México D.F. Lunes 15 de diciembre de 2003
Miles en una caminata dominical en las alturas
El distribuidor vial Zaragoza fue abierto ayer a los peatones; hoy a los vehículos
MIRNA SERVIN VEGA
Hileras humanas que cubrieron 5 kilómetros, caminaron a paso lento, en familia, y con suficiente tiempo para identificar desde las alturas distintos puntos de la ciudad que se distinguían en un día luminoso en la ciudad de México.
Después de décadas en que se realizaban grandes construcciones viales en la ciudad, habitantes de Coyoacán, Narvarte, Neza y hasta Ecatepec se trasladaron hacia el oriente del Distrito Federal para recorrer a pie el distribuidor vial de Zaragoza Heberto Castillo, que partir de hoy dará entrada a miles de vehículos para liberar lo que por años ha sido uno de los grandes nudos viales de la ciudad.
Poco después de las nueve de la mañana los primeros accesos a la vialidad fueron abiertos al público. Un espectáculo poco usual era visto por los automovilistas que rodeaban la obra: cientos y luego miles de personas observando desde 10 a 20 metros de altura, sin prisas, conversando, tomándose una foto de 30 pesos, enmarcada por el gran crecimiento de la urbe.
Antonio Jiménez recorrió el distribuidor vial San Antonio, inaugurado en junio de este año. Ahora, aunque vive en Azcapotzalco, decidió traer a su hijo a ver esta obra ubicada en la delegación Venustiano Carranza. "Nunca se va a poder subir otra vez a pie en esta vialidad. Y los que manejamos ni oportunidad tenemos de ver desde aquí la ciudad."
Al comienzo del camino grupos de brigadistas repartían volantes con recomendaciones a los paseantes: medir sus fuerzas para recorrer los tramos de 1.5 kilómetros, evitar subir si se sufría hipertensión, protegerse del sol y del viento y proteger a los niños. Hasta la una de la tarde sólo se había registrado el extravío de una niña de 7 años de edad, que fue localizada 10 minutos después del reporte.
Oscar Vera llegó al recorrido desde Ciudad Nezahualcóyotl. Acudió luego de escuchar en la radio que la obra estaba terminada, que era muy grande y que se podría subir. "Al otro distribuidor lo vi ya cuando estaba lleno de autos", lamenta.
La familia de Eva Osnaya tuvo la noticia de primera mano. Habitante de la colonia Jardín Balbuena desde hace 40 años y vecina de la nueva vialidad, doña Eva espera que las empresas constructoras no hayan tapado las coladeras, como sucedió en el distribuidor de San Antonio; por lo demás, dijo, ''ya era hora de que alguien se decidiera a terminar las obras que empezaron desde hace más de seis años", cuenta.
La familia observó la transformación de esta zona de la ciudad: ''Cuando llegamos las calles ni siquiera estaban abiertas al tránsito vehicular. Después, con las obras detenidas y el tráfico que esto ocasionaba, tardábamos más de media hora en visitar a una sobrina que vive a dos colonias de aquí".
El desfile dominical de peatones fue apoyado por 54 integrantes de Locatel, de la delegación Venustiano Carranza, de Protección Civil, de la Secretaría de Seguridad Pública, así como de una unidad móvil de atención médica.
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