
y un acelerado crecimiento de los precios al consumidor, que ese año
fue de 35 por ciento.
Iniciado el proceso de reordenamiento financiero, el segundo
año de gobierno de Zedillo, 1996, terminó con un crecimiento
económico de 5.1 por ciento, y al año siguiente el PIB se
expandió 6.8 por ciento.
En un entorno financiero estable, en el que las tasas
de interés tienen un solo dígito, a pesar de alzas circunstanciales
y de que la inflación se encuentra en niveles no observados en más
de 30 años, el resultado económico durante los primeros tres
años del actual gobierno se ha mantenido en el semiestancamiento.
Al término del primer año de este gobierno,
en 2001, la inflación fue de 6.4 por ciento y las tasas primarias
de interés se ubicaban por debajo de 10 por ciento, por primera
vez en más de dos décadas. El peso, inclusive, se revaluó.
Pero la economía mexicana no creció. Por el contrario, cerró
con una contracción marginal de 0.3 por ciento.
En 2002 las condiciones financieras mejoraron. Las tasas
de interés se redujeron respecto del año anterior, la paridad
del peso frente al dólar se mantuvo en movimientos ordenados y la
inflación anual fue de 5 por ciento, cada vez más cerca a
la de "nuestros principales socios comerciales", es decir, Estados Unidos.
Sin embargo, el PIB sólo creció 0.9 por ciento y la desocupación
laboral consolidó el ascenso iniciado en 2001.
Durante el tercer año de gobierno del presidente
Vicente Fox, todas las variables financieras fueron estabilizadas y se
alcanzó el mayor nivel de reserva de divisas en la historia del
Banco de México, superior a 55 mil millones de dólares; la
inflación será de 4.5 por ciento, de acuerdo con las más
recientes proyecciones; las tasas de interés, con repuntes circunstanciales,
son las más bajas en tres décadas, y el tipo de cambio se
desliza sin abruptos. Pero la economía crecerá 1.2 por ciento,
cuando en el tercer año de gobierno de Ernesto Zedillo el PIB registraba
un crecimiento de 6.8 por ciento.
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