México D.F. Sábado 13 de diciembre de 2003
Regresa al mundo cinematográfico con Club eutanasia, de Agustín Tapia
El zapatismo no dañó mi carrera; me hizo mejor actriz, asegura Ofelia Medina
JUAN JOSE OLIVARES
Después de muchos años de no trabajar en un set cinematográfico, la actriz Ofelia Medina regresa para participar en la película Club eutanasia, que se filma en la ciudad de México bajo la dirección de Agustín Tapia, en la que la también activista representa a la directora de un asilo para ancianos que viven en situación precaria, que los orilla a asesinarse entre ellos.
"Cuando me dicen que con el zapatismo perdí mi carrera, les digo que no; hasta me hice mejor actriz, sin falsa modestia, porque lo siento. Ahora puedo actuar a una reina y puedo representar el dolor humano porque lo comparto. Por eso cuando dicen que perdí mucho, yo digo que gané una gama de expresiones. Qué chingón que haya gente como ellos (los indígenas mexicanos), porque nosotros sólo estamos atraídos por ese polo y encontramos nuestro propio indígena. Yo no me separo: no soy una en Chiapas y otra cuando trabajo aquí, soy la misma", comenta.
Además de ser una mujer que revela los sentimientos recogidos de un pueblo adolorido desde 1985, trabajando con grupos indígenas, Ofelia Medina es una actriz crítica e informada sobre los acontecimientos políticos y sociales.
Dice: ''Un actor es un reflejo de la humanidad que le toca. Mientras veas una mirada triste eso es tu caudal, es mi archivo del corazón. Un actor trabaja con emociones. A mí cuando me dicen 've esto para que llores', no me cuesta ningún trabajo, no me tengo que pellizcar. No, nada más le veo la cara a doña Ruth o a todos estos niños indígenas para hacerlo."
El regresar a una locación de cine le ha hecho sentir a Ofelia como "niña con juguete nuevo", algo que "he disfrutado segundo a segundo. Hace bastante que tenía este guión y desde que Agustín lo escribió pensó en mí, es algo que acariciaba mucho, porque es un personaje que he tratado de bordar con mis uñas".
-Hacer cine en México se ha vuelto un privilegio.
-Bueno, de por sí que a mí desde que comenzó la rebelión zapatista y me fui a Chiapas, me dejaron de llamar. Decían que qué tal si me mataban o no regresaba para un llamado, o quién sabe por qué. Luego alguien me dijo que era porque la gente no quería ponerme en sus repartos para que no se los fueran a censurar. Hubo gente que hizo cine en estos 10 años y que a veces pensó en mí, pero llamaron a otra que no estuviera en Chiapas.
Ofelia Medina volvió en 2001 al teatro con un monólogo sobre Rosario Castellanos que ella misma escribió y con el cual "volví a recuperar el cuerpo de actriz, porque en Chiapas, aunque sí estoy muy entrenada y fuerte (cargaba costales de 50 kilos), al final quedó estropeado mi cuerpo, mi piel; de hecho en Amador Hernández la policía quemó mis ojos (en una protesta de estudiantes) con gas tranquilizante''.
Sobre el tema de las desincorporaciones de las instancias del cine como el Instituto Mexicano de Cinematografía y el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), opina: ''El cine tiene que unirse al movimiento por el cambio y la transición de las prioridades nacionales, pero es el cine el que tiene que acercarse, porque si siguen luchando ellos porque les afectó algo, quedarán solos. De todas maneras a mí me indigna que quieran cerrar el CCC, pero también Chapingo, la escuela de El Mexe. Comparando el posgrado de Chapingo, puede ser que a mí me importe más que el CCC. Si el cine no lucha con los demás, se queda solo. Eso sin decir que me parece inmoral que una película cueste 20 millones de pesos. En una película no sólo es el contenido, sino la forma, y el contenido de Club eutanasia tiene sentido y forma".
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