México D.F. Sábado 13 de diciembre de 2003
La artista presenta Autobiografía en la octava Bienal de La Habana
Irreverencia y crítica social, dos aristas de la instalación de Tania Bruguera
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 12 de diciembre. En una sala vacía, de paredes blancas y desnudas, sólo hay una tarima con un micrófono de pie. Dos grandes bocinas a todo volumen atacan al visitante, con un sonido distorsionado del que sobresalen consignas políticas.
La instalación se llama Autobiografía y la metáfora parece sugerente.
Pero el observador tiene más estímulos: si sube a la tarima, sentirá la vibración del sonido a sus pies; si quiere hablar ante el micrófono, notará que está desconectado; si quiere dirigirse desde ahí a un auditorio imaginario, se enfrentará a un muro de cartón; si se fija en las paredes, verá las huellas de la exposición anterior y si lee el impreso que le dieron en la puerta, entrará de lleno a la reseña autobiográfica que propone la autora.
Emociones y complicidades
De la más reciente generación de la plástica cubana, Tania Bruguera (1968) realiza su instalación en la octava Bienal de La Habana, que empezó el 1Ɔ de noviembre y concluirá el 15 de diciembre. En el tercer piso del Museo Nacional de Bellas Artes, la propuesta es la obra más reciente de esta creadora, beca Guggenheim en 1998.
ƑHasta dónde la vida de un cubano se reduce o se extiende a un universo de consignas políticas? Esta es una de las claves posibles para acercarse a la pieza de Tania, quien dice a La Jornada que está francamente entregada a la instalación y al performance, porque trascienden la contemplación del cuadro y exploran múltiples emociones y complicidades del observador.
Ese observador que se queda en la soledad de aquella sala, donde nada es lo que parece ser y hasta las paredes blanquísimas tienen serios defectos, y lee el tabloide de ocho páginas en el que Tania ha colocado una de las rutas posibles de su Autobiografía: una colección de consignas cubanas, desde las más tempraneras (''Libertad o muerte", 1959) hasta las más cercanas (''šLiberen a Elián!", ''šLa calle es de los revolucionarios!").
Tania Bruguera estudió en el Instituto Superior de Arte y obtuvo una maestría en el Art Institute of Chicago. Inició su trabajo en 1990, tiene 15 muestras personales y ha participado en más de 80 colectivas, así como 40 performances. Ha pasado por las bienales de Venecia, Estambul y el PS1 de Nueva York, entre otros circuitos de la plástica.
''La reacción de la gente ha sido extraordinaria y eso es lo más importante", dice la autora respecto de su trabajo. ''En las paredes blancas hay una metáfora de la pureza y si te acercas ves todas las imperfecciones que quedaron de la muestra anterior."
Nada de noticias, sólo consignas
Tania relata que en la instalación sólo permanece fijo un técnico de sonido, que garantiza la repetición infinita de una cinta de 10 minutos, de la que brotan consignas familiares para cualquier cubano en los recientes 45 años. Los cables están a la vista y los bafles son visibles, como mostrando la desnudez del aparato que hace posible la descarga.
Arte al fin, provocación al fin, la pieza permite muchas lecturas, entre las cuales irrumpe la irreverencia y la crítica, notables en el microcosmos de un país que asocia los lemas políticos a las dimensiones del poder.
''Tuve una gran oportunidad en esta Bienal, tuve espacio y comprensión", dice la artista. ''Para mí es la memoria de un cubano. No quise darle prioridad a ninguna de las consignas, quise que todo se mezclara. Sentía gran necesidad de compartir mi experiencia con la gente y que no fuera pasiva".
El tabloide no tiene noticias, sólo consignas y un comentario firmado por la curadora Corina Matamoros: ''Lo peculiar de su visión es que la artista parece obsesionada con la carga que representa todo tipo de aparato o sistema social sobre la subjetividad. Ya sea la historia escrita como relación lineal de sucesos, la historia oficial, los sistemas religiosos, educacionales, informativos, familiares, políticos, morales... todo parece afligir de alguna manera al hombre individual".
''Esta es una autobiografía en primera persona del plural", escribió Matamoros. ''Una acción curatorial con la memoria. Una invitación a la historia de nuestras vidas".
La vista se atropella en el tabloide: Movilización general/ Libertad o muerte/šAdelante!/ šContra los privilegios!/ šEscogeremos siempre el sacrificio!/Esta es la revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes/ Yankees go home/ šNo retrocederemos!/ šEn el pueblo hay muchos Camilo!/ šCuba ni se rinde ni se vende!/ šHasta la victoria siempre!/ šPatria o muerte, venceremos!/ šViva Fidel!/ šViva la revolución!/ Primero dejar de ser que dejar de ser revolucionario/ šNo pasarán!/ Súmate/ šPa' lo que sea Fidel, pa' lo que sea/ š31 y pa'lante!/ šA la bin, bon, fuera, abajo la gusanera!/ šSólo los cristales se rajan!/ Comandante en Jefe šordene!
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